Lic Monica Arcas
Muchas
personas mantienen un estado muy expectante por mucho tiempo con prevalencia de
pensamientos disfuncionales anticipatorios que la mantienen en estados crónicos
de ansiedad. Este miedo a lo que podría pasar se diferencia del miedo
especifico dirigido a una situación y/o persona y de un cuadro de fobia
especifica, es un miedo por las consecuencias que traería aparejado según los
pensamientos que se forman al respecto por lo tanto hablamos de un miedo
contextual con una respuesta
cardiovascular de defensa ya que está acompañada de una pobre regulación del
sistema nervioso autónomo.
Preocuparse
es anticiparse, no ocuparse del problema en sí mismo, implica un estado mental
anticipatorio, ideado por la persona, y provocado por las imágenes mentales que
va construyendo al respecto. Muchas veces la preocupación tienen funciones
adaptativas que nos avisan de posibles peligros (tomar recaudos, por ejemplo
ante la emergencia de un temporal), o tomar conciencia de problemáticas que
debemos resolver en un determinado plazo. Pero cuando la preocupación se
convierte en una forma de procesamiento mental intrusivo, excesivo y continuo
que agota a la persona estamos frente a un cuadro psicopatológico de ansiedad
generalizada o ansiedad crónica con las consecuentes alteraciones en el sistema
nervioso que se expresan en síntomas físico, psíquicos, conductuales y sociales
ya que perturba el equilibrio familiar y / o laboral.
Un
enfermo crónico de ansiedad es una persona devastada por el miedo de que pase
algo terrible y que eso creado por sus pensamientos afecte a la realidad de su
familia y traiga problemas serios. Entonces vemos un comportamiento
desadaptativo, hay una sobreactividad mental incontrolable ya que siempre está
impregnada de cogniciones peligrosas y negativas cuyo objetivo es evitar las
amenazas potenciales.
Desde
el punto de vista neurobiológico, tenemos por un lado un desequilibrio del
sistema nervioso autónomo que se expresa en síntomas de tensión corporal,
contracturas, aumento de la frecuencia cardiaca, de la presión arterial ya que actúa
sobre los diversos órganos y hormonas, la rama simpática está alterada y
acelerada, hay un desequilibrio entre el sistema simpático (activación) y el
parasimpático (atenuación). El ritmo respiratorio es más rápido generando
arritmia sinusal respiratoria.
El
trastorno crónico de ansiedad es una patología que nunca está aislada, sino que
tiene mucha comorbilidad, estos pacientes suelen tener pensamientos
hipocondriacos por lo tanto somatizan mucho, están constantemente chequeándose
(registro interoceptivo) aumentando su ansiedad, también suelen asociarse a
pensamientos obsesivos, depresión y estados periódicos de crisis de pánico, por
lo tanto cuando uno atiende esta patología hay que abrir un espectro de
comorbilidades que la persona suele traer. Para ello se lo evalúa con escalas
especificas a fin de detectar por un lado las formas subjetivas de cómo se
manifiesta el síntoma para luego trabajar en la reestructuración cognitiva los
pensamientos disfuncionales que está procesando el paciente, ya que desde el
punto de vista cognitivo es una persona que atraviesa un periodo de
vulnerabilidad con pensamientos disfuncionales que promueven la alerta, que no
solo lo perjudica sino que muchas veces altera también la funcionalidad
familiar.
Por
lo general las personas que sufren ansiedad cronificada suelen pensar que el
factor de preocupación tiene una cierta ventaja, es útil preocuparse para evitar
lo peor, lo que deben lograr es transformar los pensamientos negativos extremos
en pensamientos realistas, hay que identificar en primer lugar las creencias
que tiene cada persona sobre el factor positivo de su preocupación para evitar
las resistencias al tratamiento, cual es la creencia que sostiene en su
beneficio trabajar en la reestructuración implica una actitud del terapeuta muy
empática y no critica, para que la persona vaya dilucidando respuestas más
favorables para su salud, trabajar las técnicas de control de la ansiedad y
mucha psicoeducacion para el paciente.
Plantarle
al paciente las supuestas instancias que pasarían si no se preocuparía como lo está
haciendo hasta el momento, suele dar al terapeuta respuestas acerca de
pensamientos negativos, sentimientos de culpabilidad, intolerancia a la
frustración, fallas en la asertividad entre otros obstáculos que suelen estar
interviniendo en la persona que deben ser tratados en terapia.
El
entrenamiento en la resolución de problemas es una técnica orientada por un
lado a convertir la queja en un problema a resolver y por otro requiere
desarrollar las habilidades para la solución del mismo.
Cuando
el paciente se enfrenta a un problema que lo angustia desarrolla reacciones
afectivas, cognitivas y conductuales, un sentido de atribución especifico de la
persona que debe ser detectado para reestructurarlo, es una de las técnicas
alternativas para modificar las preocupaciones que trae el cuadro, la persona
mantiene una actitud negativa frente a las preocupaciones al igual de su
inhabilidad para resolverlas con sus consecuencias emocionales como ser estados
de irritabilidad, frustración y ansiedad, y conductas de procastinacion,
evitación o rodeo que lo intensifican mas en lo sintomatológico, las técnicas
de autoregistro ayudan en el tratamiento a identificar las distorsiones
cognitivas que mantienen el cuadro y poder reestructurarlas por pensamientos más
eficaces y realista posibilitando internamente un cambio cognitivo conductual
que mejora paulatinamente el cuadro con un experiencia personal que afirma su
autoestima. Es importante que la persona pueda aceptar los problemas como parte
de la vida, como elementos a resolver y también como pautas de crecimiento y
aceptación a la frustración. Los problemas son oportunidades y no elementos de
castigo divino o amenazas a la integridad del sujeto. Los objetivos en el
tratamiento se dirigen a tolerar la incertidumbre (la única certeza que tiene
el hombre es la muerte), desarrollar metas claras y realistas, pensamientos alternativos,
que aprendan a centrarse en los elementos claves del problema pero no evitarlo
ni posponerlo sino posibilitar la toma de decisiones y la puesta en marcha en
etapas si ello lo requiere a fin de ir modificando las creencias y
posibilitando la acción.
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