La
hipocondria el miedo a la enfermedad grave
La
hipocondría es una enfermedad psiquiátrica grave y muy frecuente en la atención
del psicólogo clínico. Refiere al temor excesivo e insistente de padecer una
enfermedad grave, ellos están convencidos que están cursando algo grave ya que
decodifican erróneamente síntomas.
El
paciente hipocondriaco ha sido siempre un paciente problemático, son ansiosos,
recurrentes en ideas parasitas que incursionan en su mente. El criterio clínico
de los cuadros hipocondriacos refieren a una preocupación persistente con
síntomas somáticos, que no ceden ante la explicación médica y/o de análisis que
contemplan estados de salud.
Es
importante destacar que la hipocondría puede ser un síntoma secundario a
estados de ansiedad patológica, estados depresivos o estados psicóticos. Es por
ello que se debe realizar una exhaustiva indagación de la forma en como se
manifiesta el síntoma.
Dentro
de los trastornos de ansiedad tenemos cuadros de fobias específicas (miedo a
padecer cáncer, HIV, enfermedades neurológicas), los trastornos obsesivos
(preocupación de enfermar por contagio), en ansiedad generalizada (la
preocupación y el estado expectante y aprehensivo de las consecuencias de una
enfermedad grave).
La
persona hipocondriaca tiene una interpretación deformada de la realidad somática,
estos pensamientos que lo abruman (Pensamientos automáticos irracionales)
desatan sentimientos de miedo, angustia, aparecen cogniciones catastróficas,
irracionales, magnificadas, que generan aumento de la ansiedad y la duda
patológica (el paciente hipocondriaco tiene rumia) y genera comportamientos
también desajustados, se somete a innumerables estudios que nunca alcanzan. Los
supuestos que maneja la persona es la creencia que es vulnerable a toda enfermedad
grave. Se piensa de manera muy negativa, no toleran la incertidumbre, la idea
de muerte circula siempre en su discurso y sostienen un estado elevado de
ansiedad.. Son pacientes que se someten en forma periódica a exanimación medica
ante cualquier dolor se instala la alerta de algo terrible, estas conductas de
examinación “sirven” al paciente para controlar su ansiedad.
La
terapia cognitiva conductual es un marco teórico muy práctico para estas
afecciones, en primer lugar porque ayuda a detectar y corregir las atribuciones
falsas que construye el paciente de sus síntomas, se reestructura el
pensamiento, se reorganizan las expectaciones y creencias sobre la salud que
hasta la fecha mantenía al paciente dentro de un circulo vicioso, se modifican
la conducta de enfermedad desadaptada, se aprende a relajarse y tener técnicas
distractoras frente a la emergencia de la idea obsesiva.
Es
importante que el psicólogo previa exanimación de su cuadro y evaluación de
escalas pueda detectar la patología primaria de los síntomas secundarios.
También es importante que el paciente pueda aceptar que mas alla del síntoma
que malinterpreta desde su angustia subyacen problemas que no esta pudiendo ver
y que le causan sintomatología ansiosa y/o depresiva. Que pueda aprender que un
síntoma no siempre se puede explicar, ellos quieren tener una explicación
directa de síntoma=enfermedad, en los pacientes con fobias especificas por
ejemplo miedo a morir de infarto, su registro interno esta sobedimensionado, la
opresión torácica y/o palpitaciones no son indicadores de infarto, sino que
están respondiendo a estados de ansiedad e hiperventilación por esta última.
Hay muchas dolencias que pueden traer dolor de pecho como ser reflujo gástrico,
ulceras, osteocondritis, dolor muscular,
síntomas típicos de la ansiedad. Manejar a través de la empatía y el trabajo de
alianza con el paciente dilucidando la problemática principal y reestructurando
el pensamiento por formas mas estables y racionales genera una mejoría en la
calidad de vida de estos pacientes.
Lic.Monica
Arcas TCC Psicóloga Clínica - 4798-9030 / mensajes 15-34882542
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