SOBRE EL TRASTORNO OBSESIVO
COMPULSIVO
Lic. Mónica Arcas
Las obsesiones son pensamientos intrusivos, ego-distónicos (generan
malestar), imágenes, melodías, sonidos o impulsos difíciles de desestimar o
resistir.
El contenido de este pensamiento obsesivo habitualmente es desagradable
y/o mórbido. Típicamente, las obsesiones giran en torno a la contaminación,
religión, conductas sexuales y temas mórbidos y agresivos. Las obsesiones
también son reflejo de un estilo de pensamiento mágico, donde existe la creencia
de que nuestras ideas pueden actuar creando o deshaciendo eventos específicos.
El paciente usualmente reconoce que sus obsesiones son ridículas,
exageradas a veces le ocasiona vergüenza expresarlas, sin embargo, este
“insight” (conciencia de enfermedad), aunque necesario, no siempre está
presente.
El pobre “insight” (falta de conciencia de enfermedad) en cuanto a las
características esenciales de las obsesiones, se denomina ideas sobrevaloradas.
Las ideas sobrevaloradas son obsesiones rígidas, estables, capturan otras ideas
y se resisten a ser cambiadas.
La idea sobrevalorada, aunque falsa, es vista por el paciente como
racional, posible, y al igual que las otras obsesiones, necesita ser
neutralizada a cualquier costo, comprometiendo la conducta del sujeto en
diversos ámbitos.
Una compulsión mental (ritual mental o idea compulsiva) es aquella que
obliga al sujeto a realizar determinada actividad mental, como por ejemplo, la aritrometria,
repetir mentalmente palabras o frases, dibujar imágenes mentales, chequeo
mental de objetos, juegos ritualísticos, etc.
Estas compulsiones circunspectas, que ocurren casi automáticamente, son
difíciles de detectar y por tanto de trabajar terapéuticamente
Una compulsión motora es aquella que impulsa al sujeto a realizar un
acto con participación muscular. Estas compulsiones abarcan urgencias
físicas o verbales agresivas, como la coprolalia o conductas de auto-mutilación
(escupirse, arrancarse la piel, morderse, arrancarse el cabello, etcétera).
Otras más conocidas y frecuentes incluyen impulsos cotidianos como
lavarse las manos, verificar, volver a leer o escribir, ordenar, acumular, y la
repetición de actividades físicas rutinarias como sentarse y pararse de una
silla, o abrir y cerrar la puerta.
Las compulsiones motoras pueden estar relacionadas con necesidades
fisiológicas, como la necesidad compulsiva de defecar, orinar, o actividades
sexuales continuas.
Estas también incluyen
movimientos del cuerpo como la necesidad de tocar, golpear, raspar, balancearse
una cierta cantidad de veces y/o de una manera determinada. Movimientos
estereotipados también pueden incluirse en esta categoría. Ceremoniales
familiares o individuales, como rituales de purificación o descontaminación,
lavado, limpieza o esterilización, también son síntomas obsesivos. Otras
compulsiones incluyen ordenar, acomodar, acumular, releer, volver a
escribir.
Las compulsiones que pueden ser de naturaleza mental o física,
son llevadas a cabo en forma repetitiva siguiendo reglas supersticiosas, y
tienen la finalidad de neutralizar, evitar o prevenir algún tipo de
consecuencia no deseada o desastrosa.
Por ello, las compulsiones tienen la propiedad de reducir la ansiedad
cognitiva y/o somática, malestar o angustia que estos pacientes experimentan,
al tiempo que generan disfuncionalidad (imposibilidad de llevar adelante, sin
dificultades, las actividades familiares, laborales y/o sociales).
La clínica nos indica que los pacientes suelen padecer sensaciones de
ansiedad, depresión y/o asco durante el inicio y mantenimiento del mecanismo
obsesivo-compulsivo.
Quienes sufren de Trastorno Obsesivo-Compulsivo
El TOC afecta alguna vez a lo largo de la vida al 2-3% de la población
mundial, es tan frecuente en niños como en adultos y los datos epidemiológicos
sugieren que no hay diferencias en la prevalencia entre regiones geográficas y
étnicas.
Probablemente la presencia de este trastorno sea mayor a la conocida,
dado que los individuos con TOC tienden a esconder sus síntomas y retrasar el
momento de la consulta en términos estadísticos los pacientes tardan hasta 14
años en consultar, al principio lo esconden, lo viven en soledad, cuando son
chicos muchas veces los padres no lo perciben como una enfermedad,
especialmente cuando las obsesiones y rituales implican el orden extremo, pero
luego comienza a ser muy disfuncional para la familia. Se presenta con la misma
frecuencia en el hombre y la mujer.
Hoy se considera que el inicio temprano, por lo general aparecen en la
niñez y adolescencia. El 50% desarrollan obsesiones antes de los 15
años, y hay una fuerte carga hereditaria
Basados en nuestra experiencia clínica e investigación, los síntomas
exhibidos por los niños con TOC se parecen a los de los adultos.
SÍNTOMAS COMORBIDOS
Depresión - Los pacientes con TOC usualmente experimentan depresión debido a
la pérdida de control sobre los síntomas que dominan sus vidas. Se sienten muy
frustrados y desesperanzados de que se sentirán mejor alguna vez.
·
Disturbios Sexuales - Los
trastornos incluyen un incremento o una disminución de la libido, frigidez,
impotencia y eyaculación tardía o precoz. Esto puede ser causado por la
estricta mirada religiosa o moral del paciente, depresión y ansiedad. Los
pacientes que tienen temor de contaminación respecto al semen, secreción
vaginal y urinaria, también pueden evitar los contactos sexuales. A veces se
presentan como consecuencia de la presencia de ideas obsesivas de contenido
homosexual.
·
Irritabilidad - El TOC causa mucha
frustración porque interfiere con la socialización, con el trabajo y la
familia. La frustración puede conducir al enojo o irritabilidad. En ocasiones
la interrupción de los rituales o compulsiones puede generar una conducta
agresiva verbal o física.
·
Distorsiones perceptuales: algunos pacientes
se quejan de distorsiones preceptúales como “escuchar sus pensamientos” o “ver
imágenes desagradables o que le infunden temor” entre otras.
·
Alteración funcional - Los
síntomas en el TOC tienden a interferir significativamente en las áreas de
funcionamiento. Los rituales pueden tomar mucho tiempo en el trabajo,
conduciendo al stress agregado. Los problemas ocurren frecuentemente dentro de
la familia. Los individuos con TOC tienen dificultad para convivir,
frecuentemente obligan a la familia a ayudarlos en la realización de los
rituales. Debido a la severidad del trastorno, la socialización está
frecuentemente afectada.
Cuál es el tratamiento para el Trastorno Obsesivo-Compulsivo
El tratamiento del TOC debe ser abordado de forma integral, el cual consta de
una evaluación exhaustiva, psicoeducación, terapia cognitiva-conductual y
psicofarmacológica. La forma de terapia conductual que encontró ser la más
efectiva para el TOC es denominada "exposición y prevención de las
respuestas".
En la terapia cognitiva-conductual para TOC, la meta es modificar las
siguientes creencias irracionales más comunes:
·
Excesivo sentido de responsabilidad.
·
Sobrevaloración de las amenazas y el peligro.
·
Necesidad de control.
·
Inquietud con inseguridad / ambigüedad.
·
Fusión de pensamientos con acciones.
·
Tremenda importancia dada a los pensamientos.
·
Necesidad de perfección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario