COMO MANTENER EL EQUILIBRIO EN LA PANDEMIA
La
actual pandemia genera en el inconsciente colectivo una situación de amenaza
que activa los sistemas de alarma del sistema nervioso autónomo. El sistema
nervioso es el que comanda todas las funciones que realiza nuestro organismo,
todas las estructuras están interconectadas, en nuestro cerebro el cuerpo
amigdalino controla nuestras emociones
debido a su conexión con el lóbulo frontal que también tiene como una de
sus funciones la inhibición de
conductas. Frente al miedo el ser humano como todos los mamíferos toda amenaza está
a merced de producir una alerta y motivarnos a una respuesta de supervivencia
que es la lucha o huida, estas son conductas de defensa, son reacciones
diversas que puede tener el sujeto frente a algo que considera aversivos,
entonces puede reaccionar con conductas de agresión, de evitación o de
sumisión, todas estas conductas obedecer a una situación percibida como
amenaza, son respuestas de tipo automáticas, tienen un componente genético que
las predispone mayormente junto con las experiencias vitales que componen el
background de un sujeto. Cuando se percibe el peligro, el cerebro decodifica
esto y se activa el sistema nervioso
simpático, aparecen reacciones internas donde se libera adrenalina de las
glándulas suprarrenales y liberación de cortisol.
La
actual situación de circulación de un virus a nivel mundial con altas tasas de
complicación de cuadros y muerte de pacientes única experiencia que hemos
vivido en los últimos cincuenta años, genera estados de estrés agudo en
la población, que es un cuadro de ansiedad temporal como respuesta a hechos
reales que generan en la población estados de alerta, y se manifiestan con
diversos síntomas, en primer lugar por la
liberación de hormonas ,el cerebro se encuentra en estado de mayor actividad de
alerta, aparece la tensión muscular, aumento de frecuencia cardíaca, si bien
estas reacciones son normales y ayudan a manejar una situación imprevista para
la supervivencia, cuando se prolonga pasa a la fase crónica deteriorando
la salud ya que puede desencadenar una serie de patologías variadas tales como
patologías cardíacas, depresión, trastornos de ansiedad, alteraciones
menstruales, aumento de la presión arterial, desarrollo de síndrome metabólico
y posterior diabetes tipo2 e incluso patologías autoinmunes y oncológicas.
El estrés
agudo se manifiesta en áreas
físicas, emocionales y conductuales.
En el área
física produce alteraciones en el sueño (Insomnio de conciliación,
intermedio, despertar temprano), alteraciones en la alimentación (disminución
del apetito o voracidad oral), migrañas, dolor torácico, pero de corta duración
es decir cuando cesa el peligro desaparece.
A nivel
emocional aparece particularmente el miedo, emociones como bronca, ira son frecuentes
A nivel
cognitivo, prevalece muchas veces pensamientos de tipo dicotómicos y/o
generalizados, “todos nos vamos a enfermar” “Esto nunca acabara”, son pensamientos
automáticos, irreflexivos que aumentan la alarma y por ende la sintomatología.
Por lo
general se observa en la población un aumento del estado de rumiación que
mantiene el círculo vicioso estimulando el sistema de alarma, acorde al estilo
atributivo de cada persona la respuesta será diferente, pero cuando una persona
tiene características más fóbicas, mayor es el sesgo negativo que mantiene,
estará atento a todas las noticias negativas que le confirmen su miedo, y
priorizando éstos sobre otros estímulos y se generan muchas de las alteraciones físicas antes
mencionadas y procesos inflamatorios.
Actualmente
los medios de difusión (canales, redes sociales, medios gráficos) difunden
constantemente números de contagiados y muertos que aumentan en la población el
miedo, es por ello que se deben acotar el tiempo y el tipo de información que
se debe tomar.
Es
importante en tiempo de aislamiento que las personas conserven la organización
temporal a los efectos de no variar los ciclos circadianos, al mismo tiempo de
evitar el consumo excesivo de alcohol y de tabaco, éste último aumenta los
niveles de ansiedad.
También
los medios estimulan a la población a mantener su tiempo en casa con diversas
actividades, hoy en día hay muchas plataformas que incentivan cursos,
actividades físicas vía internet, que si bien favorecen a motivar a las
personas que están viviendo un momento único en sus vidas donde deben mantener
el aislamiento obligatorio y bajar los niveles de amenaza, también su exceso
produce la liberación de dopamina (hormona ligada al sistema de recompensa) y
este actuar a la larga genera un estado abrumador que no es positivo. Muchos
sujetos por su característica de personalidad no encuentran elementos de
motivación, especialmente aquellas personas con rasgos de dependencia emocional
que necesitan y sufren por la ausencia de contacto físico, muchas veces son
proclives a estados depresivos, cayendo en la apatía, desgano y necesidad de
dormir como forma de evadirse del dolor emocional. También una gran mayoría de
la población está trabajando en sus casas no respetando muchas veces los
horarios de trabajo se exceden, o alteran estos horarios generando también un
estado de agotamiento. Se sienten que al final del día laboral están más
agotados y tensos, las migrañas son frecuentes así como las alteraciones de
sistema gastrointestinal (Sme de intestino irritable).
La
respuesta a estos dos sistemas sea de alarma y de motivación pueden
equilibrarse cuando la persona logra establecer una buena organización
temporaria, que pueda mantener un estado de calma, que se logra cuando una
persona comienza a realizar respiraciones diafragmáticas para estimular el
sistema parasimpático de amortiguación del sistema nervioso. La utilización de
técnicas de manejo de la tensión corporal (Técnica de Jacobson).
Como
somos seres gregarios la conexión con el otro es necesaria para nuestra salud
mental, por lo tanto es favorecedor mantener conexión con seres queridos a
través de llamadas telefónicas y o uso de redes, dentro del hogar favorecer al
cooperativismo de tareas, mantener los cuidados mutuos y la asertividad a fin
de evitar conflictos intrafamiliares que suelen presentarse con frecuencia.
Estos cuidados afectivos generan la liberación de endorfinas y oxitocina, hormonas
que equilibran nuestro organismo.
En
resumen, estos sistemas en este contexto tan especial funcionan y se interrelacionan.
Mantener el equilibrio es la clave. La Pandemia aumenta el sistema de amenaza
por dos elementos muy claves que son:
1. La incertidumbre,
no sabemos a ciencia cierta cuándo y de qué forma termina. Se incrementa
actualmente el tema económico social, ya que muchas personas han quedado
cesantes, o con reducción de su salario, más allá de aquellos que no pueden
ejercer su actividad y se ven acosados por pagos fijos como ser impuestos,
alquileres, servicios, personal a cargo.etc. La devaluación de la moneda
nacional y al aumento excesivo de los precios que no son adecuadamente
regulados también funciona como disparador cotidiano de la alarma.
2. La sobreinformación
sobre el tema aumenta el miedo. Las redes sociales están plagadas de
informaciones falsas, fraccionadas e inadecuadas, es importante manejarse con
información proveniente de organismos internacionales (OMS) o provenientes del
Ministerio de Salud y/o fuente hospitalaria, que darán información relevante y
protocolos adecuados de autocuidado.
Pero
también en el mundo ha habido funcionarios que han desestimado el riesgo de
esto, por ende existen personas que devalúan la amenaza de contagio y muchas
veces adoptan conductas riesgosas, ya que prevalece en estos el mecanismo de
defensa de la negación con sus consecuencias de contagio en la población. Por
eso es prudente, mas allá si se relaja o no la cuarentena seguir tomando las
medidas de higiene protocolarizadas que no solo resguardan del COVID sino de
cualquier contagio gripal ya que la neumonía es una de las patologías más
graves en épocas de invierno, especialmente en los grupos categorizados de
riesgo.
Uno de
los recursos más productivos es la autoobservación. Comenzar a darse cuenta
como regulo estos sistemas, estoy mayormente en alerta? Me atosigo de tareas
que me motivan pero no descanso? O bien puedo lograr centrarme en el presente
autoobservandome y modificando mi tensión y saliendo del piloto automático?.
Mantengo
una comunicación efectiva con los demás,
favoreciendo comportamientos asertivos?
Utilizo
técnicas de respiración controlada centrándome en el momento presente,
concentrándome en el aquí y ahora, dejando que los pensamientos preocupantes de
lado sin juzgarlos? (Técnica de Mindfullness).
Todo
cambio humano moviliza determinadas ansiedades llamadas básicas que son, la
ansiedad de tipo paranoides que es cuando el enfoque es sobre cómo será en el
futuro las condiciones de vida, y la ansiedad de tipo depresiva que implica una
idealización del pasado. Pero lo importante es centrarnos en lo que vivimos hoy
mantener el ancla en el presente para autorregularnos mejor y amortiguar la
ansiedad.
Lic.
Mónica Arcas Psicóloga Clínica – 15 3488 2542
Consultorio
Zona Norte // On line 15 3488 2542
Skyppe;
monicaarcasbyrne
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