martes, 23 de diciembre de 2014

Trastorno de personalidad limite

 Conceptos y abordaje
Lic Mónica Arcas


El trastorno de la personalidad de tipo límite es una patología psiquiátrica compleja, severa, crónica y muchas veces invalidante. El DSM IV describe al trastorno dentro del clúster B y detalla como un patrón de comportamientos regulado por la inestabilidad de las relaciones interpersonales, en la autoimagen, con una notable impulsividad, que se desarrolla al término de la adolescencia
Desde el punto de vista sintomático se describen lo siguiente:
1.   Son pacientes que tienen una ansiedad flotante, difusa, pero constante.
2.   Presentan estados de disforia (malestar intenso) cuando se separan (Angustia de Separación)
3.   Desde lo fenomenológico se presentan a tratamiento con neurosis poli sintomáticas de alta intensidad, muchas veces presentan crisis de angustia con sintomatología de activación del SN como ser taquicardias, opresión torácica, sensación de pérdida de control.
4.   Pueden presentar a su vez  estados de conversión somática a modo histérico.
5.   Ideas y rituales obsesivos que coexisten con los estados de ansiedad.
6.   Fobias (estados de agorafobia, fobias especificas)
7.   Reacciones de tipo disociativas (Estados de ensoñación histérica, fugas, estados de amnesia.
8.   Hipocondriasis
9.   Tendencias Paranoides.
Desde el punto de vista de la sexualidad:
Sexualidad de tipo insatisfactoria
Tendencia a la realización de acting.

La problemática de los pacientes con trastornos de personalidad límite está focalizados en dos puntos importantes:
1)   Son pacientes con déficit en habilidades sociales interpersonales, como también en su autoregulacion, con inconvenientes en el manejo del estrés y fallas en la tolerancia a la frustración.
2)   El factor ambiental sumado a las características personales hacen obstáculo a que esas habilidades sociales sean desarrolladas eficientemente. Por lo general se manejan con registro muy rígidos totalizados (las cosas/personas son buenas o malas) los registros son de tipo dicotómico
Estos pacientes que se autoperciben como ineficaces frente a los cambios, hay que motivarlos y enseñarles nuevos patrones de comportamiento.
Hay que tomar en cuenta que detrás de la actitud desafiante hacia el terapeuta, las provocaciones y hasta la hostilidad hay detrás una persona muy vulnerable que se encuentra indefensa, el terapeuta debe trabajar en lo personal esa contratransferencia y evitar el enjuiciamiento moral y dentro de los límites de su posición establecer una relación cálida de afecto que permita al paciente una experiencia emocional nueva y correctora.
El paciente trae a  consulta un factor desencadenante que constituye el motivo de consulta, hay que tomar en cuenta que en la historia del paciente hay situaciones sociales o etapas evolutivas que hacen que un acontecimiento se transforme en un factor desencadenante de sintomatología, se ha reactivado un conflicto nuclear, que muchas veces ha podido resolver de manera adaptativa cundo las condiciones sociales y/o ambientales les fueron favorables.
Muchas veces la persona no reconoce la existencia de factores desencadenantes, lo minimiza o simplemente lo niega no lo puede relacionar con los síntomas actuales que presenta, por ejemplo una determinada crisis ansiosa, que es reactivada por situaciones históricas que se vienen repitiendo pero que la persona no ha podido resolver eficientemente, entonces solo se focaliza en el síntoma y no en los efectores emocionales, sociales e interpersonales que están presentes en la actual situación del paciente.
Hay que delimitar la problemática principal de su vida, donde hay que explorar y modificar creencias y conductas disfuncionales que presenta respecto a si mismo, al entorno, a las relaciones interpersonales que es un aspecto de dificultad.
Siempre hay que evaluar las comorbilidades que se presentan en el paciente, son pacientes que suelen tener comorbilidad con estados de ánimo depresivo disforico, con trastornos de ansiedad (que generalmente al ser egodistonicos los síntomas recurren a tratamiento), abuso de sustancias, y comportamientos de impulsividad (compras compulsivas, juego patológico, adicción a tecnologías), estas últimas le permiten aislarse y aumentar la disforia porque este comportamiento repercute en el sistema familiar.



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