Acerca
de las pérdidas más amadas
Lic Monica Arcas
Todos los seres humanos en
algún momento de nuestra existencia nos encontramos con la tarea de procesar
una pérdida de algún ser que se fue de nuestras vidas.
Freud describe al duelo como
la pérdida de algo significativo para el yo de la persona, sea un ser querido,
la salud o abstracciones equivalentes como ser la patria, ya que muchas veces
las personas por causas mayores deben dejar sus residencias, su país, eso también
para el psiquismo es una pérdida.
El duelo común abarca
diversas emociones y conductas que se van produciendo en el tiempo, siempre
conlleva malestar somático, pero la persona va sufriendo a lo largo del tiempo
una serie de etapas que no son lineales sino que están entramadas muchas veces
hasta se producen conjuntamente. Elizabeth
Kubler Ross describió las etapas del duelo que las personas atraviesan.
Las manifestaciones del duelo
de características normales son:
Estados de tristeza, este
estado emocional es el más común en las perdidas muchas personas lo manifiestan
con el llanto, pero no todas las pueden hacer, hay personas que quieren
manifestar el dolor con el llanto y no pueden derramar una lagrima no por eso
quiere decir que no sienta la pérdida del ser querido. Llorar es una forma de
expresión que convoca de alguna manera la protección de otras personas que
consuelan al deudo, también forma parte de una manifestación social de la
perdida, pero no es la única forma de manifestación. Muchas personas se
encierran en sí mismas en un dolor profundo y hasta se melancolizan por la
perdida. Otros en cambio manifiestan enojo, que por lo general lo proyectan en
terceros o en Dios, ante la frustración que implica no poder hacer algo que
evite la muerte, pero esconde de todos modos una forma de enfado porque el ser
pierde un afecto, es abandonado por alguien significativo para él/ella, aparece
un sentimiento de orfandad, de desprotección de pérdida del apego.
Una de las particularidades que se producen en
los estados de duelo es que el deudo va perdiendo algunos registros cotidianos
de su familiar, los olores típicos que la persona amada tenia, así como su tono
de voz, hasta muchas veces cuando hay mucha angustia le cuesta pensar en el
rostro de la persona amada y esto genera mucha culpa y dolor al deudo.
La aceptación de la perdida
conlleva un tiempo, que no es igual en las personas, al principio existe en
nuestro psiquismo el mecanismo de la negación, aun en los casos en donde es
esperable el deceso, siempre existe la sensación que no es verdad, que la
muerte que ocurrió no lo fue realmente, esta no aceptación del psiquismo entonces
la primera tarea es la aceptación de esta horrorosa realidad en donde el
reencuentro con la persona es imposible. La negación de la realidad posee
distintos grados desde una pequeña distorsión hasta un engaño total, puede ser
que la persona inconscientemente siga preparando la mesa con el comensal
ausente, hasta casos gravísimos en donde predominan los estados psicóticos y la
persona conviva con el cadáver sin dar a conocer el deceso del familiar. También
muchas veces se mantiene toda la casa de la misma forma en cómo estaba antes de
la muerte, conservando todas sus enceres, su ropa y su habitación de la misma
forma que cuando estaba con vida a ello se lo denomina momificación, este es un
punto a trabajar terapéuticamente con el deudo ya que favorece a establecer un
duelo patológico.
El dolor de la perdida
involucra dolor físico, dolor emocional y conductual, el deudo manifestara
síntomas físicos (dolores y mialgias en el cuerpo, dolor pectoral, trastornos
en el apetito etc) y probablemente también conductas disfuncionales, suele
aparecer estados de abatimiento, desgano, necesidad de quedarse en la cama,
todo este estado disfórico es normal que aparezca luego de la perdida, pero
debe permitirse experimentar el dolor emocional, no bloquear los sentimientos,
muchas veces las personas recurren a reprimir el llanto o su estado de tristeza
para no provocar en otros dolor adicional, pero cada persona procesara y
elaborara la perdida acorde a su estructura y proceso vital. La adaptación al
medio con una realidad diferente a partir de la perdida no es inmediata lleva
como todo proceso un tiempo, el deudo no es consciente de todos los roles que
desempeñaba el fallecido, luego de su muerte se siente realmente ese espacio vacío,
ese rol que el otro desempeñaba y la familia deberá reordenarse para suplir
algunos aspectos de éste.
El dolor de la perdida
involucra dolor físico, dolor emocional y conductual, el deudo manifestara
síntomas físicos (dolores y mialgias en el cuerpo, dolor pectoral, trastornos
en el apetito etc) y probablemente también conductas disfuncionales, suele
aparecer estados de abatimiento, desgano, necesidad de quedarse en la cama,
todo este estado disfórico es normal que aparezca luego de la perdida, pero
debe permitirse experimentar el dolor emocional, no bloquear los sentimientos,
muchas veces las personas recurren a reprimir el llanto o su estado de tristeza
para no provocar en otros dolor adicional, pero cada persona procesara y
elaborara la perdida acorde a su estructura y proceso vital. La adaptación al
medio con una realidad diferente a partir de la perdida no es inmediata lleva
como todo proceso un tiempo, el deudo no es consciente de todos los roles que
desempeñaba el fallecido, luego de su muerte se siente realmente ese espacio
vacío, ese rol que el otro desempeñaba y la familia deberá reordenarse para
suplir algunos aspectos de éste.
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