Ansiedad anticipatoria

                                                                           Lic Mónica B.Arcas

“EL HOMBRE NO SUFRE POR LO QUE SUCEDE SINO POR LA VISION QUE TIENE DE LOS ACONTECIMIENTOS”
                                           Epictetus (Filósofo griego siglo I a C)







El temor y la ansiedad pueden desencadenarse no sólo por estímulos reales, sinó por las ideas o imágenes (Proceso cognitivo) que nos anticipan el encuentro con lo temido, y el factor común que tienen es que están dirigidas a situaciones FUTURAS.

Las reacciones están mediatizadas por lo condicional, como por ejemplo:”Si llego a entrar en el supermercado, voy a tener un ataque y perderé el control”, estos pensamientos e imágenes de tipo catastróficos son las que generan la ANSIEDAD ANTICIPATORIA, y tienen como objetivo hacer sentir a la persona como real ese temor potencial, por lo tanto ese pensamiento automático es disparador de sensaciones somáticas (palpitaciones, sequedad bucal, hormigueo en el estómago, tensión muscular, aflojamiento de piernas etc), esto asusta y conducen a conclusiones catastróficas sobre las consecuencias temidas.

Hay una desorganización del comportamiento, y la consecuencia será que aquello que se quiere prevenir, es decir sentir miedo, puede desencadenarse realmente como consecuencia de la ansiedad anticipatoria. Esta anticipación negativa “activa” las respuestas fisiológicas de la ansiedad, las que se harán mas intensas a medida que uno se acerca a la situación temida. Qué hacer frente a esto?

Primero, no luchar contra los síntomas, ya que activa la respuesta ansiosa y lleva a la pérdida de control.Esto significa que el descontrol aparece cuando la persona presa de un estado altamente ansioso comienza a pensar que “Ya mismo tiene que irse estos síntomas, que “debe” controlarlos, y que al fracasar, precipita el descontrol total, al sentirme mas vulnerable.

Los primeros síntomas son señales para poner en marcha la respiración profunda, ya que posiblemente este estado de ansiedad anticipatoria propicia la hiperventilación (respiración corta y rápida), por eso es muy importante la práctica cotidiana de la respiración diafragmática acostumbrando paulatinamente al organismo a disminuir su estado de ansiedad.

No evitar la situación temida, sino afrontarla, ganando seguridad en si mismo.Focalizar la atención en el exterior, no en un “chequeo interno” sobre las sensaciones físicas que se están sintiendo.