miércoles, 20 de mayo de 2015

SOBRE LAS DROGADEPENDENCIAS



El problema de la drogodependencia deja ver una problemática sumamente compleja de descomposición social, donde se resalta la vulnerabilidad del sujeto dentro de la posmodernidad  mostrando su actual forma de alienación como condición estructural, ya en 1930 Freud , planteaba el malestar intrínseco a la cultura misma y que la felicidad jamás sería alcanzable como un estado de permanente, hoy aparece en el escenario la inmediatez, el vacío, las relaciones humanas en franco deterioro en profundidad, desectructuración de la flia tradicional, dentro de este panorama las patologías adictivas ligadas indefectiblemente con este marco cotidiano tienen una fuerte vigencia dentro de una sociedad hiperconsumista donde los medios de comunicación asocian a “drogas legales” a éxito y pertenencia (bebidas, cigarrillos, promoviendo tendencias adictivas desde edades cada vez mas precoces.



Si bien desde el inicio de la humanidad el hombre se valió de sustancias no solo como recurso de su salud  sino para la obtención de placer, tanto el opio, hachis y marihuana ya se usaban en el Lejano Oriente (China, Arabia), también en América las culturas precolombinas a través de sus chamanes utilizaban ciertas sustancias para rituales religiosos como el tabaco que combinado con otras sustancias psicoactivas producían efectos alucinógenos , el uso del peyote (cactus oriundo de la zona del norte de México) fue usado por los aztecas, la ingesta de un hongo considerado “sagrado” que contiene alcaloides  emparentados con la serotonina  producían cuadros de ebriedad alucinatoria, la ayahuasca oriunda de la selva amazónica también era utilizada y sus efectos similares al LSD en cuanto a sus efectos alucinatorios, la coca utilizada por los Incas luego fue llevada por los españoles a Europa y fue allí donde comienza los desarrollos farmacológicos que con su avance dieron lugar a la elaboración de sustancias no solo con fines médicos sino como tóxicos utilizados en forma adictiva.

Actualmente en esta época pos moderna se vive un ritmo hipomaniaco donde los ideales están puestos no en el esfuerzo, la proyección a futuro, que eran ideales de los modos burgueses de producción, ahora es la inmediatez, éxito, eficacia, fama y poder aún en detrimento de otros, a modo más psicopático, el sujeto debe tener y no ser, y en este marco de malestar cultural vemos hoy en la clínica cuadros psiquiátricos devenientes  ya sea del abuso de sustancias que es el consumo recurrente de sustancias por período prolongado en donde el sujeto va perdiendo el cumplimiento de sus obligaciones, pero no hay tolerancia, abstinencia o búsqueda compulsiva y por otro lado tenemos la dependencia que lleva al sujeto por el uso prolongado de las sustancias adictivas a un deterioro y malestar significativo, es común encontrar la combinación de alcohol y drogas prevalentemente se ve en población masculina, las mujeres tienen más tendencia al abuso de benzodiacepinas, y también en cuadros pertenecientes al Eje II (DSM IV) como ser cuadros de trastornos de personalidad límite, con abuso de estas últimas e intentos de auto injuria (pseudo suicidio).

En cuanto a los trastornos de la ansiedad  encontramos cuadros de fobia social que en un 17% de los casos hay comorbilidad alcohólica y abuso de sustancias especialmente cannabis como forma sustitutiva de paliar las inhibiciones conductuales que presentan, muchas veces aparecen cuadros de abstinencia a sustancias que se presentan en urgencias a modo de crisis de pánico.

Los cuadros más preocupantes y de peor pronóstico en un tratamiento en drogodependencia son las personalidades antisociales y con patologías duales como ser cuando están asociadas con enfermedades infecto-contagiosas como por ejemplo el HIV, por lo general provienen de familias desintegradas donde hay una ausencia de la función paterna, con historia de abuso físico infantil, baja interiorización del valor de la familia, crueldad parental, presencia de alcoholismo y adicciones de otros miembros familiares, delincuencia familiar, y bajo nivel intelectual , estos pacientes que se han desarrollado en un ambiente tan hostil carente de empatía y afectividad van perfilando una identidad que muestra                                  
un sentimiento de invulnerabilidad y su falta de remordimiento y control sumado su impulsividad da cuenta de conductas donde prevalece la negación maniaca como defensa y contribuye a la transmisión no solo por compartir jeringas dentro de su grupo sino que es mayor la incidencia de relaciones heterosexuales sin cuidado transmitiendo la infección por esta doble vía, sea endovenosa, sexual y de transmisión vertical de madres infectadas portadoras del HIV a sus hijos.



También se encuentran conductas de trueque sexual por lo general de mujeres adictas que intercambian sexo sin protección por drogas constituyendo un foco de transmisión de enfermedades de transmisión sexual.




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