Lic Mónica Arcas
En la población geriátrica la ansiedad es un síntoma
común pero como cuadro patológico a modo de crisis panicosa es menos frecuente,
pero si bien los trastones de ansiedad en términos generales su aparición es
precoz (en la niñez, adolescencia y adultez) no priva de que haya cuadros que
cumplan criterios de trastornos de ansiedad. La mayor comorbilidad que se ve en
los ancianos es la depresión, junto con los trastornos de deterioro cognitivo
que avanzan a partir de la tercera edad.
Es importante que el psicólogo a cargo de personas
mayores esté capacitado en la evaluación cognitiva la determinación del estado
del paciente es un punto muy importante para establecer un tratamiento eficaz,
se tomaran en cuenta en función a los
déficit que pueda presentar en el presente y el tipo de enfermedad que padezca,
hay que tomar en cuenta también las enfermedades orgánicas y antecedentes
premorbidos que haya tenido la persona. Muchas veces el paciente nos puede
sorprender en sus capacidades cognitivas que están relativamente muy bien
conservadas, es por ello que la anamnesis del paciente y su núcleo familiar es
de un factor importantísimo para el comienzo más allá de tener con este un buen
rapport.
Con respecto a los trastornos de ansiedad vemos que
para el cuadro de ansiedad generalizada la prevalencia es relativamente baja,
pero si se presentan con mayor grado el síndrome ansioso, porque se le suma el
correlato físico a modo de temblores, tensión muscular, inquietud psicomotriz
hiperactividad autonómica (disnea, sudoración, micción urgente palpitaciones,
dificultades de concentración y principalmente insomnio.
Con respecto a las crisis de angustia los ancianos suelen
tener dificultad respiratoria, sensación de mareo y miedos especialmente a
tener accidentes de caídas por temor a la rotura de huesos entre ellos la
rotura de cadera que es frecuente. También muchos tienen conductas agorafobias
miedo a salir de su casa por las caídas o bien debido a la inseguridad de ser
asaltados y su fragilidad de defensa.
Con respecto al estrés postraumático relacionado con
algún evento sufrido en la adultez puede llegar a carnificares con la
sintomatología típica del estado traumático, revivencia del dolor sufrido
compartido con síntomas físicos. Pero también suele ocurrir donde la persona
haya vivido un acontecimiento donde vivió un horror intenso en edad senil que
desarrolle el inicio de un estrés postraumático, como se ha visto en cantidad
de ancianos que fueron violentados en asaltos.
En cuanto al trastorno obsesivo compulsivo en los
ancianos pueden observarse más en contenidos de tipo religioso, es raro la
aparición en la tercera edad pues por lo general se presentan en edad muy temprana,
y se desarrolla hasta los cincuenta años con periodos fluctuantes. En el caso
de un TOC que ha hecho inicio en la edad adulta llegando a la vejez con este
cuadro la sintomatología es menos florida y mas tolerada tanto en las
ideaciones obsesivas como en la realización de los rituales, el tratamiento con
Técnicas de prevension de respuesta dan un resultado muy eficaz.
Elementos a tomar en cuenta en el tratamiento de
ancianos:
Es normal y altamente frecuente que los ancianos se
quejen de sintomatología física, el tema de su salud es uno de los puntos de
mayor preocupación en la población longeva. Es importante destacar que cada
persona tiene un estilo de afrontamiento particular, muchas veces abordar la
charla desde lo somático posibilita el despliegue de problemáticas de
convivencia y factores psicológicos que el paciente por miedo al juzgamiento no
lo habla.
El anciano por lo general cuando sus funciones
cognitivas lo posibilitan tiende a revisar su vida, busca una interioridad,
busca el sentido de su existencia, esto se asocia al proceso de envejecimiento,
esta introspección muchas veces va acompañado de un sentido existencial
espiritual que acompaña a la mayor angustia humana que es la finitud y la trascendencia.
El anciano debe aceptar el paso del tiempo, de lugares
y roles activos de la sociedad, de su protagonismo y poder que en su madurez
logro, pero eso no quiere decir que no tenga valor su experiencia, sino todo lo
contrario, hay que estimular a la sociedad para que integre cada día mas a los
mayores, porque son nuestros referentes
históricos. Las situaciones de duelos vividos por la pérdida de su cónyuge
muchas veces cuando están demasiados apegados trae como consecuencia un impacto
depresivo en el cónyuge que queda, el acompañamiento terapéutico, social y
espiritual es de suma prioridad. Las perdidas de seres queridos son imprevisibles,
muchas veces también se acompaña de la perdida de círculo de amigos que son
fuente de acompañamiento etario y social. Los avances tecnológicos y la vida
posmoderna muchas veces no permiten la integración de la ancianidad
especialmente en los países occidentales
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