Lic
Mónica Arcas
“Cualquiera
puede enojarse eso es fácil…pero enojarse con la persona adecuada, en la medida
adecuada, por la razón adecuada y de la manera adecuada, eso no es fácil”
Aristóteles.
La
ira es una emoción negativa que los seres humanos presentan en diversos niveles
de intensidad que se presenta como una conducta de irritabilidad hasta poder
adquirir estados de furia que pueden llegar a producir alteraciones no solo en
el psiquismo sino en la interrelación con terceros.
La
ira presenta efectos negativos tanto en los niveles físicos, psíquicos y
espirituales con consecuencias muy nocivas para la salud.
A
nivel físico se presentan alteraciones cardiacas aumentando su frecuencia
elevando la presión arterial. Las consecuencias de la ira en el cuerpo está
asociada a situaciones de emergencia, de amenaza, de desafío lo cual convivir
con ira es un riesgo per se, cada vez que ocurre un incidente que coloca al
sujeto en un estado de ira en el cuerpo se produce la activación del sistema simpático
liberando sustancias tales como catecolaminas, adrenalina y noradrenalina y
aumentando los niveles de cortisol en sangre.
Desde el punto de vista cognitivo aparece la
hostilidad, la hostilidad dirigida a otro y/o situación pero que funciona como
una rumia mental. Esta hostilidad puede perdurar en el tiempo generando el
desgaste fisiológico mencionado anteriormente
Desde
lo psicológico la ira puede presentarse de manera que la persona actué de
manera activa o pasiva frente a la misma, pero estas formas límites no son las
adecuadas para el sano manejo emocional, cuando la persona oculta esta emoción,
muchas veces se ve en la clínica en personas con temperamento introvertido, con
niveles de timidez marcados la tendencia es ésta puede introyectar esa ira
ocultarla a través de determinados mecanismos de defensa (desplazamiento,
negación entre otros) y manejando una conducta de pasividad que lo que genera son estados de ansiedad que afectan también
a nivel psicosomático, pero fundamentalmente alteran la autoestima de la
persona ya que al no poder defenderse de esa emoción en forma asertiva
manifestando aquellas personas y/o situaciones que lo frustran de manera
adecuada.
Cuando
existe una amenaza real muchas personas reaccionan con ira, esa emoción es
acotada a la situación que se está presentando ya que la misma produce la
reducción o eliminación de la molestia o el daño a lo que está sometida la
persona, pero debemos saber que la base de la ira es una negatividad, y muchas
veces se puede presentar en ausencia de un estimulo real amenazante.
Acciones
generadas por la ira:
Existe
un espectro de reacciones que las personas manifiestan con ira entre ellas
encontramos:
·
Rabietas verbales y/o
físicas
·
Actuar con sarcasmo o burla
dirigida a terceros
·
Malhumor
·
Comportamiento pasivo
agresivo que genera problemas a las personas con quien se tiene un conflicto
·
A nivel mental pueden
aparecer fantasias de destrucción a una o varias personas.
·
Acciones violentas, por
ejemplo romper cosas especialmente algo valioso de alguien significativo que es
donde va dirigida la ira,
·
Represión de ese afecto, la
persona está furiosa pero no puede tomar conciencia con su sentimiento
·
Encubrimiento, cuando toma
conciencia de su enojo pero finge que no es así, lo enmascara.
Como
manejar la ira?
En
primer lugar hay que saber manejar la relajación, hay que aquietarse, la
relajación produce apaciguamiento del sistema nervioso.(Ver relajación
diafragmática)
Recurrir
a técnicas de imaginería en donde se centre en imágenes mentales que le
produzcan estados de relajación (Imaginarse un lugar tranquilo, o recordar una
escena de la naturaleza en paz que induce a la relajación mental.
Desde
el punto de vista del encuadre cognitivo conductual una de las técnicas más
adecuadas en trabajar en la reestructuración cognitiva, posibilitar el cambio
del pensamiento disfuncional que dispara las reacciones agresivas que conlleva
la ira, es importante guardar registro de los pensamientos que muchas veces
aparecen en la mente, muchas personas suelen ser reiterativas con el
pensamiento, a lo que yo llamo “pelear con el imaginario”, el sujeto sigue con
rabia por la situación que provoca ira peleando en su mente generando el
aumento de tensión en el organismo. Por eso es importante trabajar en la
terapia los modos de comunicación particular que tiene la persona y modificarlo
por formas más asertivas, la expresión adecuada en tiempo, forma y contenido
posibilita el manejo lógico de la comunicación y reduce la ira, elegir el
momento oportuno para desarrollar una comunicación con quien hay un conflicto,
buscando alternativas y no evadiendo es la manera en la cual una persona no
solo resuelve el problema con el otro, sino fundamentalmente mejora su estabilidad
mental.
La
ira prima cuando la persona piensa que las cosas deben suceder de una manera
particular, pero suceden de manera diferente y eso ocasiona estados de furia,
cuando nuestros deseos son contrariados, perdemos la calma. Muchas veces los
fracasos inducen a dos tipos de conductas, una de ella es estallar en ira, y la
otra que no es mejor que la primera es no insistir en poder modificar la
situación , permitiendo nuevas formas alternativas a fin de hacer un cambio a
futuro y no desgastarse en conductas tóxicas que lo único que producen es un
retroceso en todos los niveles pero particularmente en el caso de la ira la
modificación de procesos físicos que alteran la dinámica del cuerpo generando
alteraciones tales como problemas digestivos, ulceras gastrointestinales,
desarrollo de colon irritables hasta enfermedades de tipo autoinmune.
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