FENOMENOLOGIA DE LOS CUADROS BORDERLINES
Los
trastornos límites de la personalidad llamados también cuadros borderlines se
encuentran ubicados dentro del clúster B de Personalidad (DSMV).
Es un
cuadro clínico que ha mostrado a lo largo de los años dificultades diagnosticas
ya que eran de difícil diagnostico y de mantención del tratamiento tanto
farmacológico como psicológico.
Se
caracteriza por la inestabilidad emocional y sus múltiples comorbilidades, son
pacientes impredecibles, caprichosos con una fuerte carga de ira que se
desarrolla en forma inesperada y que genera una fuerte crisis emocional con
comportamientos muchas de las veces autodestructivos (intentos de suicidios,
conductas autoliticas como cortes en brazos y piernas). Son intolerantes a la
frustración y suelen sentir una sensación de vacío que los compele a la
depresión o a la manifestación de una conducta impulsiva que se puede observar
en conductas de tendencia a las adicciones, a la ludopatía, alteraciones de la
conducta alimentaria y gastos excesivos, toda este desborde conductual es
directamente proporcional al desborde emocional.
Poseen
alteraciones cognitivas especialmente en los vínculos interpersonales y también
en ellos mismos, la visión es dicotómica y suelen pasar a sentir hostilidad
como idealización hacia otros de una manera impredecible.
Desde
el punto de vista estructural los pacientes borderline manifiestan alteraciones
en estos puntos:






Desde
el punto de vista interpersonal, suelen tener innumerables fracasos afectivos,
sus relaciones son intensas, demandantes e inestables, son caprichosos y
controladores en sus vínculos que llevan al otro a agotarlo y generando lo que
más temen que es el abandono que su propia conducta promueve.
Suelen tener arrebatos de ira intensa donde
tienden a acabar con sus afectos y aparece el sentimiento de vacío y soledad
que los lleva a estados depresivos o estados compulsivos con desbordes
conductuales sean con abusos de sustancias, conductas promiscuas sexuales,
juego patológico entre otras conductas autodestructivas.
También
se observa que el paciente borderline vive un perpetuo dilema entre la
dependencia –independencia que no define, esta dicotómica expresa la rigidez y
polarización tanto de su conducta como de sus emociones.
Son
pacientes difíciles en el tratamiento, el terapeuta debe trabajar mucho el manejo
emocional de estos pacientes, especialmente la intrusión y el manejo de la ira
que los lleva a destruir los vínculos personales. La terapia dialéctica
conductual es un marco terapéutico que ha dado buenos resultados con estos
pacientes para que puedan llevar una vida mas equilibrada.
Lic
.Mónica Arcas / Psicóloga Clinica / 15 3488 2542 (On line)