BORDERLINES EN ADOLESCENCIA.
El trastorno de personalidad límite también denominado Borderlines es un
trastorno mental grave que se caracteriza por la presencia de estados de
inestabilidad emocional, desregulación emocional, fallas en el control de los impulsos,
relaciones interpersonales conflictivas, muchas veces caóticas, y distorsiones
de la autoimagen.
Hay controversia en el periodo adolescente de categorizar como trastorno límite
de la personalidad a sujetos menores de 18 años, ya que las características de
la adolescencia de inestabilidad afectiva o perturbación de la imagen corporal
(ya que en la adolescencia estos cambios generan mucha inseguridad) es típico,
además que en la adolescencia la personalidad es vulnerable a toda una serie de
cambios que se producen, no olvidemos
que el adolescente tiene una transición de la niñez a la adultez que no es
parejo, y debe realizar internamente diversos duelos, uno de ellos es el cuerpo
infantil, la idealización de sus padres y el ingreso a la sexualidad con todos
los componentes emocionales que esto conlleva. Pero hay mucha evidencia clínica que
apoya sin llegar a la estigmatización sobre el diagnóstico y tratamiento del
trastorno límite en la adolescencia y del valor de detección y tratamiento
precoz de esta patología psiquiátrica.
El trastorno borderline es frecuente
en la clínica adolescente, con una prevalencia de 11% de pacientes
ambulatorios, y con un grado medio de pacientes internalizados,
mayoritariamente se observa en mujeres en una proporción de 3:1. En los adultos
los cuadros Borderlines se asocian a otros cuadros (comorbilidad con abuso de
sustancias, depresión mayor, trastornos de alimentación, disociativos, estrés
postraumático y la asociación con otros trastornos de conducta), son personas
con serias dificultades de mantener relaciones interpersonales. Los criterios diagnósticos
de TPL son la presencia de ansiedad crónica, difusa libre y flotante, polifobias , síntomas obsesivos compulsivos,
síntomas de conversión, reacciones disociativa especialmente estados de
ensoñación, hipocondriasis, tendencias paranoides, estructuras de personalidad
pre psicóticas que incluyen personalidad paranoide esquizoide hipomaníaca y
ciclotímica, presencia de alteraciones de la conducta alimentaria, episodios
psicóticos breves y muchas veces conducta sexual promiscua.
En el adolescente se observa con frecuencia
conductas de autolesión (cortes), alteraciones en la imagen corporal,
alteraciones en la conducta alimentaria, muchos autores sostienen que la avenencia
de TLP en la adolescencia es un indicador de un trastorno de personalidad más
severo en la adultez y de un grave deterioro funcional, especialmente su
agravamiento es reactivo a situaciones de estrés. Hay elementos sociales que
actúan como elementos favorecedores a la formación de este estado particular de
la personalidad, por lo general han tenido un apego de tipo elusivo,
desorganizado, con poco o nula contención del vínculo materno, y la formación
de emociones hostiles dirigidas a los padres, estados de ira irrefrenables así
como también la presencia de autolesiones repetitivas, intentos de suicidios, como
también la existencia de maltrato y abuso sexual infantil intrafamiliar. Presentan un miedo
atávico al abandono, y las lesiones infligidas en el cuerpo responden a una
manera patológica de controlar el dolor psíquico que padecen. Los adolescentes
con este trastorno en su personalidad muestran comportamientos de tipo
impulsivo-agresivo, abuso de sustancias y alcohol, y a modo de internalización
hay aumento de la ansiedad, sensación de vacío y sintomatología depresiva, así
como la fluctuación de estos estados afectivos, así como sintomatología
disociativa transitoria, que se manifiesta en estados de automatismos y/o
sensación de un yo extraño separado de las emociones.
El enfoque terapéutico es fundamental
cuanto más temprano se acceda, especialmente los enfoques de la terapia
analítica cognitiva (donde se unen la terapia cognitiva y la integración de las
relaciones objetales provenientes de la raíces del psicoanálisis), se favorece
a la identificación comprensión y revisión de las relaciones interpersonales
que mantiene el adolescente y su núcleo relacional, trabajando las creencias, los
pensamientos conductas y sentimientos que surgen de las mismas, también los
aportes de la terapia dialéctica comportamental han tenido buenos desarrollos
en adolescentes con trastornos de personalidad donde se hace foco en técnicas
de concientización y de relajación, manejo de las emociones disfuncionales,
especialmente focalizando el manejo del enojo e ira, la impulsividad y entrenamiento en habilidades sociales.
Lic. Mónica Arcas – Terapeuta
cognitiva conductual –
Olivos – Vicente López – 15 3488 2542
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