sábado, 9 de mayo de 2020


COMO MANTENER EL EQUILIBRIO EN LA PANDEMIA


La actual pandemia genera en el inconsciente colectivo una situación de amenaza que activa los sistemas de alarma del sistema nervioso autónomo. El sistema nervioso es el que comanda todas las funciones que realiza nuestro organismo, todas las estructuras están interconectadas, en nuestro cerebro el cuerpo amigdalino controla nuestras emociones  debido a su conexión con el lóbulo frontal que también tiene como una de sus  funciones la inhibición de conductas. Frente al miedo el ser humano como todos los mamíferos toda amenaza está a merced de producir una alerta y motivarnos a una respuesta de supervivencia que es la lucha o huida, estas son conductas de defensa, son reacciones diversas que puede tener el sujeto frente a algo que considera aversivos, entonces puede reaccionar con conductas de agresión, de evitación o de sumisión, todas estas conductas obedecer a una situación percibida como amenaza, son respuestas de tipo automáticas, tienen un componente genético que las predispone mayormente junto con las experiencias vitales que componen el background de un sujeto. Cuando se percibe el peligro, el cerebro decodifica esto y  se activa el sistema nervioso simpático, aparecen reacciones internas donde se libera adrenalina de las glándulas suprarrenales y liberación de cortisol.

La actual situación de circulación de un virus a nivel mundial con altas tasas de complicación de cuadros y muerte de pacientes única experiencia que hemos vivido en los últimos cincuenta años, genera estados de estrés agudo en la población, que es un cuadro de ansiedad temporal como respuesta a hechos reales que generan en la población estados de alerta, y se manifiestan con diversos síntomas, en primer lugar  por la liberación de hormonas ,el cerebro se encuentra en estado de mayor actividad de alerta, aparece la tensión muscular, aumento de frecuencia cardíaca, si bien estas reacciones son normales y ayudan a manejar una situación imprevista para la supervivencia, cuando se prolonga pasa a la fase crónica deteriorando la salud ya que puede desencadenar una serie de patologías variadas tales como patologías cardíacas, depresión, trastornos de ansiedad, alteraciones menstruales, aumento de la presión arterial, desarrollo de síndrome metabólico y posterior diabetes tipo2 e incluso patologías autoinmunes y oncológicas.

El estrés agudo se manifiesta en áreas físicas, emocionales y conductuales.

En el área física produce alteraciones en el sueño (Insomnio de conciliación, intermedio, despertar temprano), alteraciones en la alimentación (disminución del apetito o voracidad oral), migrañas, dolor torácico, pero de corta duración es decir cuando cesa el peligro desaparece.

A nivel emocional aparece particularmente el miedo, emociones como bronca, ira son frecuentes

A nivel cognitivo, prevalece muchas veces pensamientos de tipo dicotómicos y/o generalizados, “todos nos vamos a enfermar” “Esto nunca acabara”, son pensamientos automáticos, irreflexivos que aumentan la alarma y por ende la sintomatología.

Por lo general se observa en la población un aumento del estado de rumiación que mantiene el círculo vicioso estimulando el sistema de alarma, acorde al estilo atributivo de cada persona la respuesta será diferente, pero cuando una persona tiene características más fóbicas, mayor es el sesgo negativo que mantiene, estará atento a todas las noticias negativas que le confirmen su miedo, y priorizando éstos sobre otros estímulos  y se generan  muchas de las alteraciones físicas antes mencionadas y procesos inflamatorios.

Actualmente los medios de difusión (canales, redes sociales, medios gráficos) difunden constantemente números de contagiados y muertos que aumentan en la población el miedo, es por ello que se deben acotar el tiempo y el tipo de información que se debe tomar.

Es importante en tiempo de aislamiento que las personas conserven la organización temporal a los efectos de no variar los ciclos circadianos, al mismo tiempo de evitar el consumo excesivo de alcohol y de tabaco, éste último aumenta los niveles de ansiedad.

También los medios estimulan a la población a mantener su tiempo en casa con diversas actividades, hoy en día hay muchas plataformas que incentivan cursos, actividades físicas vía internet, que si bien favorecen a motivar a las personas que están viviendo un momento único en sus vidas donde deben mantener el aislamiento obligatorio y bajar los niveles de amenaza, también su exceso produce la liberación de dopamina (hormona ligada al sistema de recompensa) y este actuar a la larga genera un estado abrumador que no es positivo. Muchos sujetos por su característica de personalidad no encuentran elementos de motivación, especialmente aquellas personas con rasgos de dependencia emocional que necesitan y sufren por la ausencia de contacto físico, muchas veces son proclives a estados depresivos, cayendo en la apatía, desgano y necesidad de dormir como forma de evadirse del dolor emocional. También una gran mayoría de la población está trabajando en sus casas no respetando muchas veces los horarios de trabajo se exceden, o alteran estos horarios generando también un estado de agotamiento. Se sienten que al final del día laboral están más agotados y tensos, las migrañas son frecuentes así como las alteraciones de sistema gastrointestinal (Sme de intestino irritable).

La respuesta a estos dos sistemas sea de alarma y de motivación pueden equilibrarse cuando la persona logra establecer una buena organización temporaria, que pueda mantener un estado de calma, que se logra cuando una persona comienza a realizar respiraciones diafragmáticas para estimular el sistema parasimpático de amortiguación del sistema nervioso. La utilización de técnicas de manejo de la tensión corporal (Técnica de Jacobson).

Como somos seres gregarios la conexión con el otro es necesaria para nuestra salud mental, por lo tanto es favorecedor mantener conexión con seres queridos a través de llamadas telefónicas y o uso de redes, dentro del hogar favorecer al cooperativismo de tareas, mantener los cuidados mutuos y la asertividad a fin de evitar conflictos intrafamiliares que suelen presentarse con frecuencia. Estos cuidados afectivos generan la liberación de endorfinas y oxitocina, hormonas que equilibran nuestro organismo.

En resumen, estos sistemas en este contexto tan especial funcionan y se interrelacionan. Mantener el equilibrio es la clave. La Pandemia aumenta el sistema de amenaza por dos elementos muy claves que son:

1.  La incertidumbre, no sabemos a ciencia cierta cuándo y de qué forma termina. Se incrementa actualmente el tema económico social, ya que muchas personas han quedado cesantes, o con reducción de su salario, más allá de aquellos que no pueden ejercer su actividad y se ven acosados por pagos fijos como ser impuestos, alquileres, servicios, personal a cargo.etc. La devaluación de la moneda nacional y al aumento excesivo de los precios que no son adecuadamente regulados también funciona como disparador cotidiano de la alarma.

2.  La sobreinformación sobre el tema aumenta el miedo. Las redes sociales están plagadas de informaciones falsas, fraccionadas e inadecuadas, es importante manejarse con información proveniente de organismos internacionales (OMS) o provenientes del Ministerio de Salud y/o fuente hospitalaria, que darán información relevante y protocolos adecuados de autocuidado.

Pero también en el mundo ha habido funcionarios que han desestimado el riesgo de esto, por ende existen personas que devalúan la amenaza de contagio y muchas veces adoptan conductas riesgosas, ya que prevalece en estos el mecanismo de defensa de la negación con sus consecuencias de contagio en la población. Por eso es prudente, mas allá si se relaja o no la cuarentena seguir tomando las medidas de higiene protocolarizadas que no solo resguardan del COVID sino de cualquier contagio gripal ya que la neumonía es una de las patologías más graves en épocas de invierno, especialmente en los grupos categorizados de riesgo.

Uno de los recursos más productivos es la autoobservación. Comenzar a darse cuenta como regulo estos sistemas, estoy mayormente en alerta? Me atosigo de tareas que me motivan pero no descanso? O bien puedo lograr centrarme en el presente autoobservandome y modificando mi tensión y saliendo del piloto automático?.

Mantengo una comunicación  efectiva con los demás, favoreciendo comportamientos asertivos?

Utilizo técnicas de respiración controlada centrándome en el momento presente, concentrándome en el aquí y ahora, dejando que los pensamientos preocupantes de lado sin juzgarlos? (Técnica de Mindfullness).

Todo cambio humano moviliza determinadas ansiedades llamadas básicas que son, la ansiedad de tipo paranoides que es cuando el enfoque es sobre cómo será en el futuro las condiciones de vida, y la ansiedad de tipo depresiva que implica una idealización del pasado. Pero lo importante es centrarnos en lo que vivimos hoy mantener el ancla en el presente para autorregularnos mejor y amortiguar la ansiedad.


Lic. Mónica Arcas Psicóloga Clínica – 15 3488 2542

Consultorio Zona Norte // On line 15 3488 2542

Skyppe; monicaarcasbyrne




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