Lic
Mónica Arcas
La alta tasa de asociación
entre pánico y depresión a la que se denomina comorbilidad (asociación) puede
anticiparse a nivel epidemiológico: Los síntomas de ansiedad son muy frecuentes
en pacientes depresivos. Un 50% de pacientes con pánico experimentan síntomas
depresivos, debido a que el alto impacto emocional, físico y cognitivo que
producen las crisis de pánico los condiciona a restringir su vida social, para
la persona afectada es un antes y un después de las crisis de pánico, decae su
actividad social, laboral e interpersonal generando un terreno fértil para el
desarrollo de una depresión.
Los cuadros por lo general
no son puros pero es importante detectar que la ansiedad y la depresión pueden
existir de tres maneras:
·
Existir como cuadros separados.
·
Existir como cuadros asociados conjuntamente
(comorbilidad)
·
Complicar una a la otra forma.
Como cuadro separado
podemos ver un paciente con una crisis de pánico de poca evolución y pronto
tratamiento en donde a través de tratamiento psicoterapéutico y técnicas
especificas (reestructuración cognitiva, psicoeducacion) y elaboración del
conflicto actual puede remitir en un breve lapso.
A veces desarrollan
agorafobia porque mal interpretan las situaciones cotidianas con el temor de
sufrir una crisis estando lejos de su casa o sin una compañía.
También se debe evaluar la
asociación con otros cuadros de ansiedad como ser la ansiedad social, el
trastorno de ansiedad generalizada y el estrés postraumático.
La comorbilidad ansiedad
depresión es muy común, muchas veces la persona con pánico comienza a
desarrollar una depresión, muchos síntomas se superponen, los estados mixtos
son trastornos comunes, crónicos y debilitantes que deben ser tratados con
celeridad, ambos están caracterizados por trastornos de base biológica.
En el cuadro Mixto ansioso
depresivo encontramos los siguientes síntomas
La presencia de un estado
de ánimo disforico recurrente y persistente en el tiempo, muchas veces
acompañado de dificultad para la concentración, o no poder poner cierto
descanso a la mente porque es invadida por una serie de pensamientos
preocupantes con un tinte catastrófico. La dificultad para prestar atención y
retener datos también está presente.
Hay trastornos en el ciclo
del sueño, con presencia de insomnio de conciliación, a la persona le cuesta
desconectarse de sus pensamientos se angustia porque no puede iniciar el sueño,
la presencia de insomnio intermedio también es una variante muy común la
persona tiene un sueño muy liviano y se despierta varias veces en la noche,
muchas veces ya no vuelve a conciliar, pero la calidad de descanso es muy mala
y la persona comienza a tener otros síntomas como ser fatiga, sensación de baja
energía irritabilidad que agravan el cuadro. La persistencia de pensamientos
preocupantes es otra variable del cuadro.
Aparece la labilidad al
llanto, a veces sin poder detectar la causa del mismo, o también los deseos de
llorar e inhibirse en esta conducta. Hay un estado de hipervigilancia
sintomática y de tensión que se manifiesta muchas veces en atemorizarse
fácilmente, los pensamientos y creencias disfuncionales son la regla, por lo
general piensan lo peor, y tienen una actitud rumiante al respecto.
En cuanto a la desesperanza
este es el punto más delicado del cuadro, el estado de pesimismo frente al
futuro, es algo que debe evaluarse con mucha atención pues puede desembocar en
estados confucionales donde el paciente vea a la muerte como única salida a su
dolor, por eso hay que evitar el riesgo a una ideación o intentos de suicidios.
Por eso es muy destacable ahondar en las creencias del sujeto respecto a su
dolencia, como se sitúa frente al trastorno, la evaluación constante de los
mismos, y en el caso del tratamiento psicológico estar en contacto con el
médico psiquiatra que prescribe la medicación y ante cualquier cambio
desfavorable tener en cuenta siempre el trabajo de equipo.
A los efectos de un enfoque
cognitivo conductual se debe evaluar ambas patologías ansiedad y depresión con
escalas validadas donde se recaba información no solo cuantitativa sino
cualitatica a través de las cuales se indaga en las creencias disfuncionales y
esquemas adaptativos que ha tenido la persona a los efectos de una
reestructuración.
Es importante tratar y
profundizar en los estados de animo depresivo (triada depresogena) donde la
persona tiene una autoreferencia negativa, una visión negativa del entorno y la
falta de proyectos o de esperanzas puesta en el futuro, también en este ultimo
punto hay que ver los indicadores de desespeanzas que puede presentar a los
efectos de evitar rumiaciones suicidas.
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