miércoles, 10 de julio de 2019


LA DEPRESION  EN EL POSTPARTO


Actualmente la depresión es una de las afecciones psiquiátricas que afecta a un mayor  número de personas en todo el mundo, tiene mayor incidencia en el género femenino, y es considerada una enfermedad que causa mucha discapacidad e incluso no tratada intentos de suicidios.

Durante el embarazo y posterior a éste se suele presentar, siendo un trastorno delicado que debe ser tratado pues afecta a la relación diádica así como también a todo el grupo familiar.

Tanto el embarazo como el puerperio están asociados a muchos factores que inciden en el psiquismo de la mujer sean de origen biológico como psicológico, que suelen manifestarse por alteraciones emocionales tales como el miedo, las dudas respecto al rol de madre, e inseguridad, lo que indica que la depresión postparto es un cuadro que afectará la calidad de vida de la joven madre y su bebé, y por ende alterará a todo el círculo familiar.

Estas vivencias del embarazo, parto y puerperio son individuales, pero en todos los casos se observa la presencia de estados ansiosos y trastornos en el ciclo del sueño.

Se conoce como Maternity blues a un estado disfórico que afecta a un 60% de las madres, que luego del nacimiento del niño, se siente con un estado emocional depresivo, apático, irritable, donde prevalece el sentimiento de tristeza, labilidad emocional y ansiedad como producto de los cambios hormonales (disminución de la progesterona en forma brusca), que aparecen por lo general dentro de las primeras 48 horas luego del parto hasta el primer mes, pero no es considerado un cuadro patológico, lo que si requiere es el apoyo psicológico para la adaptación emocional de la joven madre con su hijo.

Otra alteración del postparto es la Psicosis Postparto, que es un estado de delirio, alucinaciones, alteraciones en el sueño, con estados de hostilidad e irritabilidad que deben ser manejados desde el abordaje psicofarmacológico.

La tercera alteración luego del parto de tipo psicopatológico es la depresión postparto que a diferencia del estado de Maternity Blues aparece luego del mes del parto, casi siempre este estado depresivo se ha presentado durante el embarazo, existen varias hipótesis respecto al cuadro de depresión postparto, entre ellas hay factores hormonales en juego, antecedentes genéticos( depresión antes y durante el embarazo ), y factores psicosociales que inciden en el psiquismo de la madre, como ser la falta de apoyo social (problemas de vivienda, de trabajo), la violencia intrafamiliar, el abuso de sustancias psicoactivas durante el embarazo, o embarazo no deseado, como también los factores económicos y educativos, un nivel educativo bajo es un factor que aumenta el riesgo, al igual que el embarazo en periodo adolescente. Otros factores de riesgo se encuentran en la comorbilidad con patologías orgánicas (diabetes gestacional, preeclampsia.). Las madres con depresión postparto suelen reaccionar de manera irritable ante las demandas del bebé, por lo general tienen rechazo a la lactancia, inapetencia, y estado de agotamiento generalizado.

Este estado generalizado disfórico suele traer aparejado la problemática que tienen la madre en conectarse con su nuevo rol al sentir miedo ante la incapacidad de hacerse cargo de su función maternal, que va acompañada de sentimiento de culpa de no ser “una buena madre” y su estado de discapacidad psicológica. Pero es necesario destacar que la depresión posparto no afecta solo a la madre sino al recién nacido, quien recibe condiciones adversas a lo largo de su desarrollo, teniendo con su madre un vínculo de apego de tipo ansioso, el cual es un pródromo de desarrollo en el infante de trastornos ansiosos y depresivos,  trastornos conductuales, mayor riesgo de accidentes y maltrato infantil. Estas madres decodifican de manera negativa las demandas del niño y por ende se alteran los modos comunicacionales y afectivos en la díada. Es importante el apoyo psicoterapéutico de la madre desde el primer momento a fin de acotar el desarrollo de alteraciones en el vínculo madre-hijo, mejorando la autoestima en la afectada y proporcionando contención y psicoeducación a los fines de una modificación cognitiva y conductual en ella con relación al rol de madre y las circunstancias subjetivas que trae la persona en ese período, y poder asumir afrontar aquellos impedimentos que emocionalmente la perturban.


Lic. Mónica Arcas – Psicóloga Clínica – Especialista en Trastornos de ansiedad-







No hay comentarios:

Publicar un comentario