Las crisis de pánico son episodios paroxísticos
de ansiedad que se producen tanto de día como de noche. Según la OMS el 30% de
la población padece o padecerá en su vida estados fóbicos, y muchos de ellos desarrollaran
estados agudos de ansiedad en forma de ataques. Estos pueden ocurrir en
cualquier momento del dia ante situaciones de alto estrés como tambien en otras
más inocuas y la persona se encuentra subjetivamente debilitada, vulnerable no
puede saber porque se siente tan débil ni cómo surge este peligro, la
manifestación corporal es aguda se presenta generalmente con taquicardia, dolor
torácico, sudoración excesiva, mareos, sensación de irrealidad que la lleva a
pensar en una posible amenaza a su vida (como ser estar viviendo un episodio
cardiaco, un accidente cerebro vascular o simplemente pensar que se ha
desarrollado una alteración psiquiátrica severa) lo cual se incrementa la
angustia especialmente porque comienza a chequear su cuerpo al que no puede
frenar los síntomas. Muchas veces este episodio se producen durante la noche
cuando la persona descansa, pero es importante señalar que se trata de una
persona que tambien en la vigilia presenta alteraciones de ansiedad.
Estos episodios tan desestructurantes para la
personas se suelen producir en la fase No REM del sueño, que es la fase en
donde se encuentra en pleno estado de relajación, la persona despierta
bruscamente con estado de activación fisiológica taquicardia, sensación de
ahogo, mucha angustia y luego puede llegar a desarrollar miedo a retomar el
sueño generándose no solo un aumento del estrés y la ansiedad sino la
incorporación de un estado de ansiedad anticipatoria.
Cuando hablamos de causas del ataque de pánico
debemos tomar en cuenta que hay una base neurobiológica para el desarrollo del
mismo, es decir hay un terreno fértil para que en algún momento de la vida la
persona desarrolle un estado mórbido de ansiedad, tambien hay factores
neuroendocrinos en juego como ser Hipertiroidismo o hipotiroidismo que se
presentan con frecuencia en ataques nocturnos. Asi como también el estar
pasando o haber pasado por situaciones de alto impacto emocional y que a
posteriori se manifiesta en forma de crisis.
Hay un elemento clave que la persona que sufre
ansiedad debe contemplar dentro del tratamiento de las crisis y eventuales
desarrollos de agorafobia que es el control de la hiperventilación que la
persona ansiosa promueve. La hiperventilación o ventilación pulmonar es
excesiva se manifiesta cuando siente que no tiene suficiente aire que se ahoga,
y esto promueve que respire más rápido y profundo, pero esta respiración es
alta, no llega al diafragma, la persona siente que se le cierra la garganta y
por lo tanto absorbe una cantidad superior de oxigeno de las que necesita su
organismo. Lo que consigue es eliminar un exceso de dióxido de carbono
(anhídrido carbónico CO2) que provoca una alcalosis respiratoria (aumenta el PH
de la sangre), De forma fisiológica (normal) este cambio en la composición de
la sangre hace que se libere menos oxígeno en los tejidos por lo tanto el
corazón de forma refleja aumenta su potencia y frecuencia, que es lo que asusta
al sujeto el aumento de su frecuencia, haciendo un esfuerzo para compensar la
situación y provoca disnea y mareos que son interpretados catastróficamente.
Cuando el organismo provoca a través de la hiperventilación la alcalosis
respiratoria es frecuente que tambien la persona sienta hormigueos en las
extremidades de sus dedos y manos sudorosas y frías, si esta persiste se extiende
tambien a las extremidades inferiores, asi como tambien contracturas musculares
y sensación de hormigueo en la cara como tambien visión borrosa y sensación de vacío
en el estomago. Todos estos síntomas provocados por la hiperventilación agravan
los síntomas psicológicos en quien lo padece generando no solo pensamientos
distorsionados sino tambien cambios drásticos en la conducta (inhibición
conductual) y estados disforicos que van deteriorando la calidad de vida. En el
caso de los ataques nocturnos, la persona desarrolla un estado de tensión que
induce a mayor ansiedad y trastornos en el ciclo del sueño (Insomnio de
conciliación e insomnio intermedio) que generan un mayor cansancio corporal y
agrava el cuadro. Es por eso que es importante el tratamiento psicológico del
sujeto panicoso evaluando no solo las crisis, sino las inhibiciones que
presenta, la problemática subyacente y el manejo de técnicas adecuadas para
mejoramiento del cuadro global, la terapia cognitiva conductual ha demostrado
su eficacia en la modificación no solo de los pensamientos distorsionados y
conductas inhibidas sino en el apuntalamiento global de la situación focal y
actualizada del sujeto. Hay una tendencia no solo a sobrediagnosticar los
cuadros de pánico sino tambien sobremedicarlos, muchos de los cuadros de
ansiedad remiten si son atendidos a la brevedad por psicólogos especializados
en el tema, ya que en la clínica se ve muchos casos de personas que han
peregrinado durante mucho tiempo por especialistas guiados por sus síntomas
prevalentes sin recurrir y tomar conciencia de situaciones de malestar
emocional que estuvieron atravesando.
Lic Monica Arcas-
4798-9030 – 15 3488-2542 -
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