La depresión mayor: descripción del cuadro.
Lic.Monica
Arcas
La
depresión mayor o también llamada depresión unipolar (para diferenciarse de la
bipolaridad) es un trastorno del humor frecuente en la asistencia clínica.
Lamentablemente es un cuadro que muchas veces no es suficientemente
diagnosticado, muchas veces enmascarado con otros cuadros principalmente con
trastornos ansiosos y abusos de sustancias.
La
actual sociedad en su frenético movimiento y exigencias trata de sofocar el
sufrimiento humano, no hay tiempo para sufrir las perdidas, los embates de la
vida por eso muchas veces se lo “tapa” incluso con mucho trabajo y esas
patologías siguen un curso larvado en el psiquismo.
La
depresión es un cuadro de alteración en el campo de las cogniciones, del ánimo
y de la conducta, donde existe una base neurobiológica y psicológica. No es el
resultado del envejecimiento, pero puede desarrollarse en el marco de una
enfermedad de origen psicosomático y/o autoinmune. Muchos de los casos de
enfermedad cardiaca supone una base de patología depresiva de base, al igual
que las enfermedades oncológicas. Este trastorno tiene la particularidad de un
estado persistente, a veces fluctuante, pero debe detectarse y tratarse a fin
de evitar su cronificacion.
La
depresión consiste de varios cuadros diferentes, uno de ellos es la depresión
mayor que tiene síntomas severos entre los cuales encontramos trastornos en el
eje del alteraciones del ciclo del sueño, del apetito, de la sexualidad, con cogniciones
de desesperanza, una visión negativa del sí mismo y del entorno junto con una
ausencia de proyección hacia el futuro (Triada cognitiva), su conducta por lo
general es inhibitoria.
También
existe un cuadro de depresión estacional, la persona desarrolla el cuadro
depresivo en determinadas épocas del año, muchos de los casos se presenta en
invierno donde la persona se deprime ante la ausencia de mayor luz, y con la
presencia del frio. La depresión de tipo psicótica es un cuadro mucho más grave
supone ideas de auto referencia, y síntomas primarios de psicosis como ser las
alucinaciones (percepciones sin el objeto real) los delirios (sean paranoides,
fantásticos, esquizofrénicos). Existe una forma más leve de depresión que es la
distimia, que afecta a muchas personas y que debe ser resuelta a través de un
eficaz tratamiento con una buena alianza terapéutica con el paciente.
Uno
de los problemas que más afectan a las personas depresivas es su incapacidad
para conectarse con el placer (anhedonia), no encuentran algo que los motive,
generalmente cuando despiertan se sienten mal pues también les es difícil la
organización temporal. Hay que lograr a través del tratamiento ir conectándolo
con aquellas tareas que antes del episodio depresivo el paciente encontraba
interés.
La
depresión mayor es un cuadro muy delicado pues supone una alta probabilidad de
acceso a conductas de intentos de suicidios, muchas veces detonan con
situaciones muy complejas como ser el aislamiento por fallas en la interacción
social, el desempleo y el abuso de sustancias. La desesperación y la falta de
proyección con cogniciones de
desesperanza colocan al sujeto al borde de una conducta de autoeliminación al
ver distorsionadamente el suicidio como única salida. Es importante destacar
que hay que evaluar puntillosamente el cuadro depresivo, antecedentes
familiares de intento del suicidio como pródromo de la enfermedad, uso de
estupefacientes como forma patológica de manejo anímico ansioso.
Es
un cuadro que se da con mayor frecuencia en la mujer 2:1, pero también es la
mujer la que pide con más frecuencia ayuda terapéutica, ese es un buen punto a
favor, muchas veces se presenta con sintomatología somática (cefaleas
recurrentes, dolores vagos en el cuerpo, trastornos en el ciclo del sueño, falta
de libido sexual entre otros síntomas).
Otra
forma en cómo se presenta en la mujer es como una depresión postparto, es un
cuadro común y transitorio pero que requiere mucha atención pues puede provocar
que la joven madre rechace a su hijo, se presenta como un cuadro de cambio del
humor, que va de la euforia a la tristeza, irritabilidad, trastornos en el
sueño, ansiedad y llanto, estos desajustes son de origen hormonal y supone un
periodo que se inicia entre dos o tres días después del parto y suelen durar
hasta dos semanas aproximadamente, su se extienden suponen la emergencia de un
cuadro más severo. Tienen un impacto significativo en la relación madre e hijo,
muchas veces aparecen ideas obsesivas de hacer daño al bebe, de no tener
interés por el hijo, de no ser una buena madre.
También
la menopausia es un ciclo de la mujer que puede traer aparejado la emergencia
de la depresión, también hay desajustes hormonales, y coinciden con ciclos
vitales importantes en muchas mujeres que han dedicado su vida a la crianza de
los hijos, se supone que a mediados de los cincuenta años estos hijos ya van
siendo adultos e independizándose de los padres (nido vacío). En los varones
también se da a esta edad una crisis evolutiva que muchas veces la solapan con
el uso de alcohol, agresividad e ira.
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