martes, 24 de septiembre de 2019


BORDERLINES EN ADOLESCENCIA.



El trastorno de personalidad límite también denominado Borderlines es un trastorno mental grave que se caracteriza por la presencia de estados de inestabilidad emocional, desregulación emocional, fallas en el control de los impulsos, relaciones interpersonales conflictivas, muchas veces caóticas, y distorsiones de la autoimagen.

Hay controversia en el periodo adolescente de categorizar como trastorno límite de la personalidad a sujetos menores de 18 años, ya que las características de la adolescencia de inestabilidad afectiva o perturbación de la imagen corporal (ya que en la adolescencia estos cambios generan mucha inseguridad) es típico, además que en la adolescencia la personalidad es vulnerable a toda una serie de  cambios que se producen, no olvidemos que el adolescente tiene una transición de la niñez a la adultez que no es parejo, y debe realizar internamente diversos duelos, uno de ellos es el cuerpo infantil, la idealización de sus padres y el ingreso a la sexualidad con todos los componentes emocionales que esto  conlleva. Pero hay mucha evidencia clínica que apoya sin llegar a la estigmatización sobre el diagnóstico y tratamiento del trastorno límite en la adolescencia y del valor de detección y tratamiento precoz de esta patología psiquiátrica.

El trastorno borderline es frecuente en la clínica adolescente, con una prevalencia de 11% de pacientes ambulatorios, y con un grado medio de pacientes internalizados, mayoritariamente se observa en mujeres en una proporción de 3:1. En los adultos los cuadros Borderlines se asocian a otros cuadros (comorbilidad con abuso de sustancias, depresión mayor, trastornos de alimentación, disociativos, estrés postraumático y la asociación con otros trastornos de conducta), son personas con serias dificultades de mantener relaciones interpersonales. Los criterios diagnósticos de TPL son la presencia de ansiedad crónica, difusa libre y flotante,  polifobias , síntomas obsesivos compulsivos, síntomas de conversión, reacciones disociativa especialmente estados de ensoñación, hipocondriasis, tendencias paranoides, estructuras de personalidad pre psicóticas que incluyen personalidad paranoide esquizoide hipomaníaca y ciclotímica, presencia de alteraciones de la conducta alimentaria, episodios psicóticos breves y muchas veces conducta sexual promiscua.

 En el adolescente se observa con frecuencia conductas de autolesión (cortes), alteraciones en la imagen corporal, alteraciones en la conducta alimentaria, muchos autores sostienen que la avenencia de TLP en la adolescencia es un indicador de un trastorno de personalidad más severo en la adultez y de un grave deterioro funcional, especialmente su agravamiento es reactivo a situaciones de estrés. Hay elementos sociales que actúan como elementos favorecedores a la formación de este estado particular de la personalidad, por lo general han tenido un apego de tipo elusivo, desorganizado, con poco o nula contención del vínculo materno, y la formación de emociones hostiles dirigidas a los padres, estados de ira irrefrenables así como también la presencia de autolesiones repetitivas, intentos de suicidios, como también la existencia de maltrato y abuso sexual  infantil intrafamiliar. Presentan un miedo atávico al abandono, y las lesiones infligidas en el cuerpo responden a una manera patológica de controlar el dolor psíquico que padecen. Los adolescentes con este trastorno en su personalidad muestran comportamientos de tipo impulsivo-agresivo, abuso de sustancias y alcohol, y a modo de internalización hay aumento de la ansiedad, sensación de vacío y sintomatología depresiva, así como la fluctuación de estos estados afectivos, así como sintomatología disociativa transitoria, que se manifiesta en estados de automatismos y/o sensación de un yo extraño separado de las emociones.

El enfoque terapéutico es fundamental cuanto más temprano se acceda, especialmente los enfoques de la terapia analítica cognitiva (donde se unen la terapia cognitiva y la integración de las relaciones objetales provenientes de la raíces del psicoanálisis), se favorece a la identificación comprensión y revisión de las relaciones interpersonales que mantiene el adolescente y su núcleo relacional, trabajando las creencias, los pensamientos conductas y sentimientos que surgen de las mismas, también los aportes de la terapia dialéctica comportamental han tenido buenos desarrollos en adolescentes con trastornos de personalidad donde se hace foco en técnicas de concientización y de relajación, manejo de las emociones disfuncionales, especialmente focalizando el manejo del enojo e ira, la impulsividad  y entrenamiento en habilidades sociales.


Lic. Mónica Arcas – Terapeuta cognitiva conductual –


Olivos – Vicente López – 15 3488 2542


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