sábado, 4 de mayo de 2024

 LA INCERTIDUMBRE Y LA ANSIEDAD

 Una de las cosas que más genera malestar es la incertidumbre, si bien sabemos que la vida se maneja en un mar de incertidumbres que la única certeza humana que tenemos es la muerte, pero en términos habituales tenemos una manera de organizar nuestras vidas a través de proyectar nuestros deseos , de organizar medianamente nuestras vidas, pero esta pandemia nunca vivida por nosotros, son deja en una situación de angustia porque no sabemos cuándo ni de qué manera terminará, como se instalará de nuevo la vida cotidiana, de qué manera se establecerán los vínculos, la manera de realizar estudios, los viajes etc. Todas aquellas formas de vincularnos socialmente de qué manera se desarrollarán y como repercutirán en nosotros, este “no saber” permite generar muchas hipótesis, y sumado a la sobreinformación a la que estamos sujetos, aparece la ansiedad y el miedo como horizonte. Cuando se instala un estado preocupante en la mente, se activa nuestros sistemas de alarma que si bien tiene un propósito positivo de preservarnos, también si se prolonga mucho tiempo tiende a agotar al organismo y da lugar a una serie de pensamientos preocupantes y catastróficos que torturan a quien lo padece, no solo se escenifica en el cuerpo a través de alteraciones en el ciclo del sueño, del apetito, una mayor irritabilidad, tensiones nerviosas y alteraciones cardiovasculares entre otros síntomas, sino que aparecen hipótesis imaginarias de carácter catastróficos que agravan el estado. Hay muchas situaciones que hoy generan mucho malestar y repercusión en las personas entre ellas detectamos  El miedo al contagio: debido a que todo el día por los medios de difusión de habla de esto y de los casos de muerte, esto genera en el aparato psíquico un estado de angustia, se instala el denominado Estrés agudo y no solo aparece el miedo a enfermar sino de ser responsable en muchos casos de portar la enfermedad hacia su grupo familiar. Esto es muy frecuente en los trabajadores esenciales como lo son los agentes de expuestos de una manera mas frecuente con personas que padecen la enfermedad. El miedo a la pérdida de trabajo Muchos trabajadores están desarrollando sus tareas bajo la modalidad de realizarlo en sus hogares, pero el hecho de dejar su espacio laboral, sumado a la crítica inestabilidad económica que la pandemia genera, hace que la persona no pueda reflexionar, y viva esta experiencia como una “prueba” de si podrá subsistir en el tiempo con esta modalidad, o mismo, si la empresa subsistirá al embate económico, aparecen las fantasías de despido y las consecuencias nefastas para su núcleo familiar si esto llegara a pasar, estos pensamientos obsesivos y catastróficos invaden en psiquismo y da lugar al desarrollo de un estado de ansiedad que tiende a cronificarse , generando desorganización psíquica con sus correspondiente correlato orgánico. Esta angustia se manifiesta en un pensamiento de tipo circular que va en aumento muchas veces paralizando al sujeto. Las preocupaciones están absorbidas en los ejes económicos, salud y trabajo, y específicamente en las consecuencias que estos problemas pueden afectar en un todo a la familia. Es importante entonces romper con este círculo vicioso que mantiene alta la ansiedad y comenzar a organizarse de manera realista. Desarticular en base a la realidad actual personal, si esto que estoy pensando tiene un asidero real, de donde lo manejo de la realidad o de una fantasía?. Hay que observar nuestros pensamientos. Que de cierto tienen? Poder descentralizarse y ver en estos pensamientos el grado de veracidad que guardan. Poder centrarse en el presente es la clave, ya que es la realidad que tenemos, dejar de luchar con la ansiedad , mas bien manejar con técnicas y/o tratamiento adecuado la misma , aprender a organizar el día de manera que podamos tener un espacio mental de descanso para buscar nuevas alternativas de pensamiento más racional, para poder salir resiliente de este tiempo. Dar lugar a las preocupaciones es en personas con mayor predisposición a la ansiedad permitir que se instale un cuadro de ansiedad generalizada, y entonces la cabeza no puede parar de pensar siempre de manera catastrófica los avatares de la vida y de esta manera comienza una carrera desenfrenada de pensamientos negativos que lo llevan a bloquearse y posteriormente deprimirse. Es por ello que en los casos de ansiedad generalizada hay que detectar los pensamientos disfuncionales porque son irracionales, no se fundamentan en hechos reales pero la persona los sufre de esta manera, no puede frenar los pensamientos y estos en forma de cascada cada vez son mas angustiantes. Por eso es importante centrarse en el presente, jerarquizar las tareas, realizar siempre en el dia una actividad que genere placer, evitar la sobreinformación que activa el alerta, favorecer a alinear los pensamientos con todas las soluciones creativas que pueden surgir de experiencias anteriores, no quedarse instalado en la queja, aprender a visualizar momentos de bienestar, tomar contacto telefónico con familiares y/o amigos. Esto también pasará y nos dejara un aprendizaje que podremos transmitir a las generaciones venideras, el poder de la resiliencia es el ahora y lo lograremos.

Lic. Mónica Arcas Psicóloga Clínica 15 3488 2542

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