Lic Mónica Arcas
Se denominan
sustancias psicoactivas a aquellas que producen efectos de alteración en la
conducta y estado anímica de quienes la consumen. Entre las más comunes
encontramos el consumo de alcohol, cafeína y nicotina.
La sociedad actual,
y especialmente el grupo etario adolescente tiene actualmente mucho consumo de
alcohol especialmente en los fines de semana, la conocida “previa” está muy
aceptada por los jóvenes, en ella se combinan varias bebidas alcohólicas (en
general bebidas blancas de gran graduación) muchas veces combinadas con psicofármacos.
El alcohol produce una depresión del Sistema Nervioso Central, se absorbe en el
tracto intestinal, cuanto más concentración alcohólica tenga la bebida mayor es
su absorción
A los cinco minutos
de iniciar el consumo el alcohol ya puede detectarse en la sangre y alcanza su
máximo entre 30 y 90 minutos después.
El consumo de
alcohol reduce los neurotransmisores excitadores y aumenta los
neurotransmisores inhibidores del sistema nervioso central, sin embargo, una
vez que cesa el consumo se produce el efecto contrario, se incrementan los
neurotransmisores excitadores y se reducen los inhibidores dando lugar a la
resaca. Es frecuente el consumo de alcohol como una forma de reducir la
ansiedad ante situaciones de afrontamiento, muchos adolescentes comienzan
bebiendo alcohol a los efectos de “encarar” una relación interpersonal, en los
fóbicos sociales suele ser frecuente este recurso para “darse fuerza y coraje”
pero esta forma particular da lugar más tarde a un recurso que lleva a
comportamientos de dependencia, es mas el consumo de alcohol eleva los niveles
de ansiedad ya que estimula el sistema nervioso autónomo entrando de esta
manera en un circuito adictivo.
Otra sustancia
psicoactiva que produce alteraciones es el consumo de cafeína en grandes dosis.
No solo el café tiene cafeína, sino que se encuentra en chocolates, bebidas
cola y muchos analgésicos (por ejemplo en el Migral), antigripales y
descongestivos nasales. El café es la bebida más utilizada en nuestra cultura,
su principio activo la cafeína puede producir un aumento de la ansiedad, así
como también alteraciones en el ciclo del sueño (Insomnio de conciliación) y
alteraciones en el sueño en las fases no REM.
El consumo de café suele producir alteraciones
en el ritmo cardiaco (palpitaciones) así como también cefaleas y cuando la
persona es dependiente de la cafeína suele tener temblores cuando no consume la
cantidad habitual teniendo en su cesación síndrome de abstinencia en muchos
casos. cuyos síntomas principales son las cefaleas, mareos y fatiga. Los
síntomas comienzan entre 12 y 24 horas después del último consumo alcanzando su
máximo entre las 24 y 48 horas. Su duración es de aproximadamente una semana.
Para evitar el síndrome de abstinencia se recomienda reducir el consumo de
forma gradual.
La cafeína también
es un estimulante del Sistema Nervioso Central actúa aumentando la liberación
de neurotransmisores excitadores y reduciendo la liberación de
neurotransmisores inhibidores. De esta forma logra mantener la activación del
sistema nervioso central y el estado general de alerta. Se absorbe en el
organismo muy rápidamente y es distribuida por todos los tejidos del organismo,
adquiriendo su concentracion máxima entre los 15 minutos a una hora de la
ingesta.
Personas con trastorno de ansiedad deben
evitar la cafeína puesto que esta empeora la sintomatología ansiosa... La
cafeína puede intensificar los trastornos de ansiedad previos y por tanto
desencadenar ataques de pánico,
Puede desencadenar
un síndrome de abstinencia cuyos síntomas principales son las cefaleas, mareos
y fatiga. Los síntomas comienzan entre 12 y 24 horas después del último consumo
alcanzando su máximo entre las 24 y 48 horas. Su duración es de aproximadamente
una semana. Para evitar el síndrome de abstinencia se recomienda reducir el
consumo de forma gradual.
El tabaquismo es
una de las adicciones más frecuentes en la población, no solo el cigarrillo
conlleva un gran riesgo para la salud pues posee innumerables agentes cancerígenos,
sino que su principio activo la nicotina es altamente adictiva (tanto como la
cocaína), es un gran estimulante del sistema nervioso y produce en el
consumidor una sensación de sedación. La estimulación en el sistema nervioso
que produce la nicotina va seguida con un leve decaimiento y fatiga que incita
al consumo de otro cigarrillo.
La vida media de la
nicotina en el cuerpo es de entre 30 y 120 minutos, superado este tiempo
aparece el síndrome de abstinencia que lleva a fumar de nuevo. Si pasado este
tiempo no se fuma de nuevo se da estado de ánimo disforicos o depresivo,
insomnio, irritabilidad, ira, ansiedad, dificultad de concentración e
inquietud. Es por eso que es indispensable trabajar con un plan de cesación
tabáquica trabajando con registros y mucha psicoeducacion así como también los
grupos de autoayuda para dejar la adicción al tabaco funcionan como una red de
contención que ayuda a la persona a tomar una actitud de dejar la adicción y
mejorar su calidad de vida.
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