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sábado, 4 de mayo de 2024

PERSONAS HIPERSENSIBLES A LA ANSIEDAD


 Existen muchas personas con una alta sensibilidad a la ansiedad y que sus temores sobre las sensaciones corporales (registro interoceptivo) como los cambios físicos y psíquicos que conlleva los estados de ansiedad los afecta de una manera más exagerada. Como cualquier emoción humana la ansiedad genera cambios internos que muchas veces son desapercibidos como ser el aumento de cortisol en sangre, las señales más evidentes son las alteraciones en ritmo cardiaco palpitaciones, taquicardias. (que asechan a la idea de alguna alteración coronaria) o las rigideces del cuerpo como las contracturas que se producen por el exceso de tensión corporal. Aquellas personas que se obsesionan en chequearse padecen ese miedo a las sensaciones corporales y generalmente les adjudican una etiqueta distorsionada que aumenta su malestar, detectan señales sutiles que en la mayoría de las personas pasan desapercibidas. Generan un círculo vicioso aumentando los niveles de la ansiedad y muchas veces estos estados alterados generan que la persona no solamente agrave su cuadro poniéndose hipocondriaca, sino que muchas veces esto se observa en la etiología de los desórdenes por abuso de sustancia o cuadros de trastornos de bipolaridad o de personalidad de tipo limítrofe. La sensibilidad a la ansiedad aumenta y magnifica el tono aversivo de un espectro de experiencias somáticas desagradables y que conlleva miedo a quien lo padece. Es por ello que estos perfiles tienden a respuestas desadaptativas para aliviar su malestar como ser la evitación o el abuso de psicofármacos para manejar las situaciones de malestar, en muchos casos se observa el consumo de alcohol para desinhibirse en situaciones sociales llegando éste a ser un recurso que lo lleva a dependencia. Muchas de las veces las personas ante la presencia de la ansiedad anticipatoria activan en su mente situaciones en donde se perciben en el peor escenario, sea de descomponerse , sea de no soportar la mirada de otros por temor a las críticas, o de bloquearse y no poder sostener una conversación con otros como la idea de tener “blancos en la mente”, la evitación es una de las conductas más desadaptativas para enfrentar la ansiedad, puede que en un primer momento el sujeto sienta alivio, pero no deja de saber en su interior sobre sus limitaciones y su tendencia al aislamiento que le provocara consecuentemente estados de tristeza, inadecuación social e incluso depresión. La sensibilidad a la ansiedad es una disposición a dar respuestas exageradas de amenaza por señales somáticas mal interpretadas asociadas a estados de estrés, pánico y agotamiento del organismo. Acorde con el tipo de sintomatología predominante podríamos hablar de tipo de perfiles más asociados a diagnósticos , esto nos ayuda en las intervenciones clínica a efectuar por ejemplo, los pacientes que padecen crisis de pánico, agorafobia y ansiedad generalizada, suelen tener con frecuencia alteraciones de activación del sistema simpático con aumento de la frecuencia cardíaca, dolor en la zona del pecho (opresión torácica) e interpretan distorsionadamente estos síntomas como síntomas que pueden ser producto de un problema coronario. Suelen chequearse con regularidad la presión sanguínea, su pulso, se asustan y evitan cualquier actividad que pueda requerir una mayor exigencia cardiaca como hacer ejercicios físicos, también situaciones que lo estresen o lo activen emocionalmente. Suelen ser personas que por lo general utilizan mucho las guardias, uso frecuente de EEG, búsqueda en internet de patologías que se asocian a sus síntomas lo cual aumentan su propia ansiedad. Las personas con un perfil más de tipo respiratorio lo encontramos en cuadros de pánico, claustrofobias y ansiedad por la salud, perciben estos individuos cambios normales en la respiración, por lo general hiperventilan y entonces sienten que se ahogan que se les cierra la garganta, la hiperventilación trae como consecuencia una respiración alta insuficiente, mas con el vértice que con la base de los pulmones produciendo un desbalance entre el oxígeno y el dióxido de carbono de la exhalación (hay más oxígeno y menos dióxido) lo cual repercute en estados de mareos, sensación de irrealidad o desrealizacion sienten embotamiento, y sensación en muchos casos de desfallecimiento. Al encontrarse monitoreando la respiración con miedo se valora este impulso de no respirar como una amenaza y se compensa con una respiración voluntaria más forzada, más intensa, lo cual empeora el desequilibrio de O2 y CO2. Es importante aprender sobre la respiración abdominal en donde en la exhalación se promueve la activación del sistema parasimpático que relaja al sistema nervioso. De este modo, las personas con un perfil respiratorio de sensibilidad a la ansiedad hiperventilan, generando sensaciones de falta de aire e inestabilidad, monitorean su respiración e interpretan las señales respiratorias como peligro de asfixia, sofocación y/o desmayo. Estas personas evitan espacios cerrados, como ascensores, ir a lugares concurridos como ser recitales, cines etc. Muchos de ellos evitan ejercicios muy saludables como la natación por mantener por espacios breves de tiempo la respiración bajo el agua. Los ataques de ansiedad mantienen la percepción de una falsa pérdida de control, hay personas cuyo perfil es más obsesivo necesitan mantener todo bajo control lo cual es una falacia porque no se manejan todas las variables bajo el dominio de uno, también en los pacientes pánico y con ansiedad generalizada las sobre preocupación que tienen sobre variables económicas exceden a la conducta que puedan tomar. Estos pacientes tan sensibles tienen miedo de “hacer algo” que puedan dañarlos, como ser estar en un balcón y temer tirarse al vacío, temor a salir y descomponerse y vomitar o defecarse, o tener una erección en un lugar inadecuado. Desde lo cognitivo juega mucho el miedo a perder el control de perder el juicio (miedo a la locura). En los casos de padecer ansiedad social este perfil teme padecer la experiencia de juzgamiento negativo del entorno social, autopercibendose inadecuado, torpe o simplemente debido a su baja autoestima no poder encajar con un determinado grupo social con quien les toca convivir sea en el ámbito académico o laboral. Los signos visibles los paraliza (sudor excesivo, temblor, ruborizacion, tartamudeo, o simplemente bloqueo de palabras, las conductas de evitación varían acorde sea una ansiedad social generalizada o parcial, existen conductas de reaseguro que perpetúan en síntoma como ser maquillarse de una manera que no se les note la ruborizacion, declarar disfonías para evitar hablar, mantenerse con una mirada evitativa y alejada de las personas para evitar el contacto verbal con otros, porque suponen falsamente que deben “ impactar “ para ser aceptados, llevar la medicación a todas partes cuando ya han tomado su dosis prescripta en el caso de aquellas personas que requieran el apoyo farmacologico. Como los trastornos de ansiedad no son puros, sino que la comorbilidad es la regla estos perfiles no son excluyentes, sino que conviven en las personas ante determinadas circunstancias y deben ser tratadas con la reestructuración y la psicoeducacion pertinente en cada caso, insistiendo durante el tratamiento en estas técnicas hasta la apropiación por parte del paciente en su vida cotidiana para la extinción de conductas evitativas que mantienen la patología

 Lic.Mónica Arcas psicóloga especializada en Trastornos de Ansiedad

sábado, 10 de junio de 2023

 

Detener el pánico es posible

La ansiedad es una sensación interior de miedo, temor o inquietud, que todas las personas han sentido en alguna ocasión.

Cuando aparece un conflicto en las relaciones personales, ya sea en la pareja, en la familia o en el trabajo, el nivel de ansiedad puede subir mucho si la situación de estrés se mantiene en el tiempo. Cuando esto sucede la persona empieza a tener dificultades para desarrollar sus actividades diarias, preservar sus relaciones sociales e ir a trabajar.

No es infrecuente que la ansiedad siga incrementándose y en ese caso aparece lo que llamamos crisis de ansiedad o ataque de pánico. Los ataques de ansiedad se entienden bien si pensamos en un vaso que está lleno de agua y que empieza a rebosar por el borde. Durante un ataque de pánico la persona tiene tal nivel de ansiedad que no es capaz de mantener el control, por lo que sufre un intenso temor a volverse loco o morir.

 

Un ataque de pánico se caracteriza por la aparición de los siguientes síntomas:

 

- Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.

- Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.

- Aumento del ritmo cardíaco.

- Respiración acelerada (hiperventilación).

- Sudoración.

- Temblor.

- Problemas para conciliar el sueño.

- Dificultades para controlar las preocupaciones.

- Tendencia a evitar las situaciones que generan ansiedad (conductas de evitación).

 

Debido a la aparición de todos estos síntomas de forma súbita y en ocasiones inexplicable, las personas suelen sentirse vulnerables, sufren intenso temor al descontrol (hacer “algo” que los ponga en peligro o bochorno) y pierden la confianza en sí mismas, teniendo el ataque de pánico puede aparecer en cualquier momento de forma inesperada.

Ø Es imprescindible que consulte a un psicólogo que se ha formado en estas patologías, que no solo verá los síntomas y cogniciones de le genera la ansiedad, sino que está formado a evaluar mediante indagación, escalas y una buena entrevista diagnostica la asociación con otros cuadros que suelen estar combinados (a esto lo llamamos comorbilidad) Es el especialista quien evaluará esta situación y si requiere o no del apoyo farmacológico, por eso primero consultar a un psicólogo pues en muchos casos no requiere tomar antidepresivos y ansiolíticos, sino que se puede el paciente si no esta tan deteriorado resolver la ansiedad de manera natural.

Ø Se descartan causas físicas orgánicas que pueden explicar la aparición de síntomas (hipertiroidismo, anemia etc.). La mayor parte de los cuadros de pánico provienen de causas psíquicas (duelos no elaborados, situaciones crónicas de estrés, exceso de responsabilidad, alteraciones en la higiene del sueño etc.)

 

Acciones para contrarrestar un ataque de pánico:

1. Respira de forma pausada y profunda.

 

Concéntrate en inhalar y exhalar por la boca, sintiendo cómo el aire llena lentamente tu pecho y abdomen, para luego expulsarlo más lentamente. Inhala contando hasta cuatro, mantén el aire por un segundo y luego exhala contando hasta seis o mas!

 

2. Reconoce que estás teniendo un ataque de pánico

 

Durante un ataque de pánico muchas personas creen que están sufriendo un infarto y van a morir. Puesto que sabemos que se trata de un problema psicológico, es importante entender que los síntomas tienen un carácter temporal, por lo que en relativamente poco tiempo volveremos a estar bien, porque la ansiedad por sí misma no es causa de muerte inminente. Nadie muere por un ataque de pánico no hay evidencia científica, es solo un momento donde hay una serie  de cambios fisiológicos aumento de la adrenalina y activación del sistema nervioso simpático que genera síntomas muy molestos pero no peligrosos.

 

3. Cierra los ojos

 

Cerrar los ojos es una medida extraordinaria para reducir el nivel de ansiedad durante un ataque de pánico. Nos ayuda a eliminar estímulos externos, concentrarnos mejor la respiración, y facilitar la aparición de imágenes agradables en nuestra mente. Pensar en una situación placentera como una playa desierta o un paseo por la montaña ayuda mucho a relajarnos. Respira lentamente hasta llevar el aire al abdomen reten un segundo y expira mas lentamente aflojando y dejando caer tus hombros, relaja tu mandíbula, tus nalgas, tus pantorrillas afloja todo tu cuerpo en la exhalación y veras cambios importantes en la frecuencia cardiaca y la tensión corporal

 

4. Concéntrate en tu cuerpo

 

Puesto que los ataques de pánico pueden dar sensación de extrañeza o desrealización (sensación desapego o separación de la realidad),esto es debido a la hiperventilación o respiración alta y rápida concentrarnos en lugares de nuestro cuerpo que conocemos bien, suele ser muy útil. A algunas personas les ayuda sentir sus manos al frotarlas con los vaqueros, tocar su cara o sus párpados. Estas sensaciones específicas te ubican firmemente en la realidad y te dan un objetivo en el que concentrarte. Pero no en tus síntomas sino en tus partes del cuerpo de manera conductual

 

5. Focalízate en un objeto conocido

 

Puede resultar muy útil enfocar la atención en un objeto conocido durante un ataque de pánico. Esto se llama desfocalizacion, las personas con ansiedad suelen tener la conducta de autochequeo (registro interoceptivo) que lo único que produce es el aumento del miedo y por ende mayor liberación de adrenalina que produce aumento de frecuencia cardiaca que asusta a la persona además de hiperventilar. Hay quien le sirve mirar el reloj, fijarse en el techo o en el suelo, centrarse en las patas de una mesa o en una silla durante el periodo de máximo malestar. Concentra toda tu energía en este objeto y los síntomas de pánico tenderán a disminuir.

 

6. Utiliza técnicas de relajación muscular

 

Al igual que la respiración profunda, las técnicas de relajación muscular pueden ayudar a detener un ataque de pánico que se aproxima, controlando la respuesta de tu cuerpo tanto como sea posible. Relaja conscientemente un músculo a la vez, comenzando con algo simple como los dedos de tu mano y haz lo mismo en otras partes de tu cuerpo. Las técnicas de relajación muscular serán más efectivas cuando las hayas aprendido y practicado de antemano. Realizar las Técnicas de Jacobson de Tensión y relajación muscular.

7. Haz ejercicios ligeros

 

Un ejercicio ligero cómo caminar o andar ayuda a liberar endorfinas y ello facilita la mejoría durante un ataque de pánico.

 

8. Mantén lavanda a mano

 

La lavanda es conocida por ser calmante y aliviar el estrés. Puede ayudar a que tu cuerpo se relaje. Si sabes que eres susceptible a sufrir ataques de pánico, ten a mano un poco de aceite esencial de lavanda y ponte un poco en los antebrazos cuando sufras uno e inhala su olor. También es indicado poner dos gotas de lavanda en tu almohada o bien un ramo chico de lavanda en una bolsa de tul en tu almohada, esa fragancia al igual que el tilo favorecen a la relajación.

 

9. Repite una idea positiva internamente

 

Repetir una frase con contenido positivo internamente puede ser muy relajante y tranquilizador durante un ataque de pánico. Es muy útil pensar que “el malestar pasará” y que la vida nos ofrecerá nuevas oportunidades para sentirnos mejor. O “me ha pasado otras veces y no fue algo peligroso”

Lic. Mónica Arcas – Especialista en Trastornos de Ansiedad Miembro Titular AATA

Consultas al 15 3488 2542

miércoles, 26 de junio de 2019


ALERTA CRISIS DE PÁNICO

Las crisis de pánico son episodios paroxísticos sumamente molestos, pero no por ello peligrosos que modifican seriamente la conducta de sus afectados.

 El cambio cognitivo conductual que se presenta en las crisis altera de una manera primitiva la conducta y los pensamientos, ya que el organismo reacciona como si estuviera ante un peligro real. Esta alteración del funcionamiento cerebral en donde interviene la amígdala y el hipotálamo se descalibra generando un nivel de alerta que despierta sintomatología ansiosa, el sistema nervioso simpático activado genera aumento de la frecuencia respiratoria (respiración alta), agrandamiento de las pupilas (midriasis), aumento de la sudoración, taquicardia, mareos, sensación de desfallecimiento en algunos casos, de irrealidad o despersonalización , que va generando en la mente del afectado ideas distorsionadas de lo que en realidad sucede (Pensamientos disfuncionales, de tipo automáticos no racionales, sino impulsados por la lectura subjetiva de los síntomas que prevalecen).

La vivencia subjetiva del panicoso se manifiesta por una sensación de desprotección muy regresiva, la persona se siente en un estado mental de abandono y máxima vulnerabilidad.

 El mundo exterior se torna para el sujeto como un medio amenazante que no puede controlar, y siente la inmensa necesidad de otro que lo contenga, que lo acompañe frente a un miedo muy desestructurante.

 En estado de pánico el sujeto siente una pérdida absoluta de control para su psiquismo, en realidad, la persona conductualmente no pierde el control, ni su coherencia, pero siente emocionalmente que esto sucede y que es incapaz de controlar su estado en ese momento, tiene miedo de descomponerse, de desmayarse o la sola vivencia de despersonalización es vivida como una amenaza a la integridad psíquica.

 Otra manera de vivenciar el pánico es una forma constrictiva, el sujeto siente opresión, dificultad de respiración, se siente como “presa” de un estado que no le permite libertad, expansión. El dolor torácico le representa la peligrosidad de estar al borde de un ataque cardíaco, los pensamientos que se disparan son catastróficos, implican la sensación de una certeza de estar próximo a la muerte, y esto se instala en el psiquismo con tal intensidad que luego de la crisis se instala el miedo de volver a sentir lo mismo (miedo al miedo) quedando atrapada la persona en un círculo vicioso que debe ser desarticulado a través de técnicas y reestructuración

Las crisis de pánico deben ser tratadas con precocidad ya que en un alto porcentaje (95%) se cronifica y se transforman en agorafobia, que son las limitaciones que sufre la persona a sentirse atrapada en un lugar donde no encuentra una salida rápida frente a la inminencia de un ataque de pánico (por ejemplo dentro de un tren, ascensor, supermercado, etc.) o estando sola y siente una gran vulnerabilidad. (Miedo a estar sola en su casa). Todas estas conductas deterioran significativamente la autoestima, el sujeto siente que no puede recuperar su independencia, muchas veces se deteriora las relaciones interpersonales especialmente cuando la pareja y/o familia no comprende el grado de dificultad que atraviesa la persona en sus crisis.

Lic Mónica Arcas- Especialista en trastornos de ansiedad (A.A T A)

Consultorio en zona Norte: Vte López: Haedo 1505 1 Piso 8

Olivos: Villate 1607




lunes, 11 de febrero de 2019


Ansiedad y alcoholismo

Existe en muchos cuadros de ansiedad su asociación con el alcohol, éste último mal utilizado por la persona como un recurso casero de aliviar temporalmente la ansiedad, o bien para “darse fuerza” en el inicio de una relación interpersonal que frecuentemente ocurre en los casos de ansiedad social. Pero dicha asociación genera un agravamiento de los cuadros sea en su evolución y la respuesta al tratamiento tanto farmacológico como terapéutico.

 Es indispensable tratar lo mas precozmente los cuadros de ansiedad para que el deterioro del mismo no genere la necesidad de asociarlo a la ingesta de alcohol, asi como la psicoeducación del paciente ansioso y que esté prevenido de estos riesgos.

El alcohol aumenta la acción del GABA y antagoniza al glutamato. Ambos neurotransmisores se encuentran implicados en la aparición de los trastornos de ansiedad.

El glutamato también es mediador de la intoxicación y de los efectos crónicos del alcohol, cuyo abuso genera un estado de hiperglutamatergia.

El peligro de esta asociación es que el alcohol genera dependencia con el consecuente efecto de tolerancia (tomar más cantidad para ocasionar el mismo efecto adormecedor que genera la  bebida.) Pero en el ciclo del alcohol tambien aparece el efecto posterior de un estado depresivo. Es por ello que el abordaje de estos pacientes es complejo, el tratamiento del trastorno de ansiedad (crisis de pánico, ansiedad social y ansiedad generalizada y estrés Postraumatico  éste último ya no es considerado un cuadro de ansiedad por el DSMV pero presenta sintomatología ansiosa) se realiza conjuntamente con el trabajo terapéutico sobre el alcoholismo.

Se observa en la clínica que cuando cede los síntomas de activación y el malestar subjetivo que genera la ansiedad,  suele disminuir el consumo de alcohol, tomando en cuenta siempre el valor de la psico educación en el perfil de estos pacientes, asi como tambien evaluar si hay un trastorno de personalidad (depresiva-evitativa) que debe ser tratada.

Si bien en la clínica de la ansiedad hay mayor incidencia del sexo femenino, la asociación con el alcohol prevalece más en los hombres especialmente en la ansiedad social, pero en las mujeres los trastornos de ansiedad son predecesores del consumo de alcohol, especialmente cuando atraviesan episodios de crisis vitales como pérdidas significativas como ser separaciones vinculares en personalidades con un perfil dependiente y depresivas, como tambien en el estrés postraumático. En ambos sexos se presenta en población adolescente, actualmente en nuestro país existe un incremento del consumo de alcohol en dicha etapa evolutiva lo que exige políticas de psicoeducación para esa franja vulnerable.

Lic Mónica Arcas – Psicóloga Clínica – www,ansiedadweb.blogspot.com – 11 3488 2542

viernes, 11 de enero de 2019


LA  ASOCIACION ENTRE LAS CRISIS DE PANICO Y LA DEPRESION

En la clínica se observa con mucha frecuencia cuadros de trastorno de pánico asociado (comorbilidad) con estados de depresión. Cuando los cuadros de ansiedad no son tratados a tiempo por especialista, suelen desencadenar patologías humor que con el tiempo se van agravando generando un estado que incapacita en todas las funciones al sujeto. Pero también es un observable que los cuadros de depresión presenten síntomas de ansiedad, como ser tensión, intranquilidad y no poder estar quieto, irritabilidad, agitación con taquicardia en muchos casos, o sea ambos cuadros poseen sintomatología en común.

Alrededor del 50% de los casos de pánico experimentan sintomatología de depresión mayor, y este último es el más peligroso pues conlleva en muchos casos estados de desesperanza que generan ideación suicida.  Existe prevalencia de población femenina y ambos cuadros tienden a la cronicidad si no son atendidos con celeridad. En definitiva la ansiedad y la depresión pueden existir de manera separada, en comorbilidad es decir en forma conjunta, o complicar una a la otra.

Hay muchos estados de depresión que se presentan con una conducta de aislamiento, de retracción que puede confundirse con ansiedad social, o a través de pensamientos rumiantes y preocupantes que pueden interpretarse como cuadros de ansiedad generalizada, por eso es importante centrarse en los antecedentes previos en la historia del paciente, y el estado actual por el que está atravesando (duelo, perdida laboral, separación etc.).

Ahora bien, se observa en la clínica personas que presentan criterios clínicos de crisis de pánico generalmente asociados a una agorafobia y que la prolongación de este estado le genere el principio de una depresión que es el cambio profundo que tiene el sujeto que está inhibido en su conducta exploratoria normal por el temor que le ocasiona salir y temer tener una crisis de pánico, lo que le hace abandonar su modo normal de desenvolvimiento, se crea una dependencia, se altera negativamente su autoestima, no puede proyectar su vida y comienza a tener estados melancólicos y abatimiento que pueden generar la pérdida del interés vital. Lo cual agrava la posibilidad de ideación suicida, e intentos de suicidio cuando la persona presenta cuadros agravados de los mismos sin asistencia farmacológica y psicológica, especialmente con encuadre cognitivo conductual que frena modificando este estado rumiatorio patológico, y facilitando la posibilidad de pensar en estrategias adaptativas que rompan con este estado tan crítico.

Lic. Mónica Arcas Especialista en T de Ansiedad – arcasweb@gmail.com

Haedo 1505 1 Piso 8 Florida Vicente López – 11 3488 2542


















viernes, 31 de agosto de 2018


Los ataques de ansiedad

Todas las personas somos proclives de padecer un ataque de ansiedad a lo largo de la vida, particularmente los citadinos que vivimos en las grandes urbes llevando una existencia apurada, con preocupaciones, miedos variados, desde la inseguridad callejera, hasta la temida desocupación, cuando los niveles de ansiedad son alterados y sostenidos en el tiempo comienza un estado de distres en el organismo que altera todas las aéreas vitales del ser humano. Los ataques varían en intensidad, y en cada persona tendrá un significado particular que deberá ser descifrado en el tratamiento. Las sensaciones de miedo flotante, estados de desasosiego y preocupación variadas cuando se cronifican comienzan a desarrollar la manifestación de pensamientos preocupantes, a maximizar los problemas, imaginar situaciones muy polarizadas generalmente con un tinte dramático que generan rumia y aumentan su intensidad.

Los síntomas de la ansiedad son fisiológicos entre ellos encontramos la más frecuente que es la hiperventilación, la dilatación de los pulmones para aumentar el flujo de oxigeno, la persona siente que le falta el aire, que se le cierra la garganta, que se le oprime el pecho. Hay aumento de la tensión muscular, del metabolismo basal, muchas veces presencia de aturdimiento, o sensación de estar tan embotado que parece que el cuerpo se desprendiera, estos síntomas dan lugar a que la mente comience a pensar de manera exagerada sobre una eventual catástrofe, el hombre interpreta los hechos por lo que imagina, no por lo que es realmente, esta alteración es la que el terapeuta debe llevar al paciente hacia una forma de pensamiento más realista.

Las causas por las que se desarrolla la ansiedad son variables, existen factores hereditarios, que es un terreno fértil para el desarrollo de los trastornos de ansiedad, pero no es la única causa, hay factores ambientales que el niño va absorbiendo a lo largo de su desarrollo, muchas veces ambientes con violencia familiar, lugares pocos seguros, o muchas veces padres extremadamente controladores que inhiben la exploración natural y saludable de sus hijos, ya que ellos muchas veces son personas con alto nivel de ansiedad. Otro factor de desarrollo de ansiedad patológica es mantener niveles altos de distres, asi como tambien desde el punto de vista neurobiológico se producen desbalances a nivel serotoninérgico, la serotonina es un neurotransmisor importante para el mantenimiento de la salud, la falta de sueño, la falta de organización en los momentos de alimentación, son indicadores a tomar en cuenta, los desbalances de sueño vigilia sumados a un exceso de trabajo y presión psíquica puede desencadenar ansiedad que tiende a cronificarse si no es tratada a tiempo por un especialista.

El tratamiento de los diversos trastornos de ansiedad debe ser en primer término evaluado para ver su severidad y la comorbilidad, es decir la asociación con otros cuadros de ansiedad, o del humor (estados depresivos) asi como tambien poder detectar si hay enfermedad orgánica asociada. Acorde a los resultados, podrán ser medicados y fundamentalmente tratados con terapia cognitiva conductual, a fin de producir los afrontamientos que el sujeto ansioso evita o esta inhibido y detectar las formas inadecuadas de cómo está entendiendo el trastorno para su posterior modificación mas realista y en la búsqueda del sentido de su malestar a fin de generar cambios que lo lleven a una vida más saludable.

Lic Monica Arcas – Psicóloga Especialista en T de Ansiedad

Albarellos 2160 – Martínez- 4798-9030 arcasweb@gmail.com












lunes, 5 de febrero de 2018


Trastornos de ansiedad y la limitación de la agorafobia



Los desordenes por crisis de ansiedad son cuadros  muy comunes que se presentan en la clínica, entre ellos encontramos con frecuencia los cuadros de pánico, una de cada tres personas puede desarrollar si tiene condiciones de vulnerabilidad genética y se dan condiciones psicológicas para su desarrollo.

Las crisis de pánico son episodios súbitos y paroxísticos que aparecen sin preparación previa, es decir sin el desarrollo de la angustia señal que es protectora y genera los mecanismos de defensa (represión y formación sintomática), se presenta como una angustia extrema  con variada formación somatica que va asociada a pensamientos exagerados y disfuncionales tales como el miedo que se produzca un infarto, ACV si la prevalencia sintomática es de dolor precordial, acompañado de taquicardia y sensación de desfallecimiento entre otros síntomas provenientes de una distonia neurovegetativa.

Pero en la mente de quien padece una crisis de pánico esta el miedo extremo de esos momentos que parecen interminable, esta experiencia angustiosa conlleva tambien la idea de la continuidad del yo, la persona siente que se diluye su identidad en esos momentos, y hasta puede llegar a pensar que está perdiendo la coherencia y el juicio (miedo a volverse loco). Esta vivencia de terror es el efecto de la desregulación de los sistemas biológicos de alarma que conduce a la mala interpretación (pensamientos catastróficos).Esta experiencia deja huellas de profundo temor y la persona por lo general se muestra evitativa e insegura por el desarrollo de la angustia,  un alto porcentaje de ellas desarrolla a posteriori agorafobia, que es el miedo a exponerse fuera de lo que considera un “lugar seguro” tener un episodio de pánico y no encontrar refugio inmediato, es por eso que se recluye y su vida se reduce en forma drástica y dependiente con alguna figura que considera que debe acompañarlo a quien considera la persona con quien se siente seguro desarrollando de este modo una dependencia patológica.

La agorafobia tiende a crecer si no se la atiende a tiempo y se lo expone gradualmente al paciente, previamente preparándolo en técnicas de afrontamiento, y de manejo de la ansiedad. Algunos de las inhibiciones típicas de los cuadros de agorafobia es el traslado en micros, subtes, tren, concurrir a shoppings, supermercados en horas pico, estar en un cine, cruzar una avenida, etc. Todas estas limitaciones que produce la agorafobia generan a la persona sentimientos de vergüenza, frustración y ansiedad anticipatoria, como tambien una autoimagen negativa de sí mismo. El mantenimiento de la agorafobia se sostiene cuando la persona se autoengaña creyendo que se mantiene dentro de una zona segura, estas creencias son limitantes, y se tiene que tomar conciencia que las conductas de reaseguro inclusive aquellas mas ridículas como ser llevar todo el arsenal de medicación encima, de ninguna manera son adecuadas, ya que la persona por el hecho de tenerlos encima no significa que hará uso de todos sino solo en el caso de ser prescriptas por su médico y en la dosis establecida. La agorafobia se diluye cuando dentro del tratamiento se hace afrontamientos graduales y se identifica las creencias que en situ la persona sostiene en el mismo. La reestructuración cognitiva junto con la exposición son las formas más adecuadas de mejorar el cuadro de agorafobia ya que desensibilizarlo de estos supuestos lugares peligrosos y al ver que ha logrado una exposición exitosa se conecta con la libertad, con la concreción de metas y el estado anímico se mejora visiblemente. Es importante señalar que el ataque de pánico no es peligroso en sí mismo, si es incomodo y hace que la persona se sienta vulnerable, pero hay técnicas que ayudan a mejorar ese malestar junto con la exposición que es el manejo diario de técnicas de respiración diafragmáticas y de manejo de la tensión.

La terapia cognitiva conductual es un marco teórico-práctico muy eficiente para estas patologías, ayuda a superar la agorafobia en dos pasos, uno de ellos es el aprendizaje de cómo afrontar las crisis de pánico reduciéndolo de manera progresiva hasta controlarlos, y recuperando el territorio perdido va mejorando su autoestima, se alivia la angustia y puede el paciente trabajar otros conflictos que subyacen al síntoma.



Lic.Monica Arcas – 4798-9030










viernes, 2 de junio de 2017

LA ANGUSTIA Y SUS REPERCUSIONES EN EL CUERPO



La angustia es un afecto, que el sujeto siente y sufre, que tiene distintos grados, que se percibe con certeza, que invade al cuerpo especialmente  se siente en la garganta, una opresión muchas veces en el pecho, invade una sensación de tensión que motoriza a la persona al movimiento al hacer algo con este malestar, de acuerdo a la intensidad en cómo se desarrolla esta puede ser motor u obstáculo en la persona.
El motor cuando le permite a la persona accionar, le da señales de alarma para movilizarse, crear sobrevivir, este es el aspecto positivo de la angustia. Y es un gran obstáculo cuando invade el psiquismo a punto tal de paralizarla con sensaciones de impotencia y hasta pánico.
Cuando los niveles de angustia son altos aparece un registro en el cuerpo, síntomas neurovegetativos que alarman a la persona que lo está padeciendo. Cuando estos síntomas se dan en conjunto como opresión en el pecho, taquicardias, mareos, disnea, sensación de irrealidad o despersonalización, sensación de desfallecimiento, y la persona no lo puede controlar sintiendo que está perdiendo el control de la situación que la puede llevar a la muerte física o psíquica, sintiendo certeza de esto, estamos frente a un cuadro de ansiedad llamado ataque de pánico. La persona en este estado registra un estado de máxima vulnerabilidad e indefensión, asi como impotencia por no poder frenar esta situación, en este estado se desconoce, este nivel de no reconocimiento, momento de disrupción, produce mucho miedo e incluso es el motor de cogniciones disfuncionales relacionadas con el daño al aparato psíquico, pensar en un estado mental alterado definitivo, al igual que la despersonalización la persona está con niveles de conciencia pero siente un vacio que lo definiría como estar muy embotada, la persona queda sin recursos de poder elaborar lo que le está pasando, paralizada por este momento donde quiere huir pero no puede e internamente se encuentra en confusión, perpleja.
La angustia toma diversos caminos de expresión somatica, desde el punto de vista de los trastornos de ansiedad, puede expresarse como ataques de pánico donde el desarrollo de síntomas somáticos genera pensamientos de muerte inminente o perdida de la razón, en la ansiedad social la angustia se centra en el miedo a la relación con el otro, al rechazo que puede tener, al no sentirse con habilidades para enfrentar situaciones cotidianas. Puede invadir la mente como es en el caso de las obsesiones la mente es atacada por pensamientos intrusivos que generan no solo ansiedad sino duda sobre los mismos y muchas veces compele a un acto ritualista a fin de neutralizar el daño del pensamiento que lo atosiga pero se envuelve cada vez más en una maraña de ideas que van invadiendo la mente del obsesivo. Tambien en las ideas paranoides es atacado por una serie de ideas querellantes agresivas y altamente persecutorias.


Muchas de las veces aparece inscripta en el cuerpo a modo de síntoma neurótico como es en el caso de la histeria conversiva, como es en el caso de ciertas cefaleas, desmayos, parálisis, donde el trabajo de levantamiento sintomático implica descifrar el conflicto reprimido que sostiene ese sujeto.
Tambien existen modos patológicos de expresión a través del acting-out por ejemplo se ve cuando se infligen autoagresiones, muy típico en cuadros borderline, los cortes en las piernas y/o brazos, frente a la sensación de extremo vacio, y es una forma de comunicación de su alto malestar. Implica una acción que busca desesperadas respuestas a través de esta actuación, y que constituye un llamado a otro significativo del sujeto.
Cuando la posibilidad de resolver una situación máxima de angustia y se han caído muchas situaciones desesperantes para el sujeto, cuando este se ve sin sostén, sin la posibilidad de red, y bajo situaciones particulares de su psiquismo, como es un alto nivel de depresión no tratada, puede llevar a la autoeliminación que es un estado de desestructuración del sujeto lo que lleva al suicidio.

Lic Monica Arcas – 4798-9030 - 1534882452

martes, 16 de mayo de 2017

VULNERABILIDAD GENETICA EN LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD



Si bien la ansiedad es una emoción normal que todos los mamíferos presentamos y forma uno de los recursos naturales de nuestra supervivencia, cuando estos niveles de ansiedad se mantienen en el tiempo y generan malestar general es posible que la persona esté sufriendo alguna alteración patológica ansiosa pero es importante destacar que en todos los trastornos de ansiedad una persona debe tener una base de vulnerabilidad genética que predisponga a ese organismo al desarrollo del mismo.
Ahora bien, dentro de los factores encontramos los aspectos genéticos que heredamos de nuestros progenitores ansiosos, o con problemas de depresión o alcoholismo, esto sería el principio de un terreno fértil pero no único para su desarrollo, se le suma los factores en cómo se ha desarrollado esta personalidad, las conductas exploratorias que ha tenido el niño en sus primeros estadios y el comportamiento de sus tutores si le han posibilitado una exploración cuidada o estuvieron condicionadas por el miedo de un mayor a cargo del niño (no olvidemos que las fobias se producen por factores vicariantes, es decir el niño absorbe comportamientos de sus mayores, no nace con miedo, sino que se condiciona a este). El vínculo con las figuras de protección depende mucho de la disponibilidad de quien esta con el niño, las figuras de apego son modelos potenciales para el desarrollo normal. Denominamos Apego positivo, cuando  la madre permite una exploración adecuada vigilada tranquilamente por ella que favorece el reconocimiento progresivo del medio circundante y la capacidad del niño de autovalidación, pero tambien puede existir lo que se denomina apego ansioso, que son perturbaciones en la exploración que realiza el niño ya que la madre no ejerce un control adecuado en el mismo no permitiendo una exploración autónoma ya que el niño está en presencia de una madre que no todo el tiempo está en esa contención y que a su vez transmite sus propios miedos, cuando hay apego de tipo ansioso aparece el temor de perder la figura de apego, son niños controladores de sus padres, y suelen presentar ansiedad de separación y si no son tratados adecuadamente aumentando su autoestima y confianza en el mundo externo suelen tener problemas de vinculación pudiendo sufrir en la adolescencia trastornos de ansiedad social. Un extremo seria la deprivación afectiva es decir la carencia de figuras de apego, estos niños por lo general enfrentan el mundo externo con mucho miedo y van formándose corazas para ello, lo cual no significa que internamente haya una gran inseguridad y sentimiento de poca confianza en el mundo externo ya que careció de una protección inicial. Otro tipo patológico de apego es el punitivo, es cuando la madre y/o tutor restringe la exploración bajo amenaza o castigo o mantienen una posición ambigua que no posibilita en el niño generar expectativas coherentes y precisas, todo esto genera en el psiquismo esquemas disfuncionales, que es la autopercepción del niño de no ser eficaz,  y de ser  frágil e inseguro, muchas veces los padres se adelantan a las necesidades del niño, esto se ve mucho en padres fóbicos y ansiosos que se adelantan y realizan acciones que en realidad lo tienen que hacer sus hijos, muy frecuente en los trabajos escolares, los padres no acompañan lo hacen por él, y esto genera dos sentimientos en el interior del niño, uno de ser muy querido, pero el que más perjudica es sentirse ineficaz, esto es silenciado, pero ejerce un poder importante en el desarrollo del self.
En los trastornos de pánico y su posterior desarrollo de agorafobia existe áreas de conflicto (dependencia – independencia y control-descontrol) la primera se manifiestan en la dependencia patológica a una figura de apego que limita la autonomía, teniendo de esta forma una conducta regresiva que es un elemento que si se traslada en el tiempo genera depresión, porque la persona se erosiona psíquicamente se ve desesperanzada en superar este estado y percibe muy peligroso el mundo externo, y el segundo punto de conflicto es el miedo a  perder el control es una manifestación de la ansiedad extrema que genera muchas distorsiones cognitivas, ya que la persona interpreta su malestar de forma exagerada guiándose por la sintomatología neurovegetativa que la ansiedad despierta. Es por eso que los trastornos de ansiedad hay que detectarlos a tiempo, muchas veces no es asi y ya han pasado por diversos profesionales o tratamientos psicológicos con enfoque más centrado en el pasado, que si bien hay que tomar los antecedentes de cada historia vital, la terapia cognitiva está centrada en primer lugar en la situación actual asi poder mejorar la sintomatología para tratar el significado personal del su padecimiento.


Lic. Monica Arcas TCC – 4798-9030 - 1534882542

martes, 3 de noviembre de 2015

LA HIPERVENTILACION SINTOMA CARACTERISTICO DE LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD


Lic Monica Arcas
La hiperventilación también denominada ventilación pulmonar excesiva se presenta con mucha frecuencia dentro de los trastornos de ansiedad. Cuando la persona hiperventila presenta una serie de síntomas que luego son mal interpretados por el paciente  como ser la tendencia a la disnea, o bien la necesidad de aspirar más aire ante la opresión torácica. La necesidad de abrir los pulmones para que entre más aire hace que se respire más rápido y profundo, en realidad la persona no tiene falta de oxígeno, pero se produce un esfuerzo que lleva al organismo a introducir más cantidad de aire de lo necesario, y se produce una eliminación de un exceso de anhídrido carbónico (CO2) que se denomina alcalosis respiratoria (aumento del PH en sangre).
Normalmente el organismo funciona este cambio en la composición de la sangre hace liberar menos cantidad de oxígeno en los tejidos, lo cual hace que aumente la frecuencia cardiaca, esto hace que el sujeto comience a sentir la intranquilidad del aumento de la frecuencia y la angustia aumente y por ende los otros síntomas de activación ansiosa (nerviosismo, temblor, sensación de desfallecimiento, embotamiento, y llegando a sentir sensación de despersonalización). También hay una serie de síntomas como el entumecimiento y hormigueo de las manos, muchas veces frías y sudorosas que potencian la ansiedad llevando al organismo al extremo de una crisis de pánico. Son síntomas secundarios provenientes de la alcalosis respiratoria que reflejan que el organismo está pasando por un estado de distres significativo y está preparado para tener reacciones de lucha o huida que se refleja en la respiración alta, corta y rápida.
Una forma de desactivar la alcalosis respiratoria es inducir al organismo hacia una respiración diafragmática donde potencie la activación del sistema parasimpático (amortiguación del sistema nervioso) y a su vez ir desarticulando las distintas distorsiones del pensamiento que se producen cuando la persona sufre la hiperventilación.A continuación marcare algunas pautas para desactivar la hiperventilación, teniendo en cuenta que la respiración diafragmática debe ser un habito diario, y no produce una desactivación dela ansiedad instantánea en el momento de la crisis
1.       Inspire profundamente sin fuerza, haciendo llegar el aire al abdomen, sostenga el aire tres segundos y luego suéltelo lentamente relajando el cuerpo (zona nalgas, pantorrillas, pecho, cuello, mandíbula).
2.       Utilice las técnicas de tensión relajación (Técnicas de Jacobson) junto con la respiración diafragmática.
3.       Ponga a prueba sus creencias perturbadoras ya que están no están fundadas en la realidad sino en la interpretación errónea de la realidad plagada de distorsiones cognitivas que deberán ser trabajadas con su terapeuta. Muchas veces las personas embotadas suelen tener apreciaciones disfuncionales de tener algo “malo” en el cerebro, o que las palpitaciones pueden llevarlo a tener un infarto.
4.       Mantenga una higiene del sueño y de la alimentación (Ver ficha Psicoprofilaxis para t. de ansiedad)
5.       Trate de mantenerse en el aquí y ahora, el eje es nuestra respiración.



martes, 12 de agosto de 2014

Trastorno mixto ansioso depresivo

EL TRASTORNO MIXTO ANSIOSO DEPRESIVO – CARACTERISTICAS
Lic Monica Arcas
Es uno de los cuadros más frecuentes que se presentan en atención primaria de salud. Aparece este cuadro en forma simultánea presentando síntomas depresivos conjuntamente con estados ansiosos de curso crónico y fluctuante que producen en la persona un deterioro significativo muchas veces con un viso obsesivo, alterando su calidad de vida en lo referente a lo familiar-vincular, aéreas de trabajo, en lo afectivo y económico dificultando muchas veces la productividad.
La coexistencia de ansiedad-depresión es muy frecuente en otros cuadros psicopatológicos de trastornos de ansiedad como ser la ansiedad generalizada que muchas veces guarda comorbilidad con depresión, en las crisis de pánico, y también vemos en las depresiones unipolares y bipolares síntomas altos de ansiedad especialmente en estados excitatorios.
Siempre hay que descartar el curso de una enfermedad orgánica para calificar los cuadros mixtos ansiosos depresivos. Los criterios diagnósticos son los siguientes:
·         Presencia de un estado de disforia sostenido
·         Dificultad en la concentración y en la atención
·         Trastornos en el ciclo del sueño (especialmente I de Conciliación e I.Intermedio)-Despertar con la sensación de un sueño no reparador.
·         Anergia (falta de energía)- presencia de fatiga en muchos casos.
·         Irritabilidad
·         Preocupaciones (rumiacion constante por diversos temas que le preocupan)
·         Hipervigilancia – Estados de alerta se alteran por ruidos, llamados etc.
·         Anticipación de peligros (mayormente son sostenidos por distorsiones del pensamiento)
·         Desesperanza (no poder proyectar nada hacia el futuro)
·         Baja autoestima
·         Trastornos digestivos (alteración de la mucosa gástrica, colon irritable, ulceras, dispepsias)
El tratamiento psicoterapéutico de estos cuadros requiere por un lado una fuerte psicoeducacion a fin de posibilitar al paciente la regulación de su estrés, se lo entrena en técnicas específicas para manejarlo. Son pacientes que por lo general consultan mucho al clínico, por sus manifestaciones físicas y anímicas pero que por lo general no tienen conciencia de enfermedad de origen psicológico, es por eso que cuando entran en tratamiento con especialista en el tema se procede en primer término a una exhaustiva annamesis, se lo evalúa en ansiedad y depresión y se trabaja terapéuticamente detectando creencias disfuncionales que tienen en las dos afecciones cambiando su procesamiento psíquico emocional por formas más realistas de cómo abordar su problemática.
El enfoque de tratamiento apunta a instrumentar estrategias terapéuticas tanto para los estados depresivos como para el manejo de la ansiedad, en un principio con un encuadre de tipo estándar para luego profundizar en las causas personales y de su historia para poder encontrar un mejoramiento anímico que permita a la persona recuperar su autoestima, ser asertivo y mejorar de esta forma su calidad de vida e inclusión social.