lunes, 6 de julio de 2015

psicoprofilaxis quirurgica

El papel del Psicologo en lo pre y post operatorio

Lic Monica Arcas

Los seres humanos vivimos conviviendo con la incertidumbre es una de las condiciones que nos impone la vida, muchas veces nos encontramos con experiencias estresantes como puede ser la comunicación de nuestro medico de tener que someternos a una intervención quirúrgica, la mayoría de las personas despliegan frente a esto ansiedades de tipo paranoides pues nos enfrenta por un lado con una situación desconocida, y por otro es un evento que esta por fuera de nuestro control. Las cirugías promueven estados de ansiedad tanto para el enfermo como para su entorno familiar, es un hito que produce una disrupción en la vida cotidiana, la persona se encuentra susceptible a la influencia de todos las informaciones que recaen sobre sí misma, y afecta  no solo a su autoestima sino que muchas de las veces y dependiendo de la intervención se modifica su autoimagen.
Es por ello que la intervención de un psicólogo capacitado en psicoprofilaxis quirúrgica es fundamental no solo como nexo entre el cuerpo médico tratante y el paciente, sino que posee las herramientas idóneas para dilucidar la estructura del paciente y evaluar los síntomas psíquicos previos a la intervención, así como también las creencias disfuncionales que puede tener el paciente que inciden negativamente en la intervención.
Un alto riesgo quirúrgico desde el punto de vista psicológico implica niveles altos de ansiedad, depresión, que deben ser evaluados con escalas validadas para anticipar la posibilidad de inicio de un tratamiento psicofarmacológico, así como también trastornos en el sueño, irritabilidad o agresividad esta ultima más frecuente en pacientes con trastornos previos de personalidad y/o estructura psicótica, ya que en el encuadre de una situación  quirúrgica se potencian, es por ello que la evaluación psicológica dentro del contexto previo a intervención es de máxima necesidad.
Cuando el paciente debido a causas externas se posterga su operación, o por lo contrario cuando se le avisa de una manera inmediata produce en el psiquismo un cambio que debe ser tomado en cuenta, esto último se da en los casos de trasplantes, donde el paciente ya ha sido seleccionado en una terna de posibles trasplantados, si bien es algo esperado por ellos produce mucha inestabilidad emocional que amerita ser intervenido para apoyo psicológico, ya que facilita la adaptación preoperatoria. Evaluar al paciente preoperatoria implica que se le debe no solo dar contención sino tomar en cuenta su singularidad, la historia vital del mismo, si ha tenido o no otras intervenciones, y en caso de que las ha tenido como fue su experiencia, ya que es normal en las intervenciones quirúrgicas que las personas tengan niveles de ansiedad,  manifestaciones somáticas y neurovegetativas, como ser trastornos gastrointestinales, dificultades respiratorias por hiperventilación y fluctuaciones en su presión arterial que alteran ese espacio de espera.
Hay que explicarle al paciente los efectos de la anestesia, porque ellos despliegan por lo general fantasias de muerte respecto a la misma, el temor de no despertar, ya que es algo que sale del marco de su control, como las manifestaciones que se pueden dar cuando despierte, frio, malestar digestivo, sensación metálica en la boca que es una reacción normal del efecto anestésico, así como también en el caso de amputaciones hablar sobre el efecto fantasma del miembro amputado y su posterior rehabilitación. En los casos de pacientes en donde se ha producido una ablación de un órgano, trabajar posteriormente con las creencias disfuncionales que elabora la persona para que pueda acceder a un pensamiento más realista adecuado que lo lleve a restablecer un reequilibrio.







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