sábado, 10 de noviembre de 2018


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 TRASTORNO BIPOLAR Y SME.MANIACO DEPRESIVO



El trastorno bipolar denominado psicosis maniaco-depresiva es un trastorno grave marcado por oscilaciones anormales del estado anímico. Son trastornos de larga evolución que requieren en forma excluyente tratamiento farmacológico ayudado por psicoterapia.

Se manifiesta por episodios depresivos que  giran a la aparición de estados de ánimo expansivos y eufóricos donde se observa una conducta particular caracterizada por una hiperactividad anómala estado de excitación con marcada euforia, conducta exaltada, irritabilidad que puede alternar con switch que son los virajes o hacia el polo depresivo o al maniaco. Cuando está en fase depresiva se observa en estos pacientes anergia, ideas negativas, bajo estado anímico y pueden llegar a tener ideas de suicidio.

Los periodos donde presentan un estado eufórico y expansivo son denominados estados maniacos o hipomanía que son de menor intensidad, en la fase maniaca se observan los siguientes síntomas:

Ø Verborragia y lenguaje logorreico: son pacientes que hablan sin parar en tono predominantemente alto y con velocidad del habla.

Ø Grandiosidad: Hay un aumento de la autoconfianza, inflación del self, ausencia de autocrítica.

Ø Irritabilidad: Son sensible y reactivos cuando se les contradice, tendencia a tener mal humor, sus reacciones son desproporcionadas a los hechos lo cual le trae problemas intervinculares y pueden llegar a peleas y agresión física pues no pueden frenar la impulsividad.

Ø Disminución de horas de sueño: los pacientes maniacos o hipomaniacos están tan acelerados y eufóricos llenos de energía que no tienen deseos de descanso.

Ø Pensamiento acelerado: tienen cataratas de pensamientos, esta  velocidad de pensamientos hace que salten de un tema a otro perdiendo la idea directriz.

Ø Fallas en la Funciones ejecutivas: hay un déficit  de concentración, de atención selectiva y de seguir una conversación, presentan fallas en la memoria.

Ø Hiperactividad: El exceso de energía en la fase maniaca hace que la persona presente múltiples actividades y no muestre cansancio. En los casos más graves puede aparecer inquietud extrema y acciones improductivas.

Ø Búsqueda excesiva de placer que se manifiesta en conductas patológicas como ser gastos excesivos, inversiones económicas inadecuadas, sexualidad promiscua con todo todos los riesgos que conlleva esta forma de vinculación, abuso de sustancias.

Ø Presencia de síntomas psicóticos: aparición de síntomas positivos: delirios y alucinaciones (auditivas, visuales, olfativas)

En la hipomanía no hay presencia de síntomas psicóticos, si hay un aumento de las actividades, el estado de ánimo es alto pero no de los niveles de la manía, suelen estar muy creativos, duermen poco, y presentan mayor interés en la sexualidad de lo habitual.

En la fase depresiva se observan los siguientes síntomas:

Ø Animo deprimido, el paciente presenta tristeza y sensación de vacío, acompañado de estados de angustia, desolación y tendencia al llanto.

Ø Anhedonia: No se puede contactar con el placer, las cosas que anteriormente movían su interés, dejan de importarle, incluso la sexualidad (deslibinización)

Ø Falta o aumento en el apetito: que le genera aumento o pérdida significativa de peso. Se observa más la falta de apetito.

Ø Anergia: A diferencia de la fase maniaca, en la fase depresiva hay pérdida significativa de la fuerza, hay fatiga, la sensación que todo movimiento cuesta mucho.

Ø Trastornos en el ciclo del sueño: hay episodios de hipersomnia y sueño no reparador, también hay trastornos en la conciliación del sueño y despertar temprano.

Ø Baja autoestima: El paciente en estado depresivo tiene una cosmovisión negativa de sí mismo, del entorno y no esboza proyección, se siente una carga para la familia, le invade el sentimiento de desesperanza, la vida carece de sentido y hay pensamientos de muerte.

Ø Trastornos en la concentración y en la toma de decisiones.

Ø Síntomas psicóticos: Pueden presentarse síntomas positivos a modo de alucinaciones visuales, auditivas, cenestésicas y olfativas junto a contenido delirante.

Es importante dentro del contexto terapéutico dar al paciente y sus allegados psicoeducación  a modo de enseñarles a detectar los signos de recaída que permitan el acceso precoz a la medicación y evitar el deterioro del paciente. Por otra parte es importante trabajar todo lo concerniente al manejo de situaciones estresantes, comprender la enfermedad para que no les genere emociones negativas (culpa, vergüenza) que deterioran su estado y si ver formas alternativas de manejo de las contingencias.

Lic. Mónica Arcas Psicóloga Clínica – 11 34882542

Consultorios Zona Olivos y Martínez-








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