CUANDO
LA MENTE ATORMENTA.
El trastorno obsesivo compulsivo es uno de los
cuadros psiquiátricos que más discapacidad genera, aparece por lo general a
temprana edad (preadolescencia) consolidándose en la salida de la adolescencia.
Por lo general, se consulta tarde cuando la persona ya no puede “controlar” las
obsesiones y los rituales se comienzan a ser muy excesivos y demandan mucho
tiempo.
El cuadro está formado por obsesiones que son
pensamientos que irrumpen la conciencia de manera intrusiva, ello quiere decir
que el sujeto no los trae voluntariamente, sino que se le imponen en el curso
del pensamiento, y son de naturaleza variable pero siempre negativos pueden ser
pensamientos de violencia, homosexualidad, sexuales aberrantes, de
contaminación entre otros, que le generan al sujeto mucha angustia y duda sobre
su posible ejecución. Estas ideas tan desagradables son difíciles para la
persona manejarlas, en muchos casos el temor a los propios impulsos de hacer
algo que lo atormenta, los lleva a la duda patológica, donde el pensamiento se
vuelve más amenazante y desestructurante ya que atentan contra los principios
éticos que tiene la persona, muchas de las veces se trata de obsesiones puras,
pero mayormente para aliviar la angustia recurren a rituales que alivian
“temporalmente” la angustia pero no es la respuesta adecuada para frenar las
obsesiones.
Los rituales son actos, o palabras que ejecuta la
persona como forma de neutralizar las obsesiones, por ejemplo ante la obsesión
de contaminación, puede llegar a tener rituales de lavado compulsivo, llegando
a generar no solo la multiplicación de tiempo en los mismos sino que el lavado
compulsivo produce dermatitis severa en la piel. Otras veces el ritual tiene un
contenido “mágico” y no está directamente relacionado con la obsesión.
Uno de los procedimientos eficaces en el TOC es ir
desarmando los rituales y realizando los mismos a través de la técnica de
prevención de respuesta, que es ir entrenando al paciente a resistir la
ritualización, aunque aumente su ansiedad, por otra parte la psicoeducación es
fundamental para el TOC y la enseñanza de técnicas de detención del pensamiento
o indiferencia a los pensamientos intrusivos suelen ser de mucha eficacia, pero
hay un elemento que es importante trabajar con el paciente porque esta lucha
contra las obsesiones genera mucha resistencia, y muchas veces los afectados no
cumplen con las consignas del tratamiento o lo hacen de manera incompleta.
Trabajar la incertidumbre con estos pacientes es otro punto importante, ya que
el obsesivo necesita certezas absolutas, su pensamiento es rígido es importante
plantearle al paciente que el tratamiento no reducirá a cero sus dudas y
preocupaciones, pero que es importante no recurrir a la ritualización.
Lic .Mónica Arcas - TCC - Especialista en T. de
Ansiedad 15 3488 2542
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