miércoles, 14 de agosto de 2019




Estrés Postraumático: vivencias del horror

En la actualidad se está padeciendo en las sociedades urbanizadas mayormente vivencias amenazantes que van desde situaciones individuales de robos violentos, secuestros exprés, violaciones y abusos sexuales, hasta amenazas colectivas producto del accionar terrorista que en nuestro país ha dejado huellas traumáticas, hasta situaciones provenientes de accidentes de la naturaleza, desmoronamientos en zonas montañosas, terremotos, inundaciones. El común denominador de todos estos eventos es el horror, un miedo intenso vivido en ese momento que muchas veces paraliza a las personas, generando un trauma psíquico que deja profundas huellas emocionales en las personas reeditando dichos sucesos.. Existen en algunas personas factores de vulnerabilidad al estrés postraumático, algunos individuos poseen mayor predisposición biológica a los mismos (genéticas o diátesis ansiosa), los factores de personalidad y una psicopatología previa pueden agravar el cuadro, y también hay que considerar los factores de orden social como el soporte social, las redes de contención que en muchos casos están ausentes. Estos factores influyen en los mecanismos de afrontamiento y procesamiento mental de las situaciones límites amenazantes a que ha sido expuesto la persona. Estas personas han vivido una experiencia horrorosa, muchas veces súbita, otras reiteradas, pero que hay generado un estado de horror y peligro de la integridad psicofísica.

Esta patología afecta a un 14 % de la población, llegando hasta un 50% en las poblaciones de riesgo, y dentro del cuadro de TEPT existe la comorbilidad con trastornos del espectro ansioso -depresivo como ser: Crisis de Pánico (10%), Depresión mayor (35%), suicidio (20%) y lo más frecuente es el abuso de alcohol y sustancias ilegales (40%). Un tercio de las personas que experimentan eventos traumáticos desarrollan TEPT, esto se debe a que están comprometido en el cuadro estructuras neurobiológicas de la memoria emocional (amígdala, sistema límbico, corteza cerebral) que intervienen en el procesamiento del miedo y que genera la alteración del sistema nervioso autónomo y hormonal (glucocorticoides)

La persona con Estrés Postraumático estuvo expuesta de forma directa o indirecta a una situación límite (donde estuvo comprometida su integridad física o de otros, y esta vivencia fue experimentada con horror y estado de desamparo. La misma fue re experimentada ( como si la estuviera viviendo de nuevo) a través de recuerdos que vienen a la conciencia de manera intrusiva, perturbadora e insistente, al igual que el contenido de los sueños o pesadillas que son habituales en el cuadro, en muchos casos hay episodios de disociación del tipo Flash backs (re vivenciados) y aparecen el malestar psicológico a exponerse a estímulos internos o externos que lo asociación al trauma y disparan una respuesta fisiológica de alteración psicofísica.. Las personas afectadas por lo general mantienen una conducta evitativa persistente a los estímulos asociados a la escena traumática y un estado de embotamiento de la reactividad general de la persona, que no existía anteriormente al trauma, existe una marcada restricción de la vida afectiva (sensación de incapacidad a la entrega y al amor), desapego, visión negativa de su futuro, baja autoestima y sensación de enajenamiento frente a otros.

Desde el punto de vista fisiológico, existen síntomas de activación (hiperalerta) dificultades en el ciclo del sueño, irritabilidad, ira, hipervigilancia, respuestas de sobresalto, dificultades en funciones ejecutivas.

Desde lo conductual prevalece las conductas de evitación, suelen tener comportamientos de desconfianza, conductas de desapego.

Cognitivamente muchas de estas personas se sienten como "raros" piensan que esto no lo pueden superar que siempre quedaran con este estigma. Es por ello que hay que trabajar mucho en la autopercepción negativa que tienen de sí mismos y del entorno, así como reestructurar la negativa de planificación vital de estos pacientes.

El Trastorno de Estrés postraumático puede presentarse en forma aguda: inmediato al evento y duran estos menos de tres meses. De manera crónica si la sintomatología se extiende a más de tres meses, o de inicio demorado cuando el tiempo entre el evento traumático y su manifestación emocional han pasado más de medio año. En todos los casos es indispensable una evaluación exhaustiva en las comorbilidades especialmente en lo que refiere al estado emocional depresivo ya que son pacientes que acorde a lo traumático vivido suelen entrar en estados de desesperanza que deben ser tratados en primer lugar.


Lic. Mónica Arcas Especialista en Trastornos de Ansiedad y Neuropsicología  15 3488 2542

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