LAS EMOCIONES EN EL DUELO
Las emociones están relacionadas con un estimulo, sea un pensamiento
y/o conducta y generan determinados
estados de ánimo, En el caso de los estados de duelo la persona está inmersa al
significado que le ha dado a su pérdida y está muy relacionado con la
personalidad de base de la persona.
Hay emociones que son productos de la construcción hecha
por el deudo que interpretan distorsionadamente el significado de la
pérdida, alterando de este modo el proceso del duelo. Estas emociones fueron
incorporadas consciente e inconscientemente durante procesos traumáticos en la
niñez, por ejemplo situaciones de conflicto parental y/o perdido tempranas de
los padres.
Una de las principales emociones que se encuentran dentro del proceso
de duelo es la IRA, el enojo, la cólera, el resentimiento, son emociones
negativas presentes en el duelo en forma consciente o inconsciente, y que
muchas veces al no ser consciente se proyecta a terceros, en el caso del
fallecimiento, puede ser proyectado al tratamiento, equipo médico, a lo divino,
etc. O bien introyectado en sí mismo de manera que produzca un estado
melancólico con sentimientos de culpa, muy frecuente en los casos de pérdida de
un hijo, o un aborto.
La agresividad es una conducta muy frecuente en el proceso de duelo
inmediatamente a la pérdida, muchas veces es mayor cuando la causa de
fallecimiento de la persona amada viene de un hecho disruptivo abrupto como
puede ser un accidente o asesinato, especialmente en esos casos porque el deudo
conserva la fantasía que podría haber evitado el deceso, en el fondo es una
sensación de haber sido abandonado, y muchas veces este estadio del duelo se
asocian con pérdidas anteriores, mayor es cuando las primeras perdidas
transcurrieron en la niñez. En el caso de emociones de resentimiento son
típicas en el duelo crónico, y están asociados con estados de depresión y melancolía,
ya que muchas veces suele estar acompañada de culpa, la culpa es una emoción
inherente al proceso de duelo, que puede estar presente en forma introyectiva
en el deudo, sentirse con culpa por no haber evitado la perdida, o bien mas allá
de todos los cuidados que le haya dado al fallecido nunca para su psiquismo
fueron suficientes, esta la fantasía omnipotente que podría haber “salvado” de
esa situación.
Muchas personas en estado de duelo han sentido ansiedad, y muchas de
las veces es producto de la interpretación subjetiva de desprotección de pensar
en la incapacidad de ahora en más de poderse sostener por sí misma,
especialmente cuando han creado una relación simbiótica con la persona
fallecida. Otra manifestación de angustia es ante la presencia de la pérdida de
un par, porque esta muerte remite al temor por la propia muerte, el tomar
consciencia de la propia finitud, y la fragilidad de la vida.
Otras emociones desfavorables en el proceso de duelo son la vergüenza,
la soledad, y el alivio asociado a sentimientos de culpa.
En los casos de un suicidio familiar aparece la sensación de sentir
vergüenza, el suicidio es socialmente no aceptado, y es por esta causa que el
familiar se siente incomodo por la forma de muerte de su ser querido, muchas
veces con sentimientos confusos de dolor, bronca, impotencia, incomprensión y
culpa. A veces suele ocurrir que el suicidio ocurre dentro de la familia en un
momento donde hubo un acontecimiento altamente feliz como ser el nacimiento de
un niño, se empaña esta alegría por la tragedia y esa genera sentimientos
confusos al deudo. Tambien muchas veces cuando la muerte se produce por
enfermedades que están relacionadas con la sexualidad como ser el sida, genera
al deudo emociones de dolor y vergüenza, actualmente el tema esta mas aceptado
socialmente, pero igual muchas veces estos prejuicios aparecen y generan
obstáculos en el desarrollo del proceso del duelo.
El sentimiento de soledad aparece acrecentado cuando se ha roto la
relación simbiótica que tenía el deudo con el fallecido, es la sensación agónica
que no habrá con quien compartir esa intimidad tan preciada que desarrollo en
la vida, a veces estos sentimientos son tan fuertes que arrastran a la persona
en profundos estados depresivos, esto es dable muchas veces en matrimonios que
han compartido la vida desde adolescentes y uno de ellos parte en la
longevidad, le es difícil al que queda acomodarse en la vida, por más que sus
hijos los colme de afecto ese par ya no está y genera un sentimiento muy fuerte
de soledad interior.
En los casos de alivio y culpa, son cuando la persona que falleció ha
padecido una enfermedad deteriorante, donde se espera su deceso pero a la vez
el deudo siente culpa por ese deseo de muerte, estos sentimientos deben ser
trabajados terapéuticamente para que no se cristalicen en estados melancólicos,
La tristeza es un sentimiento normal dentro del proceso de duelo, es
una respuesta normal y sana ante cualquier pérdida significativa de una
persona, siendo el producto de la pérdida de un objeto preciado para el yo, que
ya no está en el mundo externo y que debe el psiquismo procesar esa perdida. La
tristeza facilita la toma de conciencia de lo perdido, aquello valorado,
aquello amado, es por ello que no hay que reprimir estos sentimientos que
durante el proceso del duelo recrudecen en fechas importantes (cumpleaños,
fiestas navideñas etc), El proceso de duelo atravesara etapas muchas de ellas
se encuentran juntas como ser el estado de bronca y la tristeza y la no
aceptación de la perdida en los primeros estadios, para dar lugar en un proceso
de duelo normal a la negociación para finalmente poder aceptar, soltar ese
dolor y conciliar con la vida.
Lic Monica Arcas – Psicóloga Clinica – Cons: 4798-9030 -dejar mensaje
4797-9962-Albarellos 2160 Martínez – Bs Aires
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