martes, 28 de mayo de 2019

CUANDO LA OBESIDAD ES VISTA COMO UN COMPORTAMIENTO ADICTIVO


Cuando se habla de obesidad debemos pensar en la multicausalidad de la misma, hay alteraciones metabólicas, endocrinas y psiquiátricas, esto es particular en cada persona y deberíamos pensar siempre en el sufrimiento que desde el punto de vista médico y social estas personas padecen el dolor de llevar un peso que es rechazado muchas veces en esta sociedad perfeccionista y competitiva donde el obeso muchas veces es etiquetado y discriminado.

En muchos casos las personas muestran un comportamiento de tipo compulsivo y se descontrola en la ingesta sintiéndose luego con mucha culpabilidad. Se sabe que al igual que los psicofármacos, los alimentos mantienen el efecto de tolerancia, se aumenta para obtener el mismo efecto de mantener un estado que los sacie, ya que su interrupción le generaría un estado de alteración psíquica que es denominado abstinencia reflejando un estado de malestar psíquico en forma de estado de distres. Este círculo que se forma entre ciertos estados mentales de ansiedad-depresión más la ingesta descontrolada, los sentimientos negativos posteriores que se generan se suelen asimilar a estados de comportamientos adictivos asociados con la recompensa el mismo que actúa en las actividades placenteras de la adicción.

Los alimentos dulces o muy salados  y que tienen alto porcentaje de grasas generan un comportamiento adictivo que se asemeja al consumo de drogas , hoy la industria alimenticia modifica químicamente los alimentos y estos producen sensación no solo de satisfacción sino la necesidad del aumento de su consumo (snacks, embutidos, golosinas entre otros), aumentando en el cerebro el sistema de recompensa, pero es importante destacar que no todas las personas que insumen estos alimentos se convierten en personas con un comportamiento adictivo, al igual que aquellos que consumen drogas no todos llegan a ser adictos, pueden ser consumidores ocasionales sin adicción. Esta diferencia está en la predisposición genética de la persona y sus rasgos de personalidad predisponen que la sustancia que ingiere no solo le produce placer sino que le mitiga el dolor psíquico que estas personas padecen desde su historia. El obeso muchas veces tiene comorbilidad depresiva, ansiosa, suelen tener conflictos interpersonales, muchas de las veces es objeto de discriminación y soledad, lo cual aumenta la posibilidad de entrar en el circuito de la ingesta como forma de manifestar no solo su enojo sino el dolor psíquico que suele tener frente a una sociedad que muchas veces lo margina, el obeso tiene menos posibilidad de ingreso laboral, suelen tener problemas en la interacción social y la sexualidad. El alimento cobra un valor de obturar estados emocionales negativos. Es por ello que el concepto de culpabilidad debe ser modificado.  En los casos que estos pacientes se sometan a cirugía bariatica es indispensable trabajar previamente las conductas de tipo adictivo, porque posoperatoriamente pueden manifestarse esta disfuncionalidad y generar una nueva frustración.

La terapia cognitiva conductual ayuda al paciente obeso a poder decodificar sus emociones en relación a la ingesta, y con la psicoeducación y el manejo asertivo así como la modificación de su autoestima puede ir cambiando estos comportamientos disfuncionales y abrir un nuevo panorama de vivir una vida más adaptada e integrativa en la sociedad.



Lic Mónica Arcas – Psicóloga Clínica – TCC- 15 3488 2542

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