Lic Monica Arcas
La hiperventilación también
denominada ventilación pulmonar excesiva se presenta con mucha frecuencia
dentro de los trastornos de ansiedad. Cuando la persona hiperventila presenta
una serie de síntomas que luego son mal interpretados por el paciente como ser la tendencia a la disnea, o bien la
necesidad de aspirar más aire ante la opresión torácica. La necesidad de abrir
los pulmones para que entre más aire hace que se respire más rápido y profundo,
en realidad la persona no tiene falta de oxígeno, pero se produce un esfuerzo
que lleva al organismo a introducir más cantidad de aire de lo necesario, y se
produce una eliminación de un exceso de anhídrido carbónico (CO2) que se
denomina alcalosis respiratoria (aumento del PH en sangre).
Normalmente el organismo funciona
este cambio en la composición de la sangre hace liberar menos cantidad de
oxígeno en los tejidos, lo cual hace que aumente la frecuencia cardiaca, esto
hace que el sujeto comience a sentir la intranquilidad del aumento de la
frecuencia y la angustia aumente y por ende los otros síntomas de activación
ansiosa (nerviosismo, temblor, sensación de desfallecimiento, embotamiento, y
llegando a sentir sensación de despersonalización). También hay una serie de
síntomas como el entumecimiento y hormigueo de las manos, muchas veces frías y
sudorosas que potencian la ansiedad llevando al organismo al extremo de una
crisis de pánico. Son síntomas secundarios provenientes de la alcalosis
respiratoria que reflejan que el organismo está pasando por un estado de
distres significativo y está preparado para tener reacciones de lucha o huida
que se refleja en la respiración alta, corta y rápida.
Una forma de desactivar la
alcalosis respiratoria es inducir al organismo hacia una respiración
diafragmática donde potencie la activación del sistema parasimpático
(amortiguación del sistema nervioso) y a su vez ir desarticulando las distintas
distorsiones del pensamiento que se producen cuando la persona sufre la
hiperventilación.A continuación marcare algunas pautas para desactivar la
hiperventilación, teniendo en cuenta que la respiración diafragmática debe ser
un habito diario, y no produce una desactivación dela ansiedad instantánea en
el momento de la crisis
1. Inspire
profundamente sin fuerza, haciendo llegar el aire al abdomen, sostenga el aire
tres segundos y luego suéltelo lentamente relajando el cuerpo (zona nalgas,
pantorrillas, pecho, cuello, mandíbula).
2. Utilice
las técnicas de tensión relajación (Técnicas de Jacobson) junto con la
respiración diafragmática.
3. Ponga
a prueba sus creencias perturbadoras ya que están no están fundadas en la
realidad sino en la interpretación errónea de la realidad plagada de
distorsiones cognitivas que deberán ser trabajadas con su terapeuta. Muchas
veces las personas embotadas suelen tener apreciaciones disfuncionales de tener
algo “malo” en el cerebro, o que las palpitaciones pueden llevarlo a tener un
infarto.
4. Mantenga
una higiene del sueño y de la alimentación (Ver ficha Psicoprofilaxis para t.
de ansiedad)
5. Trate
de mantenerse en el aquí y ahora, el eje es nuestra respiración.
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