El papel del Psicologo en lo pre y post operatorio
Lic Monica Arcas
Los seres humanos
vivimos conviviendo con la incertidumbre es una de las condiciones que nos
impone la vida, muchas veces nos encontramos con experiencias estresantes como
puede ser la comunicación de nuestro medico de tener que someternos a una
intervención quirúrgica, la mayoría de las personas despliegan frente a esto
ansiedades de tipo paranoides pues nos enfrenta por un lado con una situación
desconocida, y por otro es un evento que esta por fuera de nuestro control. Las
cirugías promueven estados de ansiedad tanto para el enfermo como para su
entorno familiar, es un hito que produce una disrupción en la vida cotidiana,
la persona se encuentra susceptible a la influencia de todos las informaciones
que recaen sobre sí misma, y afecta no
solo a su autoestima sino que muchas de las veces y dependiendo de la
intervención se modifica su autoimagen.
Es por ello que la
intervención de un psicólogo capacitado en psicoprofilaxis quirúrgica es
fundamental no solo como nexo entre el cuerpo médico tratante y el paciente,
sino que posee las herramientas idóneas para dilucidar la estructura del
paciente y evaluar los síntomas psíquicos previos a la intervención, así como también
las creencias disfuncionales que puede tener el paciente que inciden
negativamente en la intervención.
Un alto riesgo quirúrgico
desde el punto de vista psicológico implica niveles altos de ansiedad,
depresión, que deben ser evaluados con escalas validadas para anticipar la
posibilidad de inicio de un tratamiento psicofarmacológico, así como también
trastornos en el sueño, irritabilidad o agresividad esta ultima más frecuente
en pacientes con trastornos previos de personalidad y/o estructura psicótica,
ya que en el encuadre de una situación quirúrgica
se potencian, es por ello que la evaluación psicológica dentro del contexto
previo a intervención es de máxima necesidad.
Cuando el paciente
debido a causas externas se posterga su operación, o por lo contrario cuando se
le avisa de una manera inmediata produce en el psiquismo un cambio que debe ser
tomado en cuenta, esto último se da en los casos de trasplantes, donde el
paciente ya ha sido seleccionado en una terna de posibles trasplantados, si
bien es algo esperado por ellos produce mucha inestabilidad emocional que
amerita ser intervenido para apoyo psicológico, ya que facilita la adaptación
preoperatoria. Evaluar al paciente preoperatoria implica que se le debe no solo
dar contención sino tomar en cuenta su singularidad, la historia vital del
mismo, si ha tenido o no otras intervenciones, y en caso de que las ha tenido
como fue su experiencia, ya que es normal en las intervenciones quirúrgicas que
las personas tengan niveles de ansiedad,
manifestaciones somáticas y neurovegetativas, como ser trastornos
gastrointestinales, dificultades respiratorias por hiperventilación y
fluctuaciones en su presión arterial que alteran ese espacio de espera.
Hay que explicarle al
paciente los efectos de la anestesia, porque ellos despliegan por lo general
fantasias de muerte respecto a la misma, el temor de no despertar, ya que es
algo que sale del marco de su control, como las manifestaciones que se pueden
dar cuando despierte, frio, malestar digestivo, sensación metálica en la boca
que es una reacción normal del efecto anestésico, así como también en el caso
de amputaciones hablar sobre el efecto fantasma del miembro amputado y su
posterior rehabilitación. En los casos de pacientes en donde se ha producido
una ablación de un órgano, trabajar posteriormente con las creencias
disfuncionales que elabora la persona para que pueda acceder a un pensamiento más
realista adecuado que lo lleve a restablecer un reequilibrio.
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