Actualización sobre el
trastorno límite de Personalidad
Es un trastorno de personalidad
caracterizado por una inmadurez emocional con labilidad afectiva y emotividad
que se acompaña por conductas descontroladas y socialmente desubicadas. Suelen
ser personas que se manejan con impulsividad, con conductas caprichosas, dan la
impresión de no ser fiables como personas por sus dificultades de regularse en
lo comportamental afectivo de acuerdo a códigos interpersonales.
En el cuadro de TPL se evidencia una
fluctuación permanente en la estabilidad y el orden de afectos, conductas en
las relaciones interpersonales como también fluctúa su autoimagen.
Es un cuadro que ha adquirido
determinadas denominaciones según diversos autores, entre ellos desde el
psicoanálisis, Helene Deutsch lo denominaba “personalidades como sí” por la
labilidad estructural de este cuadro, Stern lo clasifico como trastorno
borderline, por lo fronterizo entre las estructuras psicóticas, neuróticas y
perversas, conteniendo elementos de las tres estructuras dentro del cuadro.
Otto Kemberg habla de una “organización borderline”, en donde se presentan
ansiedad de tipo difuso, de curso crónico y flotante que en momentos agudos se
presenta fenomenológicamente como crisis de ansiedad, presentan asimismo
polifobias, obsesiones, fobias, estado de ánimo disfórico, tendencia a la impulsividad,
con tendencias en muchos casos de mantener conductas extremas, como por ejemplo
deportes de riesgo, uso de velocidad, siempre sus conductas tocan el límite,
llegan al extremo no tomando en cuenta las consecuencias que pueden acarrear
para él o terceros.
Suelen presentar una sensación de vacío
intolerable que las lleva muchas veces a realizarse automutilaciones, cortes
especialmente en brazos y piernas para que el dolor físico vele de alguna
manera el dolor psíquico que presentan, son personalidades con tendencia al
acting, la impulsividad los lleva al abuso de alcohol y sustancias ilegales
(cocaína, LSD, crack), también tienen conductas en algunos casos de promiscuidad hetero y homosexual.
La tendencia a la ludopatía también en
muy común en estos casos. Estas estructuras límites se manifiestan con
alteraciones en la conducta alimentaria, en la historia de estas pacientes es
muy frecuente encontrar antecedentes de anorexia purgativa y bulimia en los
primeros estadios de la adolescencia, así como de estados de hipomanía,
ciclotimia, estados paranoides y esquizoides, pero a diferencia de los psicóticos
los TPL conservan la prueba de realizar, salvo en los episodios psicóticos
breves.
Son personas con fallas en la regulación
emocional, los mecanismos de defensa que presentan son muy arcaicos, sea las
disociaciones, la omnipotencia de sentimientos o la idealización y devaluación
dirigida al mismo objeto que suelen tener. Pasan del amor al odio de manera muy
rápida sobre los afectos dirigidos a una persona significativa para ellos.
Hay una cierta similitud de los cuadros
limítrofes con la bipolaridad, ya que ambos responden a patrones de
inestabilidad emocional y similar respuesta farmacológica. Pero en la
bipolaridad las variaciones del humor son más lentas que en el border, también
la impulsividad de estos últimos es rápida pasa del afecto positivo al
negativo, del amor al odio, estos microclimas son comunes, e incluso se pueden
observar en la relación terapéutica, la inestabilidad anímica del bipolar pasa
por fases, de la depresión al episodio maníaco, estos switch se pueden producir
en semanas, no en forma inmediata y fluctuante.
Los pacientes borderline tienen por lo
general una historia donde presentan elementos traumáticos precoces, por lo
general historia de abusos psíquicos y físicos muchas veces recurrentes, el
abuso sexual de un familiar y/o conocido en periodo de la infancia es un trauma
que suele ser frecuente, así como el abandono de vínculos primarios, hay
estados de disociación defensivo de estas personas frente al trauma como una
forma muy arcaica de defensa frente a situaciones reiteradas de dolor.
Por lo general mantienen conductas muy
intrusivas (control del otro, llamados reiterados, desconfianza etc.) que
generan rechazo, y a la larga abandono, es decir aquello que más temen lo
producen porque no pueden frenar estas conductas tan incómodas para las
personas en general, esta sensibilidad al abandono que es un factor primordial
del cuadro es el fantasma que se reitera en todas las relaciones emocionales
que establecen, manifiestan ataques de ira, estados de celotipia, conductas
manipulativas, enojo irracional y desproporcionado con los hechos reales.
Estadísticamente este cuadro aparece más
en el sexo femenino, aproximadamente el 1 al 2 %de la población tiene criterios
de padecer un Trastorno límite de la personalidad, por lo general se trata de
manera ambulatoria, salvo en casos graves donde la persona ha tenido una
conducta de autolisis se requiere hospitalización.
El encuadre terapéutico dialéctico
cognitivo ha resultado muy favorable para estos cuadros, ya que este se centra
en hacer foco en la regulación emoción, trabajo sobre las emociones negativas,
y técnicas de Mindfullness entre otras. Requiere establecer una buena alianza
terapéutica con el paciente, ya que son personas que les cuesta mantener una
estabilidad no solo en las relaciones sino en el tratamiento.
Lic. Mónica Arcas – Psicóloga Clínica –
15 3488 2542-
www.ansiedadweb.blogspot.com Skype:
monicaarcasbyrne
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