lunes, 20 de febrero de 2023

 

SOBRE EL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO

Lic. Mónica Arcas

 

Las obsesiones son pensamientos intrusivos, ego-distónicos (generan malestar), imágenes, melodías, sonidos o impulsos difíciles de desestimar o resistir.

El contenido de este pensamiento obsesivo habitualmente es desagradable y/o mórbido. Típicamente, las obsesiones giran en torno a la contaminación, religión, conductas sexuales y temas mórbidos y agresivos. Las obsesiones también son reflejo de un estilo de pensamiento mágico, donde existe la creencia de que nuestras ideas pueden actuar creando o deshaciendo eventos específicos.

El paciente usualmente reconoce que sus obsesiones son ridículas, exageradas a veces le ocasiona vergüenza expresarlas, sin embargo, este “insight” (conciencia de enfermedad), aunque necesario, no siempre está presente.

El pobre “insight” (falta de conciencia de enfermedad) en cuanto a las características esenciales de las obsesiones, se denomina ideas sobrevaloradas. Las ideas sobrevaloradas son obsesiones rígidas, estables, capturan otras ideas y se resisten a ser cambiadas.

La idea sobrevalorada, aunque falsa, es vista por el paciente como racional, posible, y al igual que las otras obsesiones, necesita ser neutralizada a cualquier costo, comprometiendo la conducta del sujeto en diversos ámbitos.

Una compulsión mental (ritual mental o idea compulsiva) es aquella que obliga al sujeto a realizar determinada actividad mental, como por ejemplo, la aritrometria, repetir mentalmente palabras o frases, dibujar imágenes mentales, chequeo mental de objetos, juegos ritualísticos, etc.

Estas compulsiones circunspectas, que ocurren casi automáticamente, son difíciles de detectar y por tanto de trabajar terapéuticamente

Una compulsión motora es aquella que impulsa al sujeto a realizar un acto con participación muscular. Estas compulsiones abarcan urgencias físicas o verbales agresivas, como la coprolalia o conductas de auto-mutilación (escupirse, arrancarse la piel, morderse, arrancarse el cabello, etcétera).

Otras más conocidas y frecuentes incluyen impulsos cotidianos como lavarse las manos, verificar, volver a leer o escribir, ordenar, acumular, y la repetición de actividades físicas rutinarias como sentarse y pararse de una silla, o abrir y cerrar la puerta.

Las compulsiones motoras pueden estar relacionadas con necesidades fisiológicas, como la necesidad compulsiva de defecar, orinar, o actividades sexuales continuas.

 Estas también incluyen movimientos del cuerpo como la necesidad de tocar, golpear, raspar, balancearse una cierta cantidad de veces y/o de una manera determinada. Movimientos estereotipados también pueden incluirse en esta categoría. Ceremoniales familiares o individuales, como rituales de purificación o descontaminación, lavado, limpieza o esterilización, también son síntomas obsesivos. Otras compulsiones incluyen ordenar, acomodar, acumular, releer, volver a escribir. 

Las compulsiones que pueden ser de naturaleza mental o física, son llevadas a cabo en forma repetitiva siguiendo reglas supersticiosas, y tienen la finalidad de neutralizar, evitar o prevenir algún tipo de consecuencia no deseada o desastrosa.

Por ello, las compulsiones tienen la propiedad de reducir la ansiedad cognitiva y/o somática, malestar o angustia que estos pacientes experimentan, al tiempo que generan disfuncionalidad (imposibilidad de llevar adelante, sin dificultades, las actividades familiares, laborales y/o sociales).

La clínica nos indica que los pacientes suelen padecer sensaciones de ansiedad, depresión y/o asco durante el inicio y mantenimiento del mecanismo obsesivo-compulsivo.

Quienes sufren de Trastorno Obsesivo-Compulsivo

El TOC afecta alguna vez a lo largo de la vida al 2-3% de la población mundial, es tan frecuente en niños como en adultos y los datos epidemiológicos sugieren que no hay diferencias en la prevalencia entre regiones geográficas y étnicas.

Probablemente la presencia de este trastorno sea mayor a la conocida, dado que los individuos con TOC tienden a esconder sus síntomas y retrasar el momento de la consulta en términos estadísticos los pacientes tardan hasta 14 años en consultar, al principio lo esconden, lo viven en soledad, cuando son chicos muchas veces los padres no lo perciben como una enfermedad, especialmente cuando las obsesiones y rituales implican el orden extremo, pero luego comienza a ser muy disfuncional para la familia. Se presenta con la misma frecuencia en el hombre y la mujer.

Hoy se considera que el inicio temprano, por lo general aparecen en la niñez y adolescencia.  El 50% desarrollan obsesiones antes de los 15 años, y hay una fuerte carga hereditaria

Basados en nuestra experiencia clínica e investigación, los síntomas exhibidos por los niños con TOC se parecen a los de los adultos. 

 SÍNTOMAS COMORBIDOS

Depresión - Los pacientes con TOC usualmente experimentan depresión debido a la pérdida de control sobre los síntomas que dominan sus vidas. Se sienten muy frustrados y desesperanzados de que se sentirán mejor alguna vez.

·         Disturbios Sexuales - Los trastornos incluyen un incremento o una disminución de la libido, frigidez, impotencia y eyaculación tardía o precoz. Esto puede ser causado por la estricta mirada religiosa o moral del paciente, depresión y ansiedad. Los pacientes que tienen temor de contaminación respecto al semen, secreción vaginal y urinaria, también pueden evitar los contactos sexuales. A veces se presentan como consecuencia de la presencia de ideas obsesivas de contenido homosexual.

 

·         Irritabilidad - El TOC causa mucha frustración porque interfiere con la socialización, con el trabajo y la familia. La frustración puede conducir al enojo o irritabilidad. En ocasiones la interrupción de los rituales o compulsiones puede generar una conducta agresiva verbal o física.

 

·         Distorsiones perceptuales: algunos pacientes se quejan de distorsiones preceptúales como “escuchar sus pensamientos” o “ver imágenes desagradables o que le infunden temor” entre otras.

 

·          Alteración funcional - Los síntomas en el TOC tienden a interferir significativamente en las áreas de funcionamiento. Los rituales pueden tomar mucho tiempo en el trabajo, conduciendo al stress agregado. Los problemas ocurren frecuentemente dentro de la familia. Los individuos con TOC tienen dificultad para convivir, frecuentemente obligan a la familia a ayudarlos en la realización de los rituales. Debido a la severidad del trastorno, la socialización está frecuentemente afectada.

Cuál es el tratamiento para el Trastorno Obsesivo-Compulsivo


El tratamiento del TOC debe ser abordado de forma integral, el cual consta de una evaluación exhaustiva, psicoeducación, terapia cognitiva-conductual y psicofarmacológica. La forma de terapia conductual que encontró ser la más efectiva para el TOC es denominada "exposición y prevención de las respuestas".
En la terapia cognitiva-conductual para TOC, la meta es modificar las siguientes creencias irracionales más comunes:

·         Excesivo sentido de responsabilidad.

·         Sobrevaloración de las amenazas y el peligro.

·         Necesidad de control.

·         Inquietud con inseguridad / ambigüedad.

·         Fusión de pensamientos con acciones.

·         Tremenda importancia dada a los pensamientos.

·         Necesidad de perfección.

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