LA INCERTIDUMBRE Y LA ANSIEDAD
Una de las cosas que más genera
malestar es la incertidumbre, si bien sabemos que la vida se maneja en un mar
de incertidumbres que la única certeza humana que tenemos es la muerte, pero en
términos habituales tenemos una manera de organizar nuestras vidas a través de
proyectar nuestros deseos , de organizar medianamente nuestras vidas, pero esta
pandemia nunca vivida por nosotros, son deja en una situación de angustia
porque no sabemos cuándo ni de qué manera terminará, como se instalará de nuevo
la vida cotidiana, de qué manera se establecerán los vínculos, la manera de
realizar estudios, los viajes etc. Todas
aquellas formas de vincularnos socialmente de qué manera se desarrollarán
y como repercutirán en nosotros, este “no saber” permite generar muchas
hipótesis, y sumado a la sobreinformación a la que estamos sujetos, aparece la
ansiedad y el miedo como horizonte.
Cuando se instala un estado preocupante
en la mente, se activa nuestros sistemas de alarma que si bien tiene un
propósito positivo de preservarnos, también si se prolonga mucho tiempo tiende a
agotar al organismo y da lugar a una serie de pensamientos preocupantes y
catastróficos que torturan a quien lo padece, no solo se escenifica en el
cuerpo a través de alteraciones en el ciclo del sueño, del apetito, una mayor
irritabilidad, tensiones nerviosas y alteraciones cardiovasculares entre otros
síntomas, sino que aparecen hipótesis imaginarias de carácter catastróficos que
agravan el estado.
Hay muchas situaciones que hoy generan
mucho malestar y repercusión en las personas entre ellas detectamos
ü El miedo al contagio: debido a que todo el día por los medios de
difusión de habla de esto y de los casos de muerte, esto genera en el aparato
psíquico un estado de angustia, se instala el denominado Estrés agudo y no solo aparece el miedo a enfermar sino de
ser responsable en muchos casos de portar la enfermedad hacia su grupo
familiar. Esto es muy frecuente en los trabajadores esenciales como lo son los
agentes de expuestos de una manera mas
frecuente con personas que padecen la enfermedad.
ü El miedo a la pérdida de trabajo Muchos trabajadores están desarrollando sus tareas
bajo la modalidad de realizarlo en sus hogares, pero el hecho de dejar su
espacio laboral, sumado a la crítica inestabilidad económica que la pandemia
genera, hace que la persona no pueda reflexionar, y viva esta experiencia como
una “prueba” de si podrá subsistir en el tiempo con esta modalidad, o mismo, si
la empresa subsistirá al embate económico, aparecen las fantasías de despido y las
consecuencias nefastas para su núcleo familiar si esto llegara a pasar, estos
pensamientos obsesivos y catastróficos invaden en psiquismo y da lugar al
desarrollo de un estado de ansiedad que tiende a cronificarse , generando
desorganización psíquica con sus correspondiente correlato orgánico. Esta
angustia se manifiesta en un pensamiento de tipo circular que va en aumento
muchas veces paralizando al sujeto. Las preocupaciones están absorbidas en los
ejes económicos, salud y trabajo, y específicamente en las consecuencias que
estos problemas pueden afectar en un todo a la familia.
Es importante entonces romper con este círculo
vicioso que mantiene alta la ansiedad y comenzar a organizarse de manera
realista. Desarticular en base a la realidad actual personal, si esto que estoy
pensando tiene un asidero real, de donde lo manejo de la realidad o de una
fantasía?. Hay que observar nuestros pensamientos. Que de cierto tienen?
Poder descentralizarse y ver en estos pensamientos el grado de veracidad que
guardan. Poder centrarse en el presente es la clave, ya que es la realidad que
tenemos, dejar de luchar con la ansiedad , mas bien manejar con técnicas y/o
tratamiento adecuado la misma , aprender a organizar el día de manera que
podamos tener un espacio mental de descanso para buscar nuevas alternativas de
pensamiento más racional, para poder salir resiliente de este tiempo.
Dar lugar a las preocupaciones es en personas con mayor predisposición a la
ansiedad permitir que se instale un cuadro de ansiedad generalizada, y entonces
la cabeza no puede parar de pensar siempre de manera catastrófica los avatares
de la vida y de esta manera comienza una carrera desenfrenada de pensamientos
negativos que lo llevan a bloquearse y posteriormente deprimirse.
Es por ello que en los casos de ansiedad
generalizada hay que detectar los pensamientos disfuncionales porque son
irracionales, no se fundamentan en hechos reales pero la persona los sufre de
esta manera, no puede frenar los pensamientos y estos en forma de cascada cada
vez son mas angustiantes. Por eso es importante centrarse en el presente,
jerarquizar las tareas, realizar siempre en el dia una actividad que genere
placer, evitar la sobreinformación que activa el alerta, favorecer a alinear
los pensamientos con todas las soluciones creativas que pueden surgir de
experiencias anteriores, no quedarse instalado en la queja, aprender a
visualizar momentos de bienestar, tomar contacto telefónico con familiares y/o
amigos.
Esto también pasará y nos dejara un aprendizaje que
podremos transmitir a las generaciones venideras, el poder de la resiliencia es
el ahora y lo lograremos.
Lic. Mónica Arcas Psicóloga Clínica 15 3488 2542
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