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miércoles, 26 de junio de 2019




Depresión en personas adultas

Actualmente hay una tasas de aumento de la población mayor de 65 años, y de ella la cuarta parte padece estados depresivos, de hecho la depresión es conceptualizada como la epidemia del siglo XXI. En la atención clínica en este grupo etario la mayor parte sufre estados emocionales disforicos donde el adulto mayor sufre estados ansiosos depresivos con quejas somáticas incidiendo en la calidad de vida de las personas y generando un alto costo en salud.

Los adultos mayores comienzan a tener problemáticas en salud mental debido a múltiples causas, una de ellas es el pase a retiro, en este período en lugar de ser una etapa de la vida de jubileo (jubilación) se convierte en un alto porcentaje un cambio en la calidad de vida del jubilado, por el alto costo de acceso a la medicina y los bajos recursos con que cuenta, también comienza a aparecer la discapacidad de los mismos (procesos artrosis), demanda de los cuidadores, y a mayor edad de la persona comienzan los procesos degenerativos de la capacidad cerebral (Enfermedad de Alzheimer, Demencias vasculares, enfermedad de Parkinson entre otras). Y estas últimas enfermedades que afectan a la química cerebral pueden traer como consecuencia la exacerbación de estados depresivos. También sufren de estados de depresión las personas afectadas con procesos oncológicos, así como las afecciones degenerativas de las articulaciones al convertirse en procesos crónicos que se cristalizan cuando se le suma la inactividad propia de la edad. Además la cronicidad de cualquier patología produce un desgaste psíquico que potencia las dolencias físicas y por ende no permite la mejoría del cuadro, es por ello que siempre se deben tratar las comorbilidades conjuntamente.

Otro de los problemas más comunes en la población anciana son los trastornos en el ciclo del sueño, las personas deprimidas suelen tener alteraciones en el ciclo del sueño sea de conciliación, sea en la fase intermedia del mismo y con frecuencia despertares temprano. De hecho en el envejecimiento la etapa de REM (movimientos de ojo se acortan en las fases 3 y 4 del sueño) y hay mayor incidencia en una calidad de sueño más precaria, con etapas de fragmentación del mismo.

Unas de las quejas más comunes de las personas mayores son las pérdidas, la perdida de la pareja, especialmente cuando el vínculo fue amoroso, deja lugar a estado de tristeza profunda donde muchas les cuesta superar la pérdida, y si el anciano no cuenta con una red familiar de contención dan lugar a procesos mórbidos de depresión, cuanto mayor sea más vacío sienten ya que sus pares (amigos, conocidos del barrio) han muerto y no encuentran referentes para el intercambio afectivo y social. La tristeza que sienten estas personas donde su mundo se va desdibujando y la falta de inserción generacional  que existe en esta sociedad va generando estadios donde en mayor o menor intensidad se conjugan emociones como la tristeza, el enojo, estados de tedio, irritabilidad y soledad. Estos estados de abatimiento da lugar en muchos casos de abuso de sustancias a modo de mitigar el dolor, el abuso del alcohol y/o psicofármacos es frecuente la automedicación “para no sentir”, además como la mayoría de estas personas suelen tener poli medicación por las patologías que suelen sufrir (hipertensión arterial, diabetes, enfermedades reumáticas) la combinación con alcohol o el abuso de psicofármacos pueden llevar al anciano a un desenlace fatal.

Es importante en la medida de las posibilidades del anciano que no pierda contacto con pares, el aislamiento es la peor opción, los centros de jubilados, la posibilidad de recreación con ejercicios tales como aquagym para adultos, los juegos de mesa, incluso el uso de internet les permite una dinámica que no solo mejora la atención y la concentración del adulto, sino que promueve el intercambio comunicacional que los saca de un estado de aislamiento. Y desde el punto de vista neurocognitivo es importante que el anciano mejore sus funciones ejecutivas a través de ejercicios neurocognitivos, rompecabezas, crucigramas, sodoku y juegos de mesa que son importantes para el manejo de la atención, manejo visoespacial y concretración.

Lic.Mónica Arcas – Psicóloga clínica – 15 3488 2542




domingo, 3 de abril de 2016

CARACTERISTICAS DE LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD EN LAS PERSONAS MAYORES



Lic Mónica Arcas

En la población geriátrica la ansiedad es un síntoma común pero como cuadro patológico a modo de crisis panicosa es menos frecuente, pero si bien los trastones de ansiedad en términos generales su aparición es precoz (en la niñez, adolescencia y adultez) no priva de que haya cuadros que cumplan criterios de trastornos de ansiedad. La mayor comorbilidad que se ve en los ancianos es la depresión, junto con los trastornos de deterioro cognitivo que avanzan a partir de la tercera edad.
Es importante que el psicólogo a cargo de personas mayores esté capacitado en la evaluación cognitiva la determinación del estado del paciente es un punto muy importante para establecer un tratamiento eficaz, se tomaran en cuenta en función  a los déficit que pueda presentar en el presente y el tipo de enfermedad que padezca, hay que tomar en cuenta también las enfermedades orgánicas y antecedentes premorbidos que haya tenido la persona. Muchas veces el paciente nos puede sorprender en sus capacidades cognitivas que están relativamente muy bien conservadas, es por ello que la anamnesis del paciente y su núcleo familiar es de un factor importantísimo para el comienzo más allá de tener con este un buen rapport.
Con respecto a los trastornos de ansiedad vemos que para el cuadro de ansiedad generalizada la prevalencia es relativamente baja, pero si se presentan con mayor grado el síndrome ansioso, porque se le suma el correlato físico a modo de temblores, tensión muscular, inquietud psicomotriz hiperactividad autonómica (disnea, sudoración, micción urgente palpitaciones, dificultades de concentración y principalmente insomnio.
Con respecto a las crisis de angustia los ancianos suelen tener dificultad respiratoria, sensación de mareo y miedos especialmente a tener accidentes de caídas por temor a la rotura de huesos entre ellos la rotura de cadera que es frecuente. También muchos tienen conductas agorafobias miedo a salir de su casa por las caídas o bien debido a la inseguridad de ser asaltados y su fragilidad de defensa.
Con respecto al estrés postraumático relacionado con algún evento sufrido en la adultez puede llegar a carnificares con la sintomatología típica del estado traumático, revivencia del dolor sufrido compartido con síntomas físicos. Pero también suele ocurrir donde la persona haya vivido un acontecimiento donde vivió un horror intenso en edad senil que desarrolle el inicio de un estrés postraumático, como se ha visto en cantidad de ancianos que fueron violentados en asaltos.
En cuanto al trastorno obsesivo compulsivo en los ancianos pueden observarse más en contenidos de tipo religioso, es raro la aparición en la tercera edad pues por lo general se presentan en edad muy temprana, y se desarrolla hasta los cincuenta años con periodos fluctuantes. En el caso de un TOC que ha hecho inicio en la edad adulta llegando a la vejez con este cuadro la sintomatología es menos florida y mas tolerada tanto en las ideaciones obsesivas como en la realización de los rituales, el tratamiento con Técnicas de prevension de respuesta dan un resultado muy eficaz.
Elementos a tomar en cuenta en el tratamiento de ancianos:
Es normal y altamente frecuente que los ancianos se quejen de sintomatología física, el tema de su salud es uno de los puntos de mayor preocupación en la población longeva. Es importante destacar que cada persona tiene un estilo de afrontamiento particular, muchas veces abordar la charla desde lo somático posibilita el despliegue de problemáticas de convivencia y factores psicológicos que el paciente por miedo al juzgamiento no lo habla.
El anciano por lo general cuando sus funciones cognitivas lo posibilitan tiende a revisar su vida, busca una interioridad, busca el sentido de su existencia, esto se asocia al proceso de envejecimiento, esta introspección muchas veces va acompañado de un sentido existencial espiritual que acompaña a la mayor angustia humana que es la finitud y la trascendencia.
El anciano debe aceptar el paso del tiempo, de lugares y roles activos de la sociedad, de su protagonismo y poder que en su madurez logro, pero eso no quiere decir que no tenga valor su experiencia, sino todo lo contrario, hay que estimular a la sociedad para que integre cada día mas a los mayores, porque son  nuestros referentes históricos. Las situaciones de duelos vividos por la pérdida de su cónyuge muchas veces cuando están demasiados apegados trae como consecuencia un impacto depresivo en el cónyuge que queda, el acompañamiento terapéutico, social y espiritual es de suma prioridad. Las perdidas de seres queridos son imprevisibles, muchas veces también se acompaña de la perdida de círculo de amigos que son fuente de acompañamiento etario y social. Los avances tecnológicos y la vida posmoderna muchas veces no permiten la integración de la ancianidad especialmente en los países occidentales