martes, 10 de marzo de 2015

LA ACUMULACION COMPULSIVA (HOARDING)


Lic.Monica Arcas

La acumulación de objetos  de forma patológica es un trastorno psiquiátrico severo que corresponde al espectro de los trastornos obsesivos y que generalmente se combinan con trastornos graves de la personalidad y cuadros de depresión.
La inclinación de las personas a acumular objetos es parte del desarrollo humano, el niño suele acumular juguetes, y teniendo una conducta coleccionista (autitos, figuritas, bolitas etc) no constituyendo esto un acto patológico sino todo lo contrario parte de su evolución, pero hay que distinguir entre las colecciones tanto en niños como en adultos que constituyen hobbies muy interesantes como ser colecciones de sellos, monedas de diversos países, etc de la acumulación de toda clase de objeto muchos de ellos sin ningún valor de uso y la consecuente aparición de síntomas ansiosos.
La acumulación es un síntoma que puede estar presente en diversos cuadros psiquiátricos no solo en una personalidad de tipo obsesiva, ya que en pacientes que cursan esquizofrenia se pueden observar este comportamiento, también se encuentra en cuadros de depresión mayor, muchas veces una pees un constructo que define la adquisición por parte de una persona de elementos (muchos de ellos descartables) y la imposibilidad de desprenderse de ellos ya que le deviene angustia. Por lo general esta acumulación en creciente se extiende en el espacio de la vivienda dificultando la convivencia, muchas veces no se trata solo de objetos sino de seres vivos como ser la acumulación en un espacio acotado de animales pequeños que conviven en el desorden y cuyo número es incompatible con el espacio que se le otorga. Todo esto acompañado con el consecuente estado de distres.
Entonces resumiendo, en la acumulación uno puede ver un abanico que va desde la acumulación de objetos de manera normal hasta lo patológico. El punto es cuando la persona no puede desprenderse del objeto por dos cosas: uno es la emergencia de un estado de angustia ante el hecho de tirar algo porque argumenta que en algún momento será útil, y dos es que necesita controlar la retención de cosas.
Pero hay que distinguir la conducta coleccionista que es normal socialmente aceptada y es más valorada, porque el coleccionista acapara elementos valiosos desde el punto de vista cultural (monedas, cuadros, reliquias) los organiza y los categoriza, no es una acumulación que es desorganizada y caótica.
El cuadro más desorganizado constituye el Sindrome de Diógenes, que se manifiesta por lo general en población mayor, y que en la mayoría de las veces esta comorbido con patologías de depresión mayor, inicio de demencias, trastornos de personalidad. Estas personas descuidan totalmente su autocuidado, muchas de las veces son hospitalizadas a partir de denuncias de familiares y/o vecinos pues la acumulación de cosas inútiles (basura, comidas, a veces animales) trae consecuencias en la salud pública, también el descuido de su propia salud produce cuadros de desnutrición y deshidratación que lo deteriora. Son personas que se aíslan del contacto social, no piden ayuda, su abandono es extremo.
Los acumuladores suelen tener déficit en la forma en cómo procesan la información ya que les cuesta decidir qué cosas son útiles  y que no, evitan a toda costa la toma de decisión esa duda patológica que es de orden obsesivo reafirma el miedo a la pérdida de control de la situación es por eso que cuando algún familiar le tira objetos aparece un estado de descompensación y descontrol. Por lo general tienen problemas emocionales las cosas son partes de sí mismo, muchas veces con un gran contenido histórico emocional. Por ejemplo en el caso de una mujer que había quedado viuda y no elaboraba esa perdida por las noches acumulaba ropa y diarios de su marido fallecido en el lugar de la cama donde el dormía.
Es por eso que hay que evaluar el grado de patología que la persona con trastornos de acumulación tiene, principalmente la asociación con otras patologías psiquiátricas para poder definir un programa de tratamiento.

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