LIC
MONICA ARCAS
“SOLO
EL AMOR PROFUNDO HACIA DIOS ALUMBRA LA NOCHE OSCURA DEL ALMA”
La depresión es hoy considerada como una de las causas
mayores de discapacidad, se habla que para el 2020 será la primera enfermedad
en el mundo superando a las cardiopatías y al cáncer. Es una patología con
orígenes tanto neurobiológicos cono cognitivos que afecta a un amplio sector
etario que va desde los niños hasta los adultos mayores. Muchas veces no es
diagnosticada a tiempo y la persona sufre un estado anímico larvado como si la
vida estaría con un cese de motivación. La depresión tiene un halo negativo en
lo social por lo tanto muchas personas sufren este estigma social, afecta a
todas las poblaciones es una combinación de factores genéticos mas experiencias
de vida que se unen en un estado afectivo que genera mucho malestar y hasta la
tendencia al aislamiento. Pero hay que descargar ciertos mitos populares que
hacen daño y obturan la posibilidad de una buena recuperación uno de ellos es:
La depresión es una enfermedad real, no fantaseada por
la persona.
La depresión no está relacionada con la debilidad de
la persona o por una falla de la personalidad
La depresión no se cura sola, requiere un abordaje psicológico
adecuado y muchas de las veces el uso de medicamentos apropiados para su
mejoría neurobiológica como son los inhibidores de recaptacion de la serotonina
entre otros.
La depresión no respeta clases sociales ni etnias...
La depresión no es tristeza pasajera, si no se trata
se agudiza y logra producir alteraciones somáticas (cardiopatías, cáncer, fibromialgia
etc)
Desde el punto de vista terapéutico una herramienta
muy útil es el abordaje cognitivo conductual.
Es sabido que la persona afectada con depresión suele
tener una visión negativa de su persona (se siente indigna, una carga, sin
proyecciones) una visión negativa del entorno, no puede integrarse a lo social,
muchas veces se percibe una carga para su familia, y por ultimo ve el futuro
muy incierto con un halo de pesimismo y sin salida, estos tres procesamientos
son lo que el cognitivismo llama la triada depresiva, por lo tanto en la TCC lo
que hace el terapeuta es reestructurar este pensamiento plagado de cogniciones
disfuncionales, con estados de anhedonia que presenta el paciente, por lo tanto
desarticular esta forma de pensar implica poner en funcionamiento estrategias
especificas para que la persona pueda ir experimentando gradualmente el cambio,
muchas veces ayudado por la medicación prescripta por su médico y apoyada por
su terapeuta, ya que hay implicancias de orden neurobiológico (baja de
serotonina) que intervienen en el proceso mórbido. Siempre la terapia debe
estar atenta al despliegue de pensamientos negativos que puedan dar lugar a ideación
suicida.
Muchas veces la depresión viene acompañada de estados
de ansiedad, es lo que mayormente se siente y demanda el tratamiento. Los
pacientes deprimidos mantienen errores de procesamiento (llamados distorsiones
cognitivas) Entre ellas encontramos:
Generalización excesiva: Ante un hecho aislado
negativo tienden a englobarlo en todas las situaciones.
Minimizan logros y maximizan defectos, no pueden ver
los pequeñas acciones positivas la devalúan
Abstracción selectiva por lo general ven con un sesgo
cognitivo negativo eso impide ver mas allá, el sujeto tiene una atención
selectiva hacia aquellos eventos que van a confirmar su negatividad
Deducción arbitraria, este pensamiento rígido impide
que pueda manejarse con variables, saca conclusiones inmediatas sin pruebas que
lo avalen.
Pensamiento de todo-nada se mueven con estos
parámetros llamados dicotómicos, la vida o la muerte, los extremos no pudiendo
ver alternativos grises.
Personalización: se adjudican sucesos externos entorno
a su persona, de ella es la culpa de cosas que suceden, este estilo atributivo
es muy delicado pues puede ser extremo en donde el sujeto se melancolice y vea
como única salida su exterminación.
Las personas suelen presentar una forma de pensamiento
irreflexivo (llamado automático) que incide directamente con su estado anímico,
el mundo que capta es la construcción de esa triada que hay que desarticular.
Existen creencias enraizadas profundamente en los
pacientes depresivos especialmente cuando han tenido pérdidas en un periodo
temprano de la vida (especialmente de los cuidadores primarios como ser la
madre) que dejan huellas de indefensión o desvalidamiento que se enlazan con
sucesos actuales donde la perdida de cualquier orden reactiva esas creencias
nucleares como en el caso de separaciones, duelos, perdida de la salud,
jubilación etc) Muchas veces se trata de personalidades con rasgos obsesivos de
sobreexigencia, con tendencia a la autocritica y con conductas perfeccionistas
que no se permiten equivocarse, ven al error como un defecto imperdonable.
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