jueves, 23 de enero de 2020


ANSIEDAD SOCIAL UNA PATOLOGIA LIMITANTE





Es una de las patologías más comunes dentro de los trastornos de ansiedad pero a su vez es una de las más inhabilitante que genera limitaciones en las personas en áreas vitales. La persona con ansiedad social presenta un miedo irracional a ser evaluado por los otros de manera negativa, critica, de no ser aceptado, y al mismo tiempo la inseguridad de su conducta le hacer pensar que en las relaciones interpersonales puede manejarse de forma ridícula, o de una manera que le provoque vergüenza. El sentir en primer lugar que no es igual a los demás se autodefine como “un ser que no encaja” y su mayor miedo es la exposición social en donde puede llegar a ser centro de atención.

Los puntos vulnerables en los ansiosos sociales son el hablar en público, realizar una exposición oral, iniciar relaciones interpersonales, comer y/o beber en público, trabajar mientras se observado, relacionarse con personas a quienes desconoce, en el área sexual también tienen limitaciones por temor a la exposición con otro y el sostener el vínculo. Pueden ser estos estímulos circunscriptos a una situación específica por ejemplo el hablar en público (limitado solamente a esta acción lo cual se denomina ansiedad social específica, lo cual demuestra que es menos incapacitante y por lo general presenta menos comorbilidades (asociación con otros cuadros de ansiedad, del humor y/o personalidad), diferente es cuando la ansiedad social se presenta en múltiples escenarios (generalizada) la persona reacciona en forma aversivo ante diferentes estímulos, y estos cuadros presentan mayor asociación de comorbilidades, son más persistentes y requiere un trabajo terapéutico cognitivo conductual más prolongado.

Las comorbilidades de la ansiedad social

Es importante que el psicólogo especialista en trastornos de ansiedad evalúe en las primeras sesiones las comorbilidades que presenta su paciente validando los mismos no solo con su capacitación sino a través es escalas específicas para los diversos cuadros que le proporcionan una aproximación más exacta del estado actual del paciente. Se presenta mayormente en la población adolescente e inicio de la vida adulta tanto en hombres y mujeres sin prevalencia de ninguno de los dos sexos.

Una de las asociaciones más frecuentes en la ansiedad social es la depresión en un 70% se presenta en inicios tempranos, por lo general la tendencia al aislamiento de estos pacientes sumados con la baja autoestima, su necesidad de afecto interpersonal y su imposibilidad de habilidades que deben ser aprendidas en terapia hacen que el paciente al momento del inicio presenten indicadores de depresión reactiva. Otra asociación frecuente son con crisis de pánico y agorafobia, con ansiedad generalizada pero también es de destacar que en muchos casos presentan abuso de alcohol (19%) ya que este depresor del sistema nervioso le permite en circunstancias relajarse y afrontar situaciones interpersonales que sobrio está limitado, y allí donde puede iniciar un abuso de esta sustancia, también se asocia a uso de estupefacientes (13%). Es por eso frente a una consulta de una persona que tiene abuso de sustancia es importante detectar si hay una bases de ansiedad social que precedió al abuso de drogas en un 85% de los casos. También es importante detectar si hubo en su historia vital conductas autoliticas (ideación suicida, cortes, intentos de suicidio). Es por eso la importancia de la evaluación de la comorbilidad, en un alto porcentaje (80%) de los casos hay un trastorno psiquiátrico asociado porque por lo general la ansiedad social precede a una condición de asociación psiquiátrica.

Diagnóstico diferencial

Hay que diferenciar entre un estado de timidez, que es una conducta no disfuncional, ya que no lo limita a áreas sociales, son formas leves de algunos rasgos de ansiedad social, en cambio el paciente fóbico social, si presenta no solo sintomatología del cuadro más persistente sino que además está limitado en un conducta a relacionarse en forma interpersonal, por lo tanto en muchos casos no puede desempeñar un buen trabajo, pareja, estudios etc.

Otro punto dificultoso es con respecto a la agorafobia, tanto el ansioso social como el agorafóbica presentan conductas de evitación y reacciones de temores a la descompensación por los síntomas que presentan, el agorafóbico teme sufrir un ataque de pánico o perder el control en determinadas situaciones donde ve imposibilitado una salida rápida y/o ir a un lugar donde se sienta seguro. En cambio en el ansioso social es el temor social de exposición al que se evita, por  temor a ser juzgado por los otros. El diagnóstico diferencial debe basarse en la naturaleza de sus temores. En un alto porcentaje la agorafobia es secundaria a un cuadro de ataque de pánico, por lo tanto la ausencia de episodios de pánico representa un indicador sumamente importante. Otro punto importante en la diferenciación es cuando los miedos que presenta la persona no son en relación al indicador social donde nos encontramos con cuadros de fobia especificas (miedo a la sangre, a determinados animales, a volar, etc.) o en cuadros de trastornos obsesivos compulsivos donde el miedo puede estar circunscripto a determinadas obsesiones intrusivas en diversas áreas (agresivas, de contaminación, etc.) o bien el miedo más de tipo hipocondriaco que son los cuadros de hipocondriasis, o la fobia dirigida a una particular enfermedad (pe. cáncer, SIDA).

Tratamiento cognitivo conductual

El paciente con ansiedad social es por lo general evitativo para iniciar un tratamiento por su patología en sí misma, muchas veces es traído a consulta, ya que enfrentarse a un “desconocido” que puede ser el terapeuta lo inhibe, es por ello que el perfil del profesional debe ser empático por excelencia, muchas veces comienzan con un alto porcentaje de hipocondriasis y resistencia a la medicación que en algunos casos necesitan especialmente si la depresión es alta. Es importante dos factores en el tratamiento, uno de ellos es la alianza terapéutica que debe formarse, hay que proceder a una exhaustiva psicoeducacion enseñando al paciente el cuadro, y las técnicas adecuadas para manejar la ansiedad, las exposiciones a estímulos aversivo deben ser graduales comenzando con exposiciones con técnicas de imaginería para luego de la evaluación con escalas específicas de ansiedad social y en forma muy gradual (T.de desensibilización), al mismo tiempo de trabajar con el paciente en tareas conductuales y cognitivas que deberá realizar en su hogar para luego trabajar en sesión y reestructurar las diversas creencias disfuncionales que trae y detectar las diversas distorsiones que se presenta en el discurso, modificando su preocupación sobre el desempeño así como el temor de que los demás detecten su sintomatología. Como cada caso es un particular, el trabajo el trabajo es paciente, tratando de incorporar que deje de poco la hipervigilancia corporal, como la autoobservación negativa constante acerca de su asertividad y por la imagen que pueda generar en los otros, así como el temor a la pérdida de control sobre el ambiente y las señales que perciben distorsionadamente sobre la amenaza social. La terapia cognitiva conductual ha sido la más eficaz en todos los trastornos de ansiedad, y la superación del cuadro no solo aumenta su autoestima sino que comienzan a desplegar todo ese potencial que tenían dormido.



Lic Mónica Arcas – arcasweb@gmail.com

Consultas: 11 3488 2542 – Consultorio  Zona Norte GBA


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