ALERTA CRISIS DE
PÁNICO
Las crisis de pánico son episodios paroxísticos sumamente molestos, pero
no por ello peligrosos que modifican seriamente la conducta de sus afectados.
El cambio cognitivo conductual
que se presenta en las crisis altera de una manera primitiva la conducta y los
pensamientos, ya que el organismo reacciona como si estuviera ante un peligro
real. Esta alteración del funcionamiento cerebral en donde interviene la amígdala
y el hipotálamo se descalibra generando un nivel de alerta que despierta
sintomatología ansiosa, el sistema nervioso simpático activado genera aumento
de la frecuencia respiratoria (respiración alta), agrandamiento de las pupilas
(midriasis), aumento de la sudoración, taquicardia, mareos, sensación de
desfallecimiento en algunos casos, de irrealidad o despersonalización , que va
generando en la mente del afectado ideas distorsionadas de lo que en realidad
sucede (Pensamientos disfuncionales, de tipo automáticos no racionales, sino
impulsados por la lectura subjetiva de los síntomas que prevalecen).
La vivencia subjetiva del panicoso se manifiesta por una sensación de
desprotección muy regresiva, la persona se siente en un estado mental de
abandono y máxima vulnerabilidad.
El mundo exterior se torna para
el sujeto como un medio amenazante que no puede controlar, y siente la inmensa
necesidad de otro que lo contenga, que lo acompañe frente a un miedo muy
desestructurante.
En estado de pánico el sujeto siente
una pérdida absoluta de control para su psiquismo, en realidad, la persona
conductualmente no pierde el control, ni su coherencia, pero siente
emocionalmente que esto sucede y que es incapaz de controlar su estado en ese
momento, tiene miedo de descomponerse, de desmayarse o la sola vivencia de
despersonalización es vivida como una amenaza a la integridad psíquica.
Otra manera de vivenciar el
pánico es una forma constrictiva, el sujeto siente opresión, dificultad de
respiración, se siente como “presa” de un estado que no le permite libertad,
expansión. El dolor torácico le representa la peligrosidad de estar al borde de
un ataque cardíaco, los pensamientos que se disparan son catastróficos,
implican la sensación de una certeza de estar próximo a la muerte, y esto se
instala en el psiquismo con tal intensidad que luego de la crisis se instala el
miedo de volver a sentir lo mismo (miedo al miedo) quedando atrapada la persona
en un círculo vicioso que debe ser desarticulado a través de técnicas y reestructuración
Las crisis de pánico deben ser tratadas con precocidad ya que en un alto
porcentaje (95%) se cronifica y se transforman en agorafobia, que son las
limitaciones que sufre la persona a sentirse atrapada en un lugar donde no
encuentra una salida rápida frente a la inminencia de un ataque de pánico (por
ejemplo dentro de un tren, ascensor, supermercado, etc.) o estando sola y
siente una gran vulnerabilidad. (Miedo a estar sola en su casa). Todas estas
conductas deterioran significativamente la autoestima, el sujeto siente que no
puede recuperar su independencia, muchas veces se deteriora las relaciones
interpersonales especialmente cuando la pareja y/o familia no comprende el
grado de dificultad que atraviesa la persona en sus crisis.
Lic Mónica Arcas- Especialista en trastornos de ansiedad (A.A T A)
Consultorio en zona Norte: Vte López: Haedo 1505 1 Piso 8
Olivos: Villate 1607
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