El sueño es una función biológica fundamental para que nuestra mente pueda reponerse, las alteraciones de la conciliación del sueño (Insomnio de conciliación o Insomnio intermedio) alteran la estructura del sueño con las consecuencias que trae aparejado, como ser sentirse agotado, con cansancio fatiga, y cuando es crónico genera alteraciones inmunológicas.
Cuando la persona esta con niveles altos de ansiedad la conciliación se complejiza, aparece la rumiación, esta es el movimiento reiterado e insistente que hace la mente pasando de pensamientos (muchas veces preocupantes), imágenes que a veces son inconexas, recuerdos o fantasías que impiden la relajación suficiente para poder entrar en el proceso del sueño.
Este movimiento circular produce malestar en el padeciente,un estado de hiperalerta que surge de la activación de la amígdala, las neurociencias denominan a esa divagación nocturna red por default (por defecto) que se activa cuando la persona no esta haciendo nada , es decir cuando la mente no ejecuta una acción (red ejecutiva).
Es importante detectarlo tempranamente para no seguir con la rumiación, muchas veces aparecen pensamientos random, sin conexión aparente que perturba dando lugar a un autodialogo negativo. Siempre las rumiaciones albergan pensamientos preocupantes, magnificados, distorsionados de la realidad, ya que el cerebro funciona a partir de la activación de sobrevivencia.
Desde una perspectiva evolutiva, el cerebro esta diseñado para poner foco en la activación de conductas de supervivencia con fines adaptativos.
Facilitar que la persona comience a realizar técnicas de control de la respiración profunda centradas en la misma, ayuda a la mente a calmarse, dejando que esas imágenes, pensamientos, fantasías que aparecen no sean juzgadas sino dejarlas de lado poniendo foco en la acción de relajación profunda, con el tiempo se condiciona esta conducta.
Lic. Mónica Arcas Psicóloga Clínica
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