SISTEMAS DE APEGO Y ANSIEDAD
La persona que sufre ataques
de pánico desarrolla un estado de extrema vulnerabilidad y eso repercute en
aspectos regresivos, como la necesidad imperiosa de estar en un lugar seguro
para su psiquismo. En el momento que se desata la crisis, más allá de saber que
este estado de malestar es crítico y no implica la muerte, lo único que piensa
es en regresar a su casa o estar al lado de alguien significativo que la
proteja, estas reacciones son tan efectivas que inclusive bajan los niveles de
ansiedad antes de llegar a su hogar. De la misma manera estando viajando, y/o
manejando los niveles de ansiedad se incrementan a la ida, es decir alejándose
de su hogar, y el mismo trayecto de vuelta se observan que la ansiedad no es
idéntica, sino que disminuye por lo general. Un paciente que sufre pánico
siente una indefensión equiparable al que siente el niño pequeño que se
encuentra por fuera del radio de protección de su madre, requiere la contención
de la misma. Estas conductas están relacionadas con aspectos del desarrollo y
como se han construido los sistemas de apego en los primeros estadios de vida.
El ser humano en sus inicios necesita la asistencia de un adulto, porque nace
en indefensión, el contacto con su madre esa relación de apego es la base
fundamental para que el niño pueda tener conductas exploratorias adaptativas
con contención del adulto, que sea ésta
una figura de apego positivo y que posibilite en el infante la exploración
segura del medio y su autovalidamiento. En los trastornos de pánico, al igual
que en los cuadros de ansiedad social, hay antecedentes de un modo patológico
de sobreprotección por parte de la figura de apego. También esta su contrario,
es decir la carencia de figuras de apego confiables sobre el infante. Por lo
general, se observa que hay una vulnerabilidad genética (madres/figuras de
apego ansioso, depresivo, alcohólico), pero también juegan un papel importante
el medio ambiente en donde se desarrolla el niño. Dentro de los sistemas de
apego patológico encontramos: 1. Ausencia de apego: el niño no encuentra un
adulto que le permita explorar el mundo externo con contención.2. De tipo
ansioso: el niño presenta temor a la pérdida de su figura de apego y limita su
exploración. A su vez la madre controladora y temerosa no facilita el
desarrollo pleno de la autonomía en el niño. En el caso de la ansiedad social,
los padres sobreprotectores se adelantan a las necesidades del niño, limitan la
exploración, por lo tanto se internaliza en el menor dos conceptos, uno es de
ser muy querido pero incompetente, débil ante el mundo externo amenazante, esta
es la base de su baja autoestima.3.Apego de tipo punitivo: Son aquellas
relaciones con la figura de apego que amenaza al niño en su exploración,
generándole culpas.4. Apego ambiguo: el niño no puede discriminar y generar
expectativas coherentes debido a la ambigüedad de las figuras de apego. Es por
ello que en los casos de desarrollo de agorafobia, el desapego adulto queda
bloqueado, la persona pierde esa autonomía exploratoria y requiere el sostén de
una figura de apego y/o lugar que represente la seguridad frente a la
hostilidad vivida del mundo exterior, el miedo a la descompensación,
desmayarse, perder el control, lo mantiene en una posición regresiva, es por
ello que en el tratamiento de la agorafobia se lleva al paciente en una
exploración gradual y contenida por el terapeuta que se realiza primero en
presencia de éste, que representa una figura de apego positivo que induce al
paciente a explorar confiadamente registrando en la misma las emociones , los
síntomas que desarrolla y poner en práctica las técnicas para no desencadenar
niveles mayores de ansiedad, con el propósito de la habituación de las
exposiciones ya no generen sintomatología, y reestructurando las creencias
disfuncionales que lo llevaban a la crisis.
Lic.Mónica Arcas Psicóloga
Clinica arcasweb@gmail.com
Consultorio Olivos: Villate
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