lunes, 19 de diciembre de 2016

LA PERSONALIDAD LIMITE





Introducción:

Los trastornos de la personalidad se describen como patrones desadaptativos de funcionamiento de un individuo en áreas estructurales como ser la cognición, la esfera afectiva, las reacciones interpersonales y el control de la impulsividad, la rigidez de estos patrones hacen a la dificultad con que se encuentra la clínica para una modificación funcional, pero lo que lo complejiza es la amplia comorbilidad que guardan con patologías del Eje I, así como también la influencia de patologías orgánicas correspondientes al Eje III.
En individuos normales existe flexibilidad adaptativa con respecto al medio ambiente circundante, a diferencia de las personas con trastornos de personalidad cuyas conductas son rígidas y desadaptativas y en circunstancias de estrés responden con escasa estabilidad tendiendo a establecer estados de estancamiento generando círculos viciosos.
El objetivo de este trabajo es una aproximación al trastorno de personalidad límite correspondiente al eje II del DSM IV y sus comorbilidades que complejizan el tratamiento.
Hoy en día nos encontramos con esta problemática cada vez más acuciante en el ámbito de la clínica, los modelos sociopolíticos y económicos imperantes en donde la incertidumbre predomina, coloca a la subjetividad en situaciones muy lábiles y van apareciendo con mayor frecuencia las patologías del vacío, los estados fronterizos en comorbilidad con los trastornos de alimentación, ansiedad y las adicciones múltiples.

Desarrollo

Durante mucho tiempo ha habido muchas corrientes del pensamiento que han abordado el trastorno de personalidad límite, sean de tipo psicodinámico psicoanalítico como el abordaje con marco cognitivo. Dentro de los primeros encontramos enfoques de marco psicoanalítico como los aportes de Otto Kemberg, este planteaba que en el caso del estado fronterizo el proceso de desarrollo no se ha efectuado con éxito, la separación del yo y los objetos no se han integrado a modo de una psique saludable en donde el sujeto debe conseguir esta separación objetal e integrar los aspectos del yo fragmentado en un todo, en un mismo objeto, ese objeto permanente que existe para el psiquismo infantil aun en ausencia del objeto primario (constancia objetal), en el fronterizo ha habido un exceso de agresión temprana que constituye la base de la ira y la frustración que padecen.
En las neurosis los mecanismos empleados pueden ser la intelectualización  y la racionalización que son mecanismos defensivos avanzados a diferencia del psicotico cuyas defensas son primitivas como ser la proyección y la disociación, la estructura borderline esta ubicada dentro de un punto intermedio entre las psicosis y las neurosis con mecanismos defensivos arcaicos que lo protegen de la angustia de abandono (derrumbe en términos de Winicott)
Kemberg habla de una organización en donde se puede establecer un grado de integración de la identidad, formas típicas de defensas de tipo arcaicas como ser la escisión, que es la división de objetos dicotómicos, objetos idealizados y objetos devaluados lo que hacen también al viraje que se emplea, con aumento ansioso frente a confrontaciones de la autoimagen y de los objetos. En una personalidad estable coexisten los afectos buenos y malos en el mismo objeto, en cambio en el borderline se excluyen mutuamente, solo puede percibir aspectos absolutamente buenos en un objeto y malos en otro pero como totalidad, lo cual habla de una falla en la racionalidad de la percepción de las cosas, la omnipotencia y la devaluación objetal surge como producto de ese clivaje,  La negación opera también tanto en el campo perceptivo como emocional cuando utiliza estas dicotomías respecto a simismo u otros pero carece de memoria emocional, estas defensas operan de manera de proteger al individuo de la desintegración y del conflicto de fusionarse el simismo y el objeto. Hay en el borderline (tambien denominado trastorno limite de la personalidad) una incapacidad estructural de intolerancia a la frustración, no toleran eventos angustiantes razón por la cual opera la negación alterando la percepción, los sentimientos de tristeza y vacío le son intolerantes, momentos cruciales en donde muchas veces aparecen comportamientos bulímicos y de toma de medicamentos o alcohol a fin de dominar esta ansiedad desestructurante.
La identificación proyectiva es otro de los mecanismos operantes en la estructura borderline  que conjuntamente con la proyección y la negación donde los sentimientos negativos como la ira y la tristeza no son tolerados por la persona por lo que se los atribuye a terceros, no-solo proyecta en otros los sentimientos negativos sino que se siente perseguido por ellos apareciendo rasgos paranoides.
Estos pacientes impresionan al principio del tratamiento como pacientes neuróticos, muchas veces derivados por el servicio de clínica por padecimientos de ansiedad y polifobias, la comorbilidad del trastorno limite con patologías de los trastornos de ansiedad en el Eje I son muy frecuentes ya que mantienen un estado crónico de ansiedad y desborde de la misma en momentos de estrés lo que los lleva a estados regresivos.
Dentro de lo más recurrente aparece la ansiedad generalizada, los cuadros obsesivos-compulsivos que se han hecho egosintónicos  con tendencia a racionalizar el síntoma. Las crisis de angustias y las limitaciones agorafóbicas suelen aparecer como elemento disparador que requiere una intervención profesional. Luego dentro del tratamiento van apareciendo los aspectos más recurrentes y problemáticos de estos pacientes como ser la conducta interpersonal, el estado de ánimo y los problemas de autoimágen, son pacientes que producen a veces hasta en la misma sesión virajes anímicos de sentirse abrumados por la depresión y la sensación de desesperanza y vacío y girar hacia un estado anímico manifestado por una agitación ansiosa e ira incontrolable, reaccionan con mucha impulsividad muchas veces luego están arrepentidos de tal conducta, son impredecibles en ese aspecto, su vida y sus afectos son superficiales y caóticos, siempre con un temor al abandono, produciendo con sus acciones el rechazo de su entorno.
 Desde el abordaje dialectico conductual, estos cuadros suelen tener muy buenos resultados en menor tiempo de tratamiento. Se desarrollan en la terapia las carencias que estos pacientes padecen, como ser las habilidades de autoregulación, la intolerancia a la frustración( son personas que no toleran el mínimo malestar), el manejo adecuado de las relaciones interpersonales, porque les es difícil inhibir las conductas desadaptativas, sus emociones se caraterizan por la intensidad, junto con los supuestos disfuncionales asociados a sus sistemas de creencias que fueron incorporadas producto de su entorno invalidante con que han crecido.




En el caso de la comorbilidad de una bipolaridad y el trastorno de personalidad borderline los puntos en contacto de estas dos patologías son muy lábiles, por un lado sabemos que la bipolaridad es una patología de fluctuaciones del estado anímico donde la depresión es la presentación más común del trastorno, su presencia en comorbilidad con esta patología en el eje II complejiza el tratamiento, vemos un paciente que por un lado tiene un comportamiento hiperreactivo con tendencia a reacciones impulsivas que afectan no-solo a las relaciones interpersonales, sino a la percepción de la realidad y a la alteración de su self. Por otra parte suele pasar por períodos de alteración del humor con excitación psicomotriz.
En ambos cuadros requieren tratamiento farmacológico y terapéutico especifico, siendo la terapia dialéctica conductual la que mejor resultado ha dado.


Lic Monica Arcas – tel: 4798-9030

No hay comentarios:

Publicar un comentario