El trabajador en el área de salud, y específicamente me referiré al
trabajador en la Salud Mental en Argentina, es un ser que suele erosionarse
psicológicamente por la carga mental que lleva, este proceso se diferencia del
estrés laboral, y provoca alteraciones negativas en la salud ya que se expone
cotidianamente a situaciones negativas del trabajo no solo con la población con
que trabaja sino principalmente por las condiciones laborales , falta de
espacios propios, de fármacos frente a una situación social bastante
deteriorada en lo económico, la cantidad de pacientes y los bajos salarios que
se percibe, la ausencia de equipos Balint para trabajar conflictos internos que
suelen suceder entre los grupos humanos, todos estos factores inciden
directamente en las áreas emocionales, fisiológicas y conductuales.
Cuando un trabajador de la salud comienza a erosionarse
psicológicamente, este proceso que es distinto al estrés laboral, va incidiendo
negativamente en la salud ya que la exposición a las condiciones negativas del
trabajo que no resultan controlables ponen en juego la posibilidad de
utilización de estrategias adecuadas e inciden directamente en las areas
emocionales, conductuales y fisiológicas.
Desde lo emocional, el síndrome del quemado (Burn-out) se manifiesta en
un distanciamiento con el rol profesional de forma patológica de
autoprotección. Manteniendo muchas veces una distancia poco saludable no solo
para él sino principalmente para el paciente quien necesita principalmente para
el avance del proceso terapéutico mantener una alianza de trabajo. Los estados disforicos,
de despersonalización, la desmotivación, sumado a procesos de alteración de
funciones cognitivas tales como el mantenimiento de la atención y la
concentración fundamental para el ejercicio profesional, esto a su vez genera
en el profesional sentimientos de culpa e impotencia, donde la idea de dejar la
profesión comienza a generar un sentimiento de fracaso que lleva muchas veces
al abuso de sustancias e ideas suicidas.
A nivel de la conducta se perciben este distanciamiento observable y
iatrogénico con el paciente, aumento de los niveles de ausentismo y falta de
compromiso. Suelen aparecer conductas agresivas, con cambios bruscos del humor,
impulsividad en la toma de decisiones, estados de apatía y hostilidad donde el
paciente es visto como alguien que puede llegar a perjudicarlo, manteniendo o
una conducta fría o bien cínica que no corresponde con el perfil del trabajador
en salud.
Ese estado mental invade e impregna toda la vida del trabajador, si bien
muestra el mayor malestar en el horario de trabajo, no se disocia de manera que
no impregne en la vida personal del terapeuta, que tiende a tener disforia y
tendencia al aislamiento,
Posibilitar dentro del espacio de
trabajo, momentos de distención, trabajo en equipo, espacios para desarrollar
otros aspectos de la profesión distintas a la atención propiamente dicha, en el
sentido de la búsqueda de espacios de reflexión, de estudio, talleres donde
pueda realizar el profesional técnicas de mindfullness generaría un cambio
fundamental y propicio que evitaría el avance de la erosión psicológica. Está
en manos de los servicios de salud implementar estas pautas e ir viendo los
cambios en la salud del trabajador que pueden suscitarse.
Lic Mónica Arcas – Psicóloga Clinica Albarellos 2160 Martínez 4798-9030
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