FARMACOS QUE ACTUAN
EN TRASTORNOS DE ANSIEDAD
Una de las resistencias más frecuentes entre las
personas que padecen Trastornos de Ansiedad es la que
genera la ingesta de fármacos, si bien muchos de los cuadros psiquiátricos son
necesarios dentro del diseño terapéutico que requiere el abordaje
farmacológico, la terapia adecuada realizada por el psicólogo especializado y
principalmente el afrontamiento conductual que debe hacer el paciente junto con
su terapeuta y la elaboración de la problemática, muchas veces la apropiada
farmacología es un elemento favorecedor al alivio de la ansiedad.
Es por eso que el terapeuta deberá instruir al
paciente cómo funcionan los psicofármacos en su cerebro desmitificando los
miedos de quedar “pegados” a los fármacos o estar alienados con ellos.
Los tratamientos con IRSS (Inhibidores selectivos
de recaptacion de la serotonina) junto con las benzodiacepinas son los que
comúnmente se emplean en cuadros de ansiedad.
Las benzodiacepinas son una familia de fármacos que tienen
eficacia para la reducción de la ansiedad, actúan sobre el sistema límbico y la
corteza cerebral. Entre sus efectos encontramos:
Ø
Bajan
rápido los síntomas de activación ansiosa.
Ø
Reducen
la tensión muscular que se producen en los cuadros ansiosos como ser estados de
tensión muscular, temblores en miembros superiores e inferiores.
Ø
Posibilitan
una mejora en la inducción al sueño, los pacientes con ansiedad suelen tener
problemas de conciliación, especialmente en las crisis de pánico, o bien
despertar en la mitad de la noche (insomnio intermedio) que es típico en los
cuadros de ansiedad generalizada.
Pero como todo medicamento tienen efectos
secundarios que el paciente debe saber para no alertarse, sabemos que los
pacientes que sufren ansiedad generan subjetivamente creencias disfuncionales
muchas veces de tipo catastrófico al interpretar un síntoma de manera
inadecuada, es por eso que el terapeuta especializado debe alertar de estos
síntomas cuando son prescriptos por el médico y saber cómo malinterpreta su
paciente para proceder a la reestructuración de los mismos.
Las benzodiacepinas no deben combinarse con
alcohol, porque este produce una depresión del sistema nervioso central.
Tampoco debe ingerirse en el embarazo,
especialmente en el primer trimestre. Una mujer ante la duda de estar
embarazada deberá realizarse un test de embarazo, y si da positivo comunicar a
su médico tratante antes de la prescripción del mismo. Lo mismo si está
teniendo un tratamiento anticonceptivo.
Tampoco las benzodiacepinas deben ser manejadas por
el paciente, porque su manejo lo debe realizar el médico de manera adecuada a
los efectos de no producir una sintomatología por abstinencia.
Por lo general uno de los efectos secundarios es la
sequedad bucal, pueden presentar mareos, especialmente al principio de la
ingesta y especialmente en aquellas personas que no han tenido antecedentes de
ingesta previa de benzodiacepinas.
Su uso crónico genera alteraciones en la memoria,
especialmente la memoria a corto plazo.
Desde lo gastrointestinal es frecuente el
estreñimiento.
La suspensión abrupta genera sintomatología ansiosa
por abstinencia.
Los antidepresivos:
Son un conjunto de fármacos denominados Inhibidores
Selectivos de la Recaptación de Serotonina (IRSS), que se prescriben
generalmente en cuadros de Pánico, ansiedad generalizada, estrés postraumático
y adaptativo, y cuadros de obsesiones (TOC) y sus derivados del espectro de
obsesiones.
El mejoramiento sintomático por lo general se produce
en la tercera semana de la ingesta. Es importante que el tratamiento siempre se
realice conjuntamente con terapia cognitiva conductual que es el marco teórico más
adecuado para todos los trastornos de ansiedad y sus comorbilidades, porque
estos cuadros casi nunca son cuadros puros sino asociados a otros trastornos de
ansiedad, del humor (depresión) y de personalidad.
Por lo general el médico le indica al principio un AD
(antidepresivo) + BZD (benzodiacepina) para luego ir sacando la BZD y
aumentando si lo requiere el antidepresivo acorde de la evolución psicológica
que va teniendo el paciente en el tratamiento cognitivo conductual, donde
periódicamente se evalúa con escalas validadas la evolución del paciente y su
reestructuración cognitiva. Es importante destacar que es frecuente en la
clínica ver pacientes que han mejorado psicológicamente, y que por su cuenta
suspenden el antidepresivo, generando a las 48 hs una recaída, por lo tanto,
hay que respetar la indicación del médico, ya que necesita el AD un determinado
tiempo de tratamiento para mejorar los niveles de la serotonina en las redes
neuronales. Mientras eso ocurre, el terapeuta deberá evaluar y generar un plan
de afrontamiento de las dificultades del cuadro tratante, y proporcionar
estrategias de manejo del estrés, reestructuración del pensamiento mórbido,
manejo de las habilidades sociales y de la asertividad, mejorando de esta forma
la autoestima de la persona.
Los antidepresivos al igual que la BZD suelen tener
algunos efectos secundarios, especialmente en las primeras semanas de la
ingesta, entre ellos encontramos trastornos gastrointestinales, cefaleas, boca
seca y disminución del deseo sexual, pero evaluando costos/beneficios son
elementos muy importantes a evaluar a los efectos de mejorar la calidad de
vida.
Lic Mónica Arcas Psicóloga Clínica – 15 3488 2542
Consultorios Zona norte GBA – www.ansiedadweb.blogspot.com
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