viernes, 4 de octubre de 2019


CUANDO LA MENTE ATORMENTA.

El trastorno obsesivo compulsivo es uno de los cuadros psiquiátricos que más discapacidad genera, aparece por lo general a temprana edad (preadolescencia) consolidándose en la salida de la adolescencia. Por lo general, se consulta tarde cuando la persona ya no puede “controlar” las obsesiones y los rituales se comienzan a ser muy excesivos y demandan mucho tiempo.

El cuadro está formado por obsesiones que son pensamientos que irrumpen la conciencia de manera intrusiva, ello quiere decir que el sujeto no los trae voluntariamente, sino que se le imponen en el curso del pensamiento, y son de naturaleza variable pero siempre negativos pueden ser pensamientos de violencia, homosexualidad, sexuales aberrantes, de contaminación entre otros, que le generan al sujeto mucha angustia y duda sobre su posible ejecución. Estas ideas tan desagradables son difíciles para la persona manejarlas, en muchos casos el temor a los propios impulsos de hacer algo que lo atormenta, los lleva a la duda patológica, donde el pensamiento se vuelve más amenazante y desestructurante ya que atentan contra los principios éticos que tiene la persona, muchas de las veces se trata de obsesiones puras, pero mayormente para aliviar la angustia recurren a rituales que alivian “temporalmente” la angustia pero no es la respuesta adecuada para frenar las obsesiones.

Los rituales son actos, o palabras que ejecuta la persona como forma de neutralizar las obsesiones, por ejemplo ante la obsesión de contaminación, puede llegar a tener rituales de lavado compulsivo, llegando a generar no solo la multiplicación de tiempo en los mismos sino que el lavado compulsivo produce dermatitis severa en la piel. Otras veces el ritual tiene un contenido “mágico” y no está directamente relacionado con la obsesión.

Uno de los procedimientos eficaces en el TOC es ir desarmando los rituales y realizando los mismos a través de la técnica de prevención de respuesta, que es ir entrenando al paciente a resistir la ritualización, aunque aumente su ansiedad, por otra parte la psicoeducación es fundamental para el TOC y la enseñanza de técnicas de detención del pensamiento o indiferencia a los pensamientos intrusivos suelen ser de mucha eficacia, pero hay un elemento que es importante trabajar con el paciente porque esta lucha contra las obsesiones genera mucha resistencia, y muchas veces los afectados no cumplen con las consignas del tratamiento o lo hacen de manera incompleta. Trabajar la incertidumbre con estos pacientes es otro punto importante, ya que el obsesivo necesita certezas absolutas, su pensamiento es rígido es importante plantearle al paciente que el tratamiento no reducirá a cero sus dudas y preocupaciones, pero que es importante no recurrir a la ritualización.


Lic .Mónica Arcas - TCC - Especialista en T. de Ansiedad 15 3488 2542


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