martes, 11 de septiembre de 2018


ESPIRITUALIDAD Y SALUD MENTAL



Hablamos de salud mental cuando nos referimos a un estado de bienestar en el cual la persona es consciente de sus capacidades de poder hacer frente a las presiones que la vida impone, que pueda ser productivo en la sociedad, la OMS lo define como un estado de bienestar  físico ,mental y social y no solamente la ausencia de enfermedades. Pero el ser humano es más complejo que esto es un ser a diferencia de los animales dotado de la dimensión espiritual.

La espiritualidad proviene de la palabra Spiritus que significa aliento de vida, es una de las dimensiones del ser junto con el aspecto físico y mental, abordar la dimensión espiritual es tomar al ser desde lo holístico, es decir como un todo, y esta dimensión nos conduce a preguntarnos sobre el sentido de nuestra vida y su transcendencia, la necesidad de creer de tener fe en uno mismo, en otros, en un ser Superior, pero no debe estar limitada a ningún tipo de creencias o prácticas religiosas, abarca más que lo religioso, es una dimensión propia de la vida humana que incluye valores actitudes, perspectivas y creencias.

Hay muchos estudios que han precisado que aquellas personas que mantienen el factor de espiritualidad o religiosidad han tenido disminución de síntomas depresivos es especial los cognitivos en relación a la desesperanza y la visión que mantienen de su autoestima y del mundo circundante. (Triada cognitiva de Beck). Pacientes con el mismo cuadro evolucionan más rápido y favorablemente aquellos que se sostienen con un espíritu de esperanza puesta en la fe que los mueve.

También se ha observado el papel protector de la espiritualidad/religiosidad frente al suicido (se ha visto que personas que mantienen una fe religiosa tienen menos porcentajes de intentos de suicidios ya que todas las religiones favorecen al respeto por la vida),  también la fe tiene un papel fundamental en las enfermedades graves donde el hombre se encuentra frente a la posibilidad de su finitud y se aferra en su fragilidad a lo sagrado.

Tomar la dimensión espiritual en nuestra práctica es incorporar la tolerancia hacia la alteridad, aceptando la diversidad, dando un marco de pertenencia al otro, favoreciendo el respeto la dignidad y principalmente el respeto a la vida como el bien más preciado.

Como profesionales de la salud mental debemos respetar las creencias de nuestros pacientes, sin críticas, tratando acompañarlo en su crecimiento logrando en este acompañar que logre tener la paz que significa aceptar al otro en su total integridad.

Desde este posicionamiento profundizamos no solo en su psique sino que acompañamos en la dimensión espiritual que fortalece el vínculo terapéutico.



Conferencia APSA 2017- Lic Mónica Arcas Psicóloga Clínica






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