Si
bien la ansiedad es una emoción normal que todos los mamíferos presentamos y
forma uno de los recursos naturales de nuestra supervivencia, cuando estos
niveles de ansiedad se mantienen en el tiempo y generan malestar general es
posible que la persona esté sufriendo alguna alteración patológica ansiosa pero
es importante destacar que en todos los trastornos de ansiedad una persona debe
tener una base de vulnerabilidad genética que predisponga a ese organismo al
desarrollo del mismo.
Ahora
bien, dentro de los factores encontramos los aspectos genéticos que heredamos
de nuestros progenitores ansiosos, o con problemas de depresión o alcoholismo,
esto sería el principio de un terreno fértil pero no único para su desarrollo,
se le suma los factores en cómo se ha desarrollado esta personalidad, las
conductas exploratorias que ha tenido el niño en sus primeros estadios y el
comportamiento de sus tutores si le han posibilitado una exploración cuidada o
estuvieron condicionadas por el miedo de un mayor a cargo del niño (no
olvidemos que las fobias se producen por factores vicariantes, es decir el niño
absorbe comportamientos de sus mayores, no nace con miedo, sino que se
condiciona a este). El vínculo con las figuras de protección depende mucho de
la disponibilidad de quien esta con el niño, las figuras de apego son modelos
potenciales para el desarrollo normal. Denominamos Apego positivo, cuando la
madre permite una exploración adecuada vigilada tranquilamente por ella que
favorece el reconocimiento progresivo del medio circundante y la capacidad del
niño de autovalidación, pero tambien puede existir lo que se denomina apego ansioso, que son perturbaciones
en la exploración que realiza el niño ya que la madre no ejerce un control
adecuado en el mismo no permitiendo una exploración autónoma ya que el niño está
en presencia de una madre que no todo el tiempo está en esa contención y que a
su vez transmite sus propios miedos, cuando hay apego de tipo ansioso aparece
el temor de perder la figura de apego, son niños controladores de sus padres, y
suelen presentar ansiedad de separación y si no son tratados adecuadamente
aumentando su autoestima y confianza en el mundo externo suelen tener problemas
de vinculación pudiendo sufrir en la adolescencia trastornos de ansiedad
social. Un extremo seria la deprivación
afectiva es decir la carencia de figuras de apego, estos niños por lo
general enfrentan el mundo externo con mucho miedo y van formándose corazas
para ello, lo cual no significa que internamente haya una gran inseguridad y
sentimiento de poca confianza en el mundo externo ya que careció de una
protección inicial. Otro tipo patológico de apego es el punitivo, es cuando la madre y/o tutor restringe la exploración
bajo amenaza o castigo o mantienen una posición ambigua que no posibilita en el niño generar expectativas
coherentes y precisas, todo esto genera en el psiquismo esquemas
disfuncionales, que es la autopercepción del niño de no ser eficaz, y de ser
frágil e inseguro, muchas veces los padres se adelantan a las
necesidades del niño, esto se ve mucho en padres fóbicos y ansiosos que se
adelantan y realizan acciones que en realidad lo tienen que hacer sus hijos,
muy frecuente en los trabajos escolares, los padres no acompañan lo hacen por él,
y esto genera dos sentimientos en el interior del niño, uno de ser muy querido,
pero el que más perjudica es sentirse ineficaz, esto es silenciado, pero ejerce
un poder importante en el desarrollo del self.
En
los trastornos de pánico y su posterior desarrollo de agorafobia existe áreas de conflicto (dependencia –
independencia y control-descontrol) la primera se manifiestan en la dependencia
patológica a una figura de apego que limita la autonomía, teniendo de esta
forma una conducta regresiva que es un elemento que si se traslada en el tiempo
genera depresión, porque la persona se erosiona psíquicamente se ve
desesperanzada en superar este estado y percibe muy peligroso el mundo externo,
y el segundo punto de conflicto es el miedo a
perder el control es una manifestación de la ansiedad extrema que genera
muchas distorsiones cognitivas, ya que la persona interpreta su malestar de
forma exagerada guiándose por la sintomatología neurovegetativa que la ansiedad
despierta. Es por eso que los trastornos de ansiedad hay que detectarlos a
tiempo, muchas veces no es asi y ya han pasado por diversos profesionales o
tratamientos psicológicos con enfoque más centrado en el pasado, que si bien
hay que tomar los antecedentes de cada historia vital, la terapia cognitiva
está centrada en primer lugar en la situación actual asi poder mejorar la
sintomatología para tratar el significado personal del su padecimiento.
Lic. Monica Arcas
TCC – 4798-9030 - 1534882542
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