Lic.Mónica Arcas
Psicóloga Clínica
El enojo es una emoción natural expresada en todas las culturas y
surge como producto de una frustración hacia dirigida hacia una persona, hacia
nosotros mismos y/o situación, de un avasallamiento de nuestros derechos
personales, así como también de nuestra percepción de injusticia entre otras
causas.
Todos sentimos enojo, pero no siempre tenemos conductas asertivas
respecto a nuestra emoción, en el sentido de la adecuación de la causa y motivo
justificado, así como también hacia la persona a la cual dirigimos nuestra
emoción. En la misma existen secundariamente sentimientos de vulnerabilidad,
miedo y dolor psíquico.
Desde el punto de vista de la psicología cognitiva conductual la
persona comienza a percibir internamente pensamientos o sostiene un sistema de creencias, sea
adecuado, justo o distorsionado de la situación a la cual esta involucrada y
comienza a rumiar un dialogo interno destructivo para sí mismo, este se
manifiesta a nivel fisiológico con marcadores tales como taquicardia, aumento
de la presión arterial, opresión torácica, también se expresa en el nivel
conductual sea en conductas de implosión donde el enojo se introyecta en el
interior produciendo estados de disforia y depresión, conductas de evitación o
de exacerbación tales como gritos o peleas con las consecuencias que ello
acarrea. Desde el nivel emocional encontramos emociones tales como el miedo, la
culpa o la injuria entre otras.
En un nivel más destructivo encontramos a la ira que es la
respuesta producto de un acontecimiento en donde esta puesto en juego una
amenaza que vulnera a la persona Una vez liberada la ira se activa en el
organismo una respuesta de supervivencia en donde se ponen en acción los
mecanismos de lucha o huída preparando al cuerpo para la acción.
La ira posee distintos niveles de expresión que van desde el
fastidio, la irritabilidad o el desagrado, estaríamos hablando de niveles de
baja intensidad de esta emoción. Diferente es el nivel de la cólera, el
colérico no mide acciona sin prever las consecuencias de su acto, pero como
muchas veces es una reacción frente a una amenaza también es una fuerza
impulsora que está detrás de buenas acciones, pone un límite a la desmesura de
la situación, pero podríamos inferir que la ira es la prima hermana del miedo
detrás de escena esta la amenaza a la integridad psicofísica, si bien la ira
toma la delantera en el sentido de enfrentar la situación y eliminar el
peligro, el miedo tiende a la evitación de una situación que se considera
peligrosa para el sujeto. Pero en ambos se produce sentimientos de tristeza,
cansancio y disforia.
Cuáles son las acciones que nos producen mayormente sentimientos
de ira:
ü Maltrato psicopático, con acciones violentas destructivas que
erosionan nuestro psiquismo.
ü Burla, sarcasmo observaciones críticas negativas hacia nuestra
persona
ü Desprecio, desvalorización, acoso moral.
ü Comportamientos pasivos-agresivos que bajo una fachada de
involuntariedad nos causa problemas
ü Fantasías nocivas o destructivas, pensar las agresiones que le
haríamos a la persona que nos daña por venganza
ü Fingir los sentimientos suprimirlos cuando uno esta realmente
enojado
ü Represión no estar conciente de los sentimientos de hostilidad y
furia hacia una persona y/o situación vivida.
Pasos eficientes para abordar la ira:
1.
Detenerse y serenarse, cuando
uno comienza a tener ira es cuando la parte lógica de nuestra mente se rebaja.
Hay que recuperar la capacidad de racionalizar la situación, tomándose un
impass para serenarse.
2.
Identificar de donde proviene
la ira: porque se siente amenazado, o que es lo que quiere.
3.
Verificar si la ira es
inadecuada, si esta acorde a la circunstancia o no, detectar distorsiones tales
como la maximización de los efectos negativos sobre una situación, estoy
exagerando?
4.
Proponerse una acción
positiva para balancear los estados afectivos
5.
Tener en consideración que no
existe nada que uno tenga control absoluto, renuncie al hipercontrol, todos los
seres humanos tenemos limitaciones y debilidades.
6.
Utilizar la asertividad en la
comunicación, aprender a relajarse para poder pensar mas racionalmente.
7.
Renunciar a la ilusión de
control es el camino hacia la libertad interior.
Y para terminar reflexionemos con el maravilloso cuento del
escritor Jorge Bucai de su libro Cuentos para pensar, llamado “La tristeza y la
furia”
“En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o
quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...En un reino
mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas....había una vez...
Un estanque maravilloso. Era una laguna de agua cristalina y pura
donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las
tonalidades del verde se reflejaban permanentemente... Hasta ese estanque
mágico y transparente se acercaron bañarse haciéndose mutua compañía, la
tristeza y la furia. Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos,
entraron al estanque. La furia apurada (como siempre esta la furia), urgida-
sin saber por que- se baño rápidamente y
más rápidamente aún, salió del agua. Pero la furia es ciega, o por lo menos no
distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada se puso al salir,
la primera ropa que encontró. Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino de la
tristeza...Y así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el
lugar donde está, la tristeza termino su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho
sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente salio del
estanque.
En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba. Como todos
sabemos si hay algo que la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que
se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la
furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero que si nos damos el tiempo de
mirar bien, encontramos que esta furia que vemos, es solo un disfraz, y que
detrás del disfraz de la furia, en realidad...está escondida la tristeza.”
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