Lic Mónica Arcas
Muchas enfermedades físicas influyen en el estado anímico de la persona
que lo sufre, pero de igual modo muchas afecciones psíquicas generan
alteraciones físicas, ya que emociones como el miedo persistente, la
preocupación constante y crónica alteran el organismo provocando síntomas
físicos (pe. Ulceras, colon irritable, algias, alopecia, etc). Las enfermedades
psicosomáticas son muy frecuentes, un alto porcentaje de personas que consultan
en atención primaria presentan enfermedades psicosomáticas y es importante que
deban ser atendidas en forma conjunta por el médico y el psicólogo clínico
quien trabajara con las emociones y distorsiones cognitivas que mantienen el
síntoma.
En términos generales se entiende por
enfermedades psicosomáticas aquellas que presenta persona cuando manifiesta uno
o más síntomas físicos y tras un examen médico, estos síntomas no pueden ser
explicados por una enfermedad médica. Además, pese a que la persona pueda
padecer una enfermedad, tales síntomas y sus consecuencias son excesivos en
comparación con lo que cabría esperar. Estas alteraciones no solo repercuten en
lo físico sino que también influyen en todos los ámbitos en donde se desarrolla
el sujeto (familia, trabajo, vínculos interpersonales)
A menudo los médicos tratan con
fármacos a estos pacientes administrándoles ansiolíticos (benzodiacepinas),
pero al cabo de un tiempo éstos vuelven con el mismo problema sin resolver o
con otros síntomas diferentes, pues muchas de las veces los síntomas mutan por
otros. Así pues, al final el médico deriva a este tipo de pacientes al
psicólogo alegando que todo es de origen nervioso. Hay un prejuicio por el
abordaje psicológico cuando el médico no ha podido resolver la molestia. De
éste modo, las personas que padecen estas dolencias no entienden muy bien qué
les pasa y se muestran reticentes a acudir a un psicólogo porque no comprenden
cómo éste profesional les puede ayudar. Tal vez, por este motivo, cada vez hay
más gente que busca una primera respuesta en medicinas alternativas que a larga
tampoco solucionan su problema. Actualmente la terapias de encuadre cognitiva
conductual trabaja en la relación cuerpo mente dilucidando las emociones
disfuncionales que están manteniendo la enfermedad reestructurando esos
pensamientos y posibilitando el manejo de las emociones y generando conductas
mas adaptativas y realistas que posibiliten el manejo de las contingencias.
Las personas con patologías
psicosomáticas por lo general no tienen registro que pueden padecer un problema
psicológico, muchas de ellas tienen alexitimia, que es la incapacidad de poder
conectarse con sus emociones, insisten en la mayoría de las veces en el
peregrinaje de diversos especialistas para modificar la molestia física, porque
para ellos la respuesta está en lo físico, descartando cualquier problemática
psicológica que este en juego, y en este circuito van agravándose ya que
aumenta su ansiedad ante la incertidumbre. Muchas de las veces es importante
destacar que son personas que están expuestas a estados de agotamiento, con
situaciones que los supera pero no dirigen la atención a los aspectos externos,
sino que su insistencia es en el malestar que padecen, buscan una pronta
respuesta que les puede dar un fármaco y no en las causas que provocan la
alteración. Sin embargo cuando se indaga un poco en la rutina diaria aparecen
situaciones estresantes, muchas de las veces ritmos acelerados, ausencia de
periodos de descanso y esto es lo que repercute en la salud. Los pacientes con
rasgos hipocondriacos suelen pensar que al no poder recuperarse rápidamente
tienen alguna enfermedad física importante que se está gestando y esto eleva el
malestar, la ansiedad generando en muchos casos episodios paroxísticos de
ansiedad abrupta (ataques de pánico).
Muchos de los malestares físicos se
deben a causas naturales las que provoca el propio funcionamiento del organismo
que esta alterado por el sistema nervioso, por ejemplo cuando realizamos la
digestión (distensión abdominal, sensación de nauseas, eructos), cuando
respiramos (especialmente cuando estamos nerviosos la tendencia es a la
hiperventilación y de allí los síntomas de falta de aire, mareos, sensación de
desvanecimiento, de irrealidad).Los malos hábitos de alternancia de comidas
diarias, alteraciones en el ciclo del sueño, la falta de la realización de
ejercicios físicos son
La ansiedad, el estrés y la depresión
actúan sobre distintas hormonas, provocando cambios en nuestro organismo, que
nos hacen más sensibles al dolor e influyen en distintas enfermedades. Un
ejemplo serían los estudios que relacionan el estrés con el cáncer. En este
sentido, se ha demostrado que éste puede influir tanto en el origen como en el
curso de la enfermedad. Del mismo modo, se ha demostrado que las personas que
padecen depresión presentan una debilitación del sistema inmunológico o de
defensa, con lo que pueden enfermar con más facilidad o bien les puede ser más
difícil recuperarse de ciertas enfermedades.
Los estados de ansiedad y depresión
en comorbilidad pueden provocar los siguientes síntomas:
·
En el sistema nervioso pueden
provocar dolores de cabeza, mareos, vértigos, desmayos, hormigueos, parálisis
musculares, etc.
·
En nuestros sentidos pueden llegar a
provocarnos ceguera, visión doble, afonía, etc.
·
En el sistema circulatorio producen
palpitaciones y taquicardias.
·
En el sistema respiratorio pueden
causar sensación de ahogo, dolor u opresión en el pecho, etc.
·
En el sistema digestivo pueden
producir sequedad de boca, sensación de atragantamiento, náuseas, vómitos, estreñimiento,
diarrea, etc.
·
En el sistema osteomuscular es común
que provoquen tensión muscular, dolor muscular, cansancio, etc.
En atención primaria en salud las
consultas más frecuentes se encuentran con estos síntomas:
·
Dolor de espalda , contracturas corporales,
molestias en las articulaciones
·
Mareos, vértigo
·
Molestias digestivas (acidez,
distensión abdominal, gases, alteraciones del colon irritable)
·
Migrañas
·
Dificultades para respirar, sensación
de opresión torácica
Muchas enfermedades médicas están estrechamente relacionadas con el
estrés. Entre ellas encontramos: la hipertensión, distintas enfermedades
coronarias, el asma, la gripe, el cáncer, el hiper y el hipotiroidismo, las
úlceras de estómago, el síndrome del intestino irritable, Cefaleas, el dolor
crónico, contracturas musculares, impotencia, etc.
Tras observar que la depresión, la ansiedad y el estrés, entre otros,
son factores que influyen tanto el origen, el mantenimiento y la evolución de
distintas patologías físicas, es más fácil comprender la influencia de nuestra
mente sobre nuestro cuerpo y el papel del psicólogo en nuestras molestias
físicas.
Es por eso que el acompañamiento terapéutico en las afecciones
psicosomáticas es un recurso indispensable para la buena calidad de vida, y
evita de este modo la reincidencia de la disfuncionalidad ya que en el
tratamiento psicológico el paciente debe aprender a identificar las situaciones
que le provocan malestar y manejarlas de manera más asertiva.
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